De Regreso a la Selva en El Salvador

Una de las cosas que más admiro del pueblo israelí es su capacidad de defenderse y castigar letalmente aquellos que atentan físicamente contra él. Israel, a través de su historia, ha tenido que defender a su gente. Cuando un terrorista asesina a un israelí, el Gobierno de Israel no descansa hasta hacer justicia. El Mosad, el servicio de inteligencia de Israel, muchas veces ha sido acusado internacionalmente de violar los derechos humanos, pero el Mosad sabe que su misión es proteger al pueblo israelí. De igual forma opera la CIA y los demás servicios de inteligencia de Estados Unidos. El Gobierno de Estados Unidos no descansa hasta hacer justicia.

Los gobiernos de Israel y Estados Unidos saben que los terroristas y otros grupos violentos, como las pandillas y narcos traficantes, no deben gozar de los mismos derechos que gozan la gente honrada. Cuando alguien decide hacer guerra contra la población civil, debe perder sus derechos constitucionales. En el caso de El Salvador, por ejemplo, ¿qué derechos debe tener una persona que extorsiona cobrando la renta a personas humildes?

Se le puede llamar pandillero, joven delincuente, y se le puede echar la culpa a toda la sociedad por permitir que un niño, de 12 años, tenga la crueldad de ir con una pistola a exigir, en nombre de la pandilla, que una familia pague la renta, y si ésta pobre familia rehúsa pagar “el impuesto de guerra”, éste niño tenga la maldad de arrancarle la cabeza a otro niño cómo él. Cada día, alguien muere en El Salvador porque no puede pagar la renta a los pandilleros. Cada día muere en El Salvador alguien que dijo NO a la renta.

Cuando ARENA hablaba de Mano Dura, significaba invertir más dinero en spot televisivos. Significaba hacer campaña permanente, pero no resolver el problema de la delincuencia. Hoy, el Presidente Mauricio Funes se ha pasado dos años haciendo lo mismo. La violencia no baja, y los violentos controlan las calles del país.

Hace 400 años, Thomas Hobbes, filósofo inglés, argumentó que la gente accede ser gobernada por un gobierno (ya sea un rey, un dictador o un presidente electo democráticamente) a cambio de recibir protección contra los violentos. Este es un principio universal, base de nuestra civilización. Por miedo de vivir como animales en la selva dónde prevalece la ley del más fuerte y el más violento, la gente decide ser gobernada por alguien (el gobierno) para ser protegido, argumentó Hobbes en su obra maestra, El Leviatán. Cuando un gobierno es incapaz de proteger a la población, como es el caso de El Salvador, se corre el peligro que la gente decida actuar cómo hacen los animales en la selva para protegerse de los violentos.

Hace un año en San Miguel, un niño de 13 años fue secuestrado por unos pandilleros. Horas más tarde, exigieron a la madre del niño $30,000 a cambio de dejarlo libre. La madre no tenía el dinero, y sabiendo que no podía llamar a la policía (exigencia de los secuestradores), la familia reunió más de la mitad del dinero. Los pandilleros recibieron el dinero. Sin embargo, el mismo día, ahorcaron despeadamente al niño. La policía, una vez encontrado el cadáver del niño, y teniendo toda la información sobre los hechores de tal horrendo crimen, no ha hecho nada. Hace dos semanas, la misma pandilla ha amenazado con matar otro niño de la familia si ésta no paga el dinero exigido. La familia está aterrorizada. Ir a la policía significa correr el riesgo de que la pandilla se de cuenta a través de un infiltrado. No pagar el dinero significa firmar un certificado de muerte. O paga, o se va de San Miguel.

Pregunta: ¿Qué acciones debe tomar el Gobierno contra estos pandilleros criminales? La policía no puede hacer nada. El sistema judicial y policial no protege a los ciudadanos. Existen rumores que el servicio de inteligencia de El Salvador tiene toda la información que necesita para actuar como el Mosad de Israel y castigar letalmente aquellos que violentan los derechos de la población civil. ¿Habrá alguien que se oponga? Yo no.

© 2011 Manuel García

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