Democracia Intoxicada
Por Elmer Palma*
Cuando nuestra Democracia parecía estar alzando vuelo, cuando las esperanzas de cambio surgieron en mas de cien años, cuando Wikileaks puso al desnudo a muchos políticos del mundo (incluyendo a los salvadoreños), cuando El Barza alcanzó su cuarta copa de la Champios, cuando España ordena capturas en El Salvador, cuando los frijoles se volvieron mas caros que la carne. Cuando presidente habló del voto en el exterior para el 2014, cuando creíamos que el cambio venía; La democracia salvadoreña aun en pañales, recibe un duro golpe, conocido como “madrugon”.
Como por arte de magia, como cuando una piraña devora a su presa, como cuando a Tarzán se le olvidó que tenia madre, así le pasó a nuestra democracia con el reciente decreto transitorio emitido por los partidos políticos y la rápida ratificación del presidente.
La que tanto había costado construir, la que derramó sangre para nacer, la que expulsó a casi la mitad de sus hijos hacia el norte. Ahora ha sido violada, violentada, untada, ultrajada, bofetada y hasta castigada por abrir espacios y permitir contrapesos dentro de su espectro. Dos órganos del estado mandaron a callar al tercero y con eso se termina el ejercicio democrático y da cabida a un totalitarismo acortejado entre los otros dos que forman a la Democracia.
De repente nos hacen ver una cruda realidad en El Salvador. Todos, absolutamente todos los políticos se destapan como un barril lleno de desechos tóxicos que suponen servir para algún componente químico. El Democrático.
La química que suponían componer los políticos como elementos esenciales, resultaron malogrados, baratos y fáciles de comprar. Nunca fueron elementos de calidad e intoxicaron la democracia joven.
Nuestra democracia es tóxica por que enferma a los que se involucran para ser participes. El dinero los hace creerse intocables. Tóxico por las crudas realidades por las que los políticos son políticos. Seria mejor que se mantengan siempre en campaña proselitista para que hablen de promesas y se olviden de realidades. La realidad es que tienen jefes a quienes tienen que obedecer. Las promesas al menos alimentan la esperanza en los sufridos.
En el país se ha sufrido de todo; guerra, pobreza, hambrunas, sequías, terremotos, pestes, enfermedades, inundaciones, delincuencia y hasta invasión de chupacabras; cualquiera pensaría que han sido tantas las plagas como para tener lideres altamente maduros y responsables con las decisiones a tomar para dirigir al país. Cualquiera diría que le arrebatamos a Egipto el record de plagas, por que ya las nuestras son incontables. Y encima de esto, Funes rompe record de tiempo para firmar un decreto de compadrazos.
No hay una desgracia que el país no halla sufrido. Hay personas que nacen con suerte, otros nacen en El Salvador.
No quieren entender que las inundaciones no se producen por que los ríos crecen, si no por que el país se hunde.
El recién golpe bajo que nuestra democracia acaba de sufrir vino de quien menos se esperaba, del hombre que ilusionó a las masas con esperanza, el tipo que habló bonito en la televisión por doce años.
Ese mismo tipo, si no fuera presidente, estaría en un programa en vivo cada mañana por media hora criticando duramente al presidente de turno. Reclamándole por la acción nefasta y vergonzosa de querer callarle la boca a uno de los órganos del estado. Funes se encendería, se pondría rojo y tacharía de inaceptable que el presidente sancionara una ley transitoria de emergencia para cumplir con los caprichos de los políticos fósiles que no quieren permitir el fluir cristalino de la flamante democracia que les ha invitado al terreno de juego. Y que ahora no se quieren ir por temor a su incapacidad en la que ellos mismos creen, que al salir de ahí, no podrán hacer nada en sus vidas al sentirse sin neuronas que les permitan pensar. Muchos quizá no tienen ni siquiera titulo ni de bachiller, y pensar que les podría tocar ir a vender a un mercado les pone los pelos de punta. Pero Funes ya no es periodista, ahora es el presidente que firmó el decreto y las críticas salen sobrando.
Entre patas de arrogancia y sentimiento de incapaces de sobrevivir en la vida real, arrastran a todo una lucha de pueblo, pisotean a la madre de la tolerancia y la cordura. Convierten a la Democracia de todo un pueblo en una completa desgracia. La intoxican.
Con este golpe, queda demostrado que tenemos los mejores parlamentarios que el dinero puede comprar. Y un presidente que ha mandado a callar a los demás por que no admite competencia.
Con ARENA el país estaba al borde del abismo. Ahora hemos dado un paso al frente. La deuda que tiene el país antes era externa, ahora es eterna. Y ya nos estábamos acostumbrando a sobrellevarla. Habrá que acostumbrarse ahora a un dual totalitarismo?
Elmer Palma es columnista salvadoreño residente en Washington, DC.
Cuando nuestra Democracia parecía estar alzando vuelo, cuando las esperanzas de cambio surgieron en mas de cien años, cuando Wikileaks puso al desnudo a muchos políticos del mundo (incluyendo a los salvadoreños), cuando El Barza alcanzó su cuarta copa de la Champios, cuando España ordena capturas en El Salvador, cuando los frijoles se volvieron mas caros que la carne. Cuando presidente habló del voto en el exterior para el 2014, cuando creíamos que el cambio venía; La democracia salvadoreña aun en pañales, recibe un duro golpe, conocido como “madrugon”.
Como por arte de magia, como cuando una piraña devora a su presa, como cuando a Tarzán se le olvidó que tenia madre, así le pasó a nuestra democracia con el reciente decreto transitorio emitido por los partidos políticos y la rápida ratificación del presidente.
La que tanto había costado construir, la que derramó sangre para nacer, la que expulsó a casi la mitad de sus hijos hacia el norte. Ahora ha sido violada, violentada, untada, ultrajada, bofetada y hasta castigada por abrir espacios y permitir contrapesos dentro de su espectro. Dos órganos del estado mandaron a callar al tercero y con eso se termina el ejercicio democrático y da cabida a un totalitarismo acortejado entre los otros dos que forman a la Democracia.
De repente nos hacen ver una cruda realidad en El Salvador. Todos, absolutamente todos los políticos se destapan como un barril lleno de desechos tóxicos que suponen servir para algún componente químico. El Democrático.
La química que suponían componer los políticos como elementos esenciales, resultaron malogrados, baratos y fáciles de comprar. Nunca fueron elementos de calidad e intoxicaron la democracia joven.
Nuestra democracia es tóxica por que enferma a los que se involucran para ser participes. El dinero los hace creerse intocables. Tóxico por las crudas realidades por las que los políticos son políticos. Seria mejor que se mantengan siempre en campaña proselitista para que hablen de promesas y se olviden de realidades. La realidad es que tienen jefes a quienes tienen que obedecer. Las promesas al menos alimentan la esperanza en los sufridos.
En el país se ha sufrido de todo; guerra, pobreza, hambrunas, sequías, terremotos, pestes, enfermedades, inundaciones, delincuencia y hasta invasión de chupacabras; cualquiera pensaría que han sido tantas las plagas como para tener lideres altamente maduros y responsables con las decisiones a tomar para dirigir al país. Cualquiera diría que le arrebatamos a Egipto el record de plagas, por que ya las nuestras son incontables. Y encima de esto, Funes rompe record de tiempo para firmar un decreto de compadrazos.
No hay una desgracia que el país no halla sufrido. Hay personas que nacen con suerte, otros nacen en El Salvador.
No quieren entender que las inundaciones no se producen por que los ríos crecen, si no por que el país se hunde.
El recién golpe bajo que nuestra democracia acaba de sufrir vino de quien menos se esperaba, del hombre que ilusionó a las masas con esperanza, el tipo que habló bonito en la televisión por doce años.
Ese mismo tipo, si no fuera presidente, estaría en un programa en vivo cada mañana por media hora criticando duramente al presidente de turno. Reclamándole por la acción nefasta y vergonzosa de querer callarle la boca a uno de los órganos del estado. Funes se encendería, se pondría rojo y tacharía de inaceptable que el presidente sancionara una ley transitoria de emergencia para cumplir con los caprichos de los políticos fósiles que no quieren permitir el fluir cristalino de la flamante democracia que les ha invitado al terreno de juego. Y que ahora no se quieren ir por temor a su incapacidad en la que ellos mismos creen, que al salir de ahí, no podrán hacer nada en sus vidas al sentirse sin neuronas que les permitan pensar. Muchos quizá no tienen ni siquiera titulo ni de bachiller, y pensar que les podría tocar ir a vender a un mercado les pone los pelos de punta. Pero Funes ya no es periodista, ahora es el presidente que firmó el decreto y las críticas salen sobrando.
Entre patas de arrogancia y sentimiento de incapaces de sobrevivir en la vida real, arrastran a todo una lucha de pueblo, pisotean a la madre de la tolerancia y la cordura. Convierten a la Democracia de todo un pueblo en una completa desgracia. La intoxican.
Con este golpe, queda demostrado que tenemos los mejores parlamentarios que el dinero puede comprar. Y un presidente que ha mandado a callar a los demás por que no admite competencia.
Con ARENA el país estaba al borde del abismo. Ahora hemos dado un paso al frente. La deuda que tiene el país antes era externa, ahora es eterna. Y ya nos estábamos acostumbrando a sobrellevarla. Habrá que acostumbrarse ahora a un dual totalitarismo?
Elmer Palma es columnista salvadoreño residente en Washington, DC.
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