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Las dos caras de la verdad de la visita de Mauricio Funes a Argentina

Funes el desmemoriado
Página 12

Funes el memorioso

Por María Laura Carpineta*

El favorito en las elecciones presidenciales de marzo en El Salvador dice que es imposible pensar en el socialismo a corto o mediano plazo y que no hará nada que perjudique los tratados con EE.UU., porque si no perdería inversiones.

Mauricio Funes nunca empuñó un arma ni luchó por el socialismo durante los años ochenta, pero el próximo 15 de marzo podría plantar por primera vez en El Salvador la bandera roja del frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) en el despacho presidencial. Es una oportunidad histórica y Funes lo sabe. Jura que no se embarcará en ninguna “aventura loca”. Promete retirar las tropas de Irak y terminar con la corrupción y la mano dura de los últimos 15 años de gobiernos de derecha.

El candidato de la ex guerrilla salvadoreña parece más un analista que un líder de masas. Anteojos sin marco, afeitada impecable y cuello almidonado, el nuevo hombre de la izquierda salvadoreña es un periodista sin ninguna experiencia en la militancia política. No se emociona fácilmente cuando habla de su “futuro gobierno”, excepto para defender sus diferencias con los principios históricos del FMLN. “Mi discurso no es el de la izquierda tradicional, porque no la represento”, explicó, enojado. Las banderas de la lucha socialista del FMLN son un tema sensible para el candidato.

Cuida sus palabras para no repetir el clima de miedo de las elecciones presidenciales pasadas, cuando el gobierno de Estados Unidos amenazó con cortar las remesas y los empresarios con retirar las inversiones si el ex comandante guerrillero del FMLN Schafik Handal asumía el poder. “No voy a hacer nada que ponga en peligro la relación de El Salvador con Estados Unidos”, aseguró en una entrevista con PáginaI12.

No es sumisión, aclaró, sino realismo. “Yo no puedo desconocer que cerca de un tercio del pueblo salvadoreño vive en Estados Unidos, que el 80 por ciento de nuestras exportaciones están dirigidas a ese país y que las remesas que llegan de allá representan el 20 por ciento de nuestro PBI.”

Quiere mirar para adelante y reconciliar un país en el que 75 mil personas fueron asesinadas y nadie castigado. Confía en la ayuda de los organismos internacionales de crédito y apuesta a desideologizar las relaciones entre los países.

No es muy difícil creerle. Funes no se parece en nada al anterior candidato presidencial del FMLN. Por su pasado como comandante guerrillero y su coherencia ideológica, Schafik Handal se convirtió en el líder natural e indiscutido de la izquierda salvadoreña después de la firma de los Acuerdos de Paz de 1992. Su aspecto casual y desprolijo lo separaba de la típica casta de políticos de traje y corbata. Le gustaba vestirse de rojo y blanco, haciendo honor a la bandera partidaria, y como buen dirigente de la vieja guardia estaba convencido de que la política se hace en la calle. A principio de 2006, Handal murió súbitamente de un infarto, después de participar de la asunción de Evo Morales en Bolivia.

Sin candidato a la vista, el FMLN dio un golpe de timón y eligió a un sucesor un tanto diferente. Esta semana Funes estuvo en Buenos Aires por poco más de un día. Tenía planeados encuentros con dirigentes sociales y de izquierda, pero uno a uno fue cancelándolos todos. Finalmente, sólo se reunió con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. “Hablé sobre la urgente situación alimentaria en mi país y sobre los temores de un fraude en las próximas elecciones. Le pedí que envíe observadores”, contó.

Pero Funes también le adelantó una propuesta. El ex periodista quiere acercar a los países centroamericanos al Cono Sur. “Creo que Argentina, Brasil y Chile pueden contrabalancear mejor la influencia de Estados Unidos en la región que el gobierno venezolano de Hugo Chávez. Sus discursos no son tan confrontativos.”

–Su discurso difiere mucho de los postulados históricos del FMLN. Usted prometió no tocar la dolarización, el TLC con Estados Unidos ni la ley de inmunidad que protege a los criminales de la guerra civil.

–Mi discurso no es el mismo de la izquierda tradicional, porque no la represento. Yo no vengo de allí ni me afilié a un partido que sigue esa línea de pensamiento. El FMLN evolucionó y la prueba es mi candidatura. Los jefes históricos del FMLN han pedido disculpas públicamente por cualquier exceso o dolor que le haya causado al pueblo salvadoreño. También reconocieron que el centro de monitoreo que tiene Estados Unidos en el país no es necesariamente malo, si es bien regulado y controlado. El FMLN fue uno de los opositores más duros al Tratado de Libre Comercio. Sin embargo, el partido entendió que no se puede romper un acuerdo que el país firmó. Las inversiones se irían en un minuto.

–¿Tampoco va a intentar construir un modelo socialista, como plantea el programa del FMLN?

–En los hechos el Frente renunció a construir un El Salvador socialista a corto o mediano plazo. Es imposible. El Salvador no puede convertirse en una nación socialista, porque ni siquiera es capitalista. Es casi una sociedad feudal. Tenemos que empezar a construir y después, mucho después, podemos empezar a imaginar un país socialista.

–¿Eso significa que no se inclinará por el ALBA, como lo hicieron Nicaragua y Honduras?

–Yo no puedo sumarme a un acuerdo comercial o a un bloque regional que ponga en peligro la relación con Estados Unidos. Simplemente no es realista. No puedo adelantar una posición sobre el ALBA, será un tema que analizaré, pero ya garantizo que no firmaré nada que contradiga los acuerdos económicos ya firmados por El Salvador ni que ponga en peligro la estabilidad económica y política del país.

–¿Qué se puede hacer, entonces?

–Yo no voy a perseguir ninguna aventura loca. Voy a respetar la propiedad privada y todos los compromisos comerciales previos. El país necesita pequeños cambios, que se empiecen a hacer las cosas bien. Necesitamos que los hospitales públicos tengan insumos, medicinas, camas. Hoy los hospitales están entre un 40 y un 60 por ciento desabastecidos. Incluso los salvadoreños tienen que pagar un vale solidario para poder atenderse. Los salvadoreños necesitan una buena educación, buenos trabajos, alimentos baratos. Yo miro los ejemplos de los gobiernos de izquierda de la región que funcionaron y lo hicieron de forma responsable. Veo al gobierno de Lula.

–¿Es irresponsable plantear la derogación de la ley de inmunidad para juzgar a los que cometieron decenas de miles de asesinatos y torturas durante la guerra civil?

–Después de los acuerdos de paz, el FMLN siempre denunció la ley de inmunidad porque consideraba que había sido una inmunidad autoimpuesta por aquellos que habían cometido crímenes desde las fuerzas armadas o la policía. Pero creo que la situación hoy es otra. Yo no voy a promocionar ni pedir la derogación de la ley de inmunidad porque apunto a que logremos una verdadera reconciliación. El país no necesita polarizarse más. Hay que mirar para adelante y eso no sería posible si se abriera la puerta a procesos legales contra todos los que cometieron crímenes durante la guerra interna. Porque no serían sólo los jefes militares y policiales, sino también antiguos comandantes del FMLN.

–¿Pero la Justicia no es necesaria para poder alcanzar una verdadera reconciliación?

–Creo que la reconciliación no se alcanza solamente mandando a la cárcel a los responsables. También se puede alcanzar conociendo la verdad, compensando a las víctimas y asegurándose de que no vuelva a pasar. Nunca hubo voluntad política para hacer esto. Si gano en marzo, el Estado salvadoreño pedirá disculpas y se hará cargo finalmente de todo el dolor que provocó; buscará la verdad, que es en definitiva lo que quieren las víctimas.

*Periodista de Página 12

Por Adriana Vega

No hace mucho Mauricio Funes realizó una fugaz visita a Argentina. Aspirante a las próximas elecciones en su patria, El Salvador, se presentará como candidato por el Frente Farabundo Martí en el mes de marzo, y fue recibido por la Presidenta durante su transitorio paso por Buenos Aires.

Otras personalidades lo aguardaban, pero debido al escaso tiempo recién por la noche cumplió el cometido de su entrevista.

Nuestros periódicos trataron escasamente el tema y Página 12 le realizó una nota de título bastante atrevido donde se lo llamó “Funes el desmemoriado” aludiendo a un cuento de Borges y demostrando desde el inicio a una reportera muy mal predispuesta con el colega-candidato.

Si bien se ofreció un espacio, las preguntas, la ironía y el desafortunado encabezamiento denotaron un mal trato que lamentablemente se hará extensivo a millones de salvadoreños que según las encuestas y el entusiasmo popular, pronto lo votarán para transformar a este periodista y luchador social en el Presidente Electo de la República Hermana de El Salvador.

De más está decir que un matutino que pertenece al monopólico grupo Clarín ha intentado intimidarlo tal como acostumbran los medios gráficos de derecha cuando se refieren a Fidel, Chávez, Correa y Ortega, irrespetando no sólo sus investiduras sino también a quienes los eligen y votan por ellos.

Si bien se formularon preguntas sobre hechos que en Argentina resultan altamente sensibles como es la demora que nuestra justicia muestra con los asesinos de la dictadura, o la manera como una porción de nuestro pueblo los enfrentó causando gran admiración, la periodista referida inquirió sobre temas muy urticantes en plena campaña comparando los hechos salvadoreños con situaciones propias de una sociedad que recién después de treinta años se está encargando de resolverlos.

Porque si bien buscamos la unidad en la diversidad como dice Martí, no se puede pedir lo mismo a salvadoreños, peruanos, uruguayos o chilenos porque conformamos realidades disímiles con historias compartidas.

Los medios aprovechan para tratar estos temas indagando más en frustraciones e insatisfacciones todavía resentidas, en vez de ocuparse de futuros y esperanzas.

En El Salvador ha habido un conflicto armado de autenticidad desgarradora que dejó como saldo cerca de ochenta mil muertos, cientos de desaparecidos, impedidos, afectados emocionalmente y millares de exiliados.

Toda una secuela de problemas que intensificó el conflicto de aquella cercana guerra civil surgida de la profunda crisis económica por la que atravesó el país desde los años setenta y que incitó la ira de la población civil llevándola a levantarse en armas en contra de un régimen que oscilaba por la caída del precio del café, los persistentes dolos electorales y el fastidio de la población ante los gobiernos militares, devenidos dictadura.


Cabe hacer memoria: el suceso que más encendió los ánimos durante el estallido fue el cruel asesinato del arzobispo de San Salvador, Óscar Arnulfo Romero en 1980, quien viendo las injusticias que se cometían con el pueblo, desde su propia jerarquía eclesiástica y sin intervención del Poncio Pilatos-Vaticano decidió optar por los pobres.

El ambiente de violencia política vivida durante la década anterior contribuyó a una guerra civil que duraría doce años, (desde 1980-hasta 1992) definida militarmente por las fuerzas guerrilleras como Guerra Popular Prolongada. Finalizó cuando los combatientes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), formado por cinco agrupaciones de izquierda y el gobierno de derecha de Alfredo Cristiani, de Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), firmaron los "Acuerdos de paz" en Chapultepec, México, certificando reformas políticas y militares que no ahondaron en el problema social y económico.

Si bien estos aspectos fueron nafta sobre el fuego para la guerra, la contienda la manipularon y costearon los conocidos psicópatas de siempre, en especial USA, quien financiaba las operaciones con un millón de dólares diarios y la excusa de la "Guerra Fría" para evitar que el comunismo penetrara en Centroamérica.

Cavando intensas lastimaduras, el neoliberalismo apareció después de la firma de los Acuerdos de Paz para destruir instituciones y desde el año 1992 en El Salvador se pregona la democracia aunque bien sabemos que los gobiernos burgueses instalados son tan sólo monigotes que actúan por el poder, los privilegios y prebendas.

Por lo tanto hoy las esperanzas están colocadas en Mauricio Funes con el que intuyen tendrán un gobierno progresista y de izquierda —primero en la historia del país— y viven convencidos de que por las circunstancias que los rodean no podrán obtener todo lo que desean, aún con la calidad y trascendencia de su candidato, sino por el tipo de profundización de los cambios con que sueñan.

Tienen intensa conciencia de que el proceso será muy lento pero no imposible. Se está asimilando un cambio y se aceptan numerosas formas que han colocado parte del ideario en el refrigerador pero sin olvidarlo.

Esperan su oportunidad comenzando por lo elemental que es garantizar el estado de derecho, rescatar las instituciones —justicia, principalmente—, eliminar los privilegios y combatir la corrupción incrustada en la sociedad.

Desean garantizar una salud y educación de calidad que se inicie con la alfabetización y la atención de todos. Procurarán fuentes de trabajo que inhiban de la pobreza a millones de salvadoreños. Deberán ocuparse sin recreo por la justicia y un sistema judicial fuerte y valiente promoviendo jueces dignos porque aún no existen estas garantías.

Orden complejo y no muy diferente a lo que nos ocurrió a los argentinos.

Para los salvadoreños estos enunciados del programa del FMLN son prioridades y aún sacrificando otros logros apreciados los dejarán para el futuro porque si conciben bien primeras intenciones, ejecutarán luego las que guardan en su memoria histórica.

Por todo esto, el abordaje de la entrevistadora María Laura Carpineta (quien también sacó de contexto a Celia Hart en su última entrevista en Argentina) funcionó con la acometida forma de los derechistas, encarando a Funes, provocándolo, describiéndolo “enojado”, no firme ni consistente y, mucho menos, serio tal como el candidato es.

Señalarle epítetos como desmemoriado ha sido un desliz insultante, deberíamos explicarle a María Laura que:”tú no tienes derecho a pronunciar ese adjetivo descalificador- le diría Borges, que para Funes usó el antónimo.

Y precisamente Funes más bien es una enciclopedia de información y conocimientos adquiridos por más de veinte años de ejercicio transparente en el periodismo, razón por la que el pueblo le respeta y aprecia.

Si bien el salvadoreño no recuerda cada palabra como el Ireneo de Fray Bentos que manipula la periodista en cuestión, conocemos que los salvadoreños no han perdido la memoria.

Es más, la tienen exageradamente fresca y se ejercitan para andar colosales pasos después de traspiés y desilusiones debidos a tres elecciones presidenciales en las que el Frente se frustró.

Pueblo y encuestas aseguran que optarán por el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional con Funes el Memorioso a la Cabeza, en esta etapa decisiva y sin desperdicios que procurará un porvenir en nombre de la memoria con que el pueblo salvadoreño decidirá desde las urnas.

Adriana Vega es maestra, escritora, poeta, periodista y artiana argentina

Comentarios
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4 comments :

  1. Bueno traer las dos caras de la verdad.

    OK amigos, les doy un 10 en su periodismo de objetividad.

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  2. Diáspora condicionará apoyo a Ávila

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    Tomás Guevara/en Washington
    Viernes, 26 de Septiembre de 2008
    Un grupo de empresarios salvadoreños residentes en el área metropolitana de Washington proyecta generar un contrapeso en el acalorado ambiente electoral de El Salvador, con una eventual participación que sería condicionada a partir compromisos previos que debe adquirir el candidato presidencial al que le apostaría: Rodrigo Ávila.
    Una docena de empresarios de tiendas, supermercados, restaurantes; exportadores, distribuidores de productos nacionales y académicos, discutió la noche del jueves, en un restaurante de Maryland, los puntos que debe incluir una eventual participación y apoyo al candidato de ARENA.

    Los participantes de este primer encuentro, que busca generar un movimiento de salvadoreños progresistas fuera del país, con opción por el "sistema de libertades económicas" y que advierten peligros ante un eventual gobierno de izquierda, sentarán postura al pedir una cuota de participación en un posible gabinete de Ávila.

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  3. Salvadoreños que viven en EEUU apoyan a izquierdista.
    Associated Press
    SAN SALVADOR (AP) -- Un grupo de empresarios salvadoreños-estadounidenses llegaron al país para expresar su apoyo al candidato presidencial del izquierdista Frente Farabundo Martí (FMLN), Mauricio Funes, que sigue como favorito para ganar los próximos comicios.



    "Estamos aquí porque creemos que El Salvador necesita un cambio, que El Salvador necesita justicia social", dijo en conferencia de prensa la empresaria Dora Escobar, quien desde hace 28 años vive en Nueva York.

    Escobar forma parte del grupo de empresarios de ocho estados de los Estados Unidos que llegaron aquí para entrevistarse con el candidato presidencial del FMLN y con funcionarios de la embajada estadounidense.

    "No hay que tenerle miedo al cambio, nosotros confiamos en Mauricio y en su programa de Gobierno", dijo el empresario deportivo Nicolás Orellana, de Los Angeles.

    "Venimos a nuestro país y vemos que se está destruyendo, cada día hay más pobreza, no hay trabajo y la gente sigue cruzando el río hacia los Estados Unidos", agregó Escobar.

    En cuanto a un deterioro en las relaciones con Estados Unidos ante un eventual triunfo de la izquierda, Orellana dijo que "ahorita venimos de una reunión en la embajada (estadounidense) y eso no va a suceder".

    Orellana no reveló con quién se reunieron, pero dijo que se les aseguró que "la relación con El Salvador es una de las más estrechas que hay en el mundo y eso no se detiene, gane quien gane".

    Escobar señaló que los empresarios salvadoreños residentes en Estados Unidos ya han hecho llegar a Funes todas sus inquietudes y necesidades, pero dijo que su principal demanda es que "se permita que los salvadoreños que vivimos en el exterior, podamos votar. Y este gobierno (de Tony Saca) nos ha negado ese derecho".

    "Confiamos que con Funes se dará el cambio, porque la situación va de mal en peor, la única opción que tienen los jóvenes es irse para el norte, porque aquí no hay fuentes de trabajo y la delincuencia está peor", agregó José Granados, un empresario que vive en Washington.

    Funes y Rodrigo Avila, de la gobernante Alianza Republicana Nacionalista (Arena), son los principales contendientes para las elecciones presidenciales programadas para el 15 de marzo de 2009.

    En la más reciente encuesta de la empresa CID-Gallup divulgada el viernes, el 49,8% de los salvadoreños respondió que votaría por Funes y el 29,7% por Avila.

    Al eliminar a aquellos que no quisieron mencionar por quién votarían o que dijeron estar indecisos, y contabilizar sólo a los que dijeron que irán a votar, Funes obtiene más de la mitad de los votos válidos, con lo que hubiera alcanzado el triunfo en una primera vuelta. Funes recibe el 53,5% de los votos, Avila el 39,9% y otros el 6,6%.

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  4. Debo de agradecer anticipadamente a SEEM por la preocuparse de hacernos entregas de dos posiciones que se conocen sus muy zasgados comentarios de la primera linea, en donde se repite lo que diariamente leemos y aparece en el Diablo de Hoy y La Prestan Grafica y ya no decir la famosa Tele Corrupcion Salvadoreña (TCS).

    No es nada nuevo leer de distintas paginas de diarios o periodicos que ni siquiera han enviado a corresponsales pagados para hacer entrevistas, sino como todo comerciante irreponsable, repiten lo que les dicta la familia Dutriz o Enrique Altomarrano.

    Ya nos hemos ejercitado la mayoria de Salvadoreños a leer a la inversa de cad publicacion contra Mauricio Funes, el proximo presidente de El SALVADOR.

    Saludos,

    Jose Matatias Delgado Y Del Hambre.

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