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Dudoso análisis del escritor David Escobar Galindo

Escobar Galindo analiza a medias
Por Carlos Abrego*

Las frases del editorial (El FMLN Y ARENA: vidas paralelas) de David Escobar Galindo suenan bonitas y hasta cierto punto aparecen como ciertas. Pero la verdad no admite medias tintas, no basta con darle colores relucientes a la fachada, hay que ir al fondo. En el análisis que Escobar Galindo llama “comprensivo”, afirma la necesidad de ir al origen y confrontar los destinos históricos de los dos principales partidos políticos de El Salvador.

La afirmación de David Escobar que ambas entidades surgieron en los inicios del “momento más traumático de la historia nacional, es decir, en las fases iniciales de la guerra interna ya en el terreno militar”, no es del todo falsa, pero se trata de una verdad renca. Con verdades que conjean es imposible alcanzar las metas que se propone el articulista: “entender a fondo lo que son, en su propio devenir, sujetos orgánicos fundamentales de la vida nacional como éstos”.

El problema es que ni el FMLN, ni ARENA aparecen en la realidad nacional como expresiones propias en un contexto dado, ambas organizaciones son el resultado del mismo proceso de la sociedad salvadoreña, un proceso largo y hasta antiguo. Escobar Galindo no se engaña, se trata de un enfrentamiento político. No obstante la expresión política de una de las partes fue siempre oprimida. La otra desataba toda la fuerza del Estado en una represión permanente. Escobar Galindo no es un jovencito, por la tanto no puede ignorar que desde los años cincuenta, en el país hubo desapariciones, se practicaba la tortura, las palizas, destierros y no existía la posibilidad de expresar públicamente una opinión divergente, discordante. Esto no se detuvo al pasar a la década siguiente. Lo que nuestro bardo llama “combustibles socieconómicos explosivos” vienen aún de más lejos, son más antiguos y tienen la espantosa realidad del hambre, la fealdad de la miseria. Es esta la realidad primera, pues al lado de esta miseria en el país ha existido una ostentosa y desvergonzada opulencia. Es para defender y preservar esta opulencia que van a surgir todos los órganos estatales de represión, la Guardia Nacional, La Policía Nacional, La Policía de Hacienda, el Ejército y los órganos paramilitares civiles, que fueron las tristes “patrullas cantonales”.

La lucha política popular fue clandestina y la represión espectacular. A medida que el tiempo avanza y que la situación económica, social y política se agrava, las aspiraciones crecen y el movimiento popular empieza a manifestarse con fuerza. La represión también crece. Esta situación social polar va adquiriendo formas definitivas. En el seno popular surge la necesidad de oponerle a la represión, a la privación de todas las libertades, la fuerza de la resistencia.

No obstante esta idea política no va a plasmarse ideológicamente con holgada facilidad. En el seno del pueblo, en su única organización política de entonces, el Partido Comunista de El Salvador (PCS) gran parte de dirigentes y militantes de manera enunciativa se proclamaban favorables a la lucha armada contra las dictaduras, pero en la práctica no se emprendía absolutamente nada en concreto para darle efecto. Creo que volver a este hecho político es necesario, pues explica mucho de lo va a suceder luego en el devenir del FMLN. Para que se planteara política e ideológicamente la necesidad histórica de la lucha armada fue menester una ruptura en el seno del PCS. Surgen las FPL. En el seno de esta organización se va a elaborar una ideología y se va a llevar adelante una política determinada, se enuncia la “guerra popular prolongada”. Pero la lucha armada aún no es lo fundamental en los inicios de los años setenta. Poco a poco van surgiendo organizaciones de masas capaces de movilizar miles y miles de salvadoreños. Es en el seno de estas organizaciones de masas que van a elaborarse las principales reveindicaciones económicas y sociales. Estas organizaciones no son únicamente profesionales o sindicales. Ellas asumen también papeles políticos, pues reclaman para el país la posibilidad de hacer política libremente y muchas de sus exigencias eran estrictamente políticas. La fuerza represora del Estado se va a desatar ferozmente contra ellas.

La guerra comienza también de manera paulatina, surgen pequeños grupos, estos van a crecer y se harán presentes en las manifestaciones como acompañantes, como protectores de los civiles que son atacados por las fuerzas represivas.

La derecha política también desata entonces su lucha ideológica, va volviendo más crudo su lenguaje, sabe que ante el crecimiento de las luchas populares es necesario también ocupar el terreno, salir con nuevas organizaciones. La oligarquía cuenta con las “patrullas cantonales”, perciben la necesidad de llevarlas a un nuevo grado de militarización. Es en los años setenta que van a surgir los “escuadrones de la muerte”, bajo distintas denominaciones, pero todas supeditadas a mandos militares y son las encargadas de subir la temperatura de la situción social. Todo esto va echando las bases en las que se va a desarrollar la guerra y en la que va ir adquiriendo mayores envergaduras. De pasada recuerdo aquí que desde los años setenta los consejeros y asesores militares estadounidenses están presentes y activos en el conflicto, son el “aliado estratétgico” del Ejército y del poder.

Pero la guerra ya está presente en los finales de las años setenta. Es falso que la guerra comenzó en enero de 1981. Es decir tanto el FMLN y ARENA no surgen en un terreno vacío como expresiones políticas inéditas. Constituyen ambas un paso más en el terreno político. El PCS fue arrastrado hacia la guerra por el inminente peligro de perder toda credibilidad y entrar en un absoluto aislamiento. El PCS dejó de un lado su lenguaje agresivo y hostil contra las organizaciones guerrilleras y opta por incorporarse.

La formación del FMLN no produce una unificación estratégica de lucha, al contrario desde el inicio comienza una batalla interna por imponer visiones opuestas. No creo que Escobar Galindo ignore a estas alturas que durante la famosa ofensiva “final” del 10 de enero de 1981 se manifestaron con toda agudeza las discordias internas, las distintas estrategias. La ofensiva no fue una derrota, ni una victoria contundente. En los dos estados mayores se proclamaron los triunfos. Pero esta ofensiva va a cambiar radicalmente el carácter de la guerra. Por un lado de parte del Frente se consolidaron las posiciones ya conquistadas y se agregaron otras substanciales, que incluso dio lugar a proclamar algunos territorios como “liberados”. El estado mayor del Ejército también se congratuló por el triunfo obtenido, pues al cabo de la ofensiva la dictadura seguía en pie. No obstante se dieron cuenta que ante una nueva ofensiva de mayor o igual fuerza no iban a poder resistir. Es a partir de este momento que la intervención imperialista va a ser determinante. Nuevas armas, aviones y helicópteros, mayor presencia de los asesores, incluso en el terreno de los combates y en la conducción de la guerra.

Pero a pesar de que el Comando Central del FMLN cantó victoria, en su seno prevaleció el análisis derrotista del PCS. Pues si hasta este momento el objetivo de la guerra era la victoria sobre el enemigo, derrotarlo para liberar al país de la dominación imperialista y emprender las reformas radicales para transformar la sociedad, en breves semanas este objetivo se transformó en obtener las negociaciones.

La injerencia estadounidense era tal que en los "Comités de Solidaridad" el énfasis de sus campañas era exigir el cese de la ayuda militar, de la ingerencia extranjera. Esta exigencia tomaba fuerza y contundencia en el mismo seno del pueblo de los Estados Unidos. No obstante la famosa Comisión politico-diplomática recorrió los principales países en donde crecía el apoyo popular hacia la lucha de liberación en El Salvador y la exigencia de cesar toda ingerencia, en esa gira los “diplomaticos” revolucionarios exigieron que se dejara de lado la lucha contra la injerencia y se pusiera todo el esfuerzo en campañas por las negociaciones. Esto tuvo repercusiones en la baja de la solidaridad.

Por otro lado, ARENA surge para radicalizar la política anti-comunista. En eso tiene razón Escabar Galindo, no es la Democracia Cristiana el principal enemigo, lo enfrenta, pero porque no conviene en la lucha contra el FMLN. Pero esta lucha no fue verbal, hubo masacres, asesinatos. ARENA fue una pieza clave en la guerra y en la recaudación de fondos para combatir al FMLN. ARENA fue un catalizador y un gran unificador de las capas de la población dominadas por la oligarquía, les dio un cuadro ideológico fuerte, cohesionador. Este cuadro perdura y ha sido eficaz.

Estos pocos datos que he agregado al resumen de David Escobar Galindo destacan que el análisis incompleto nos deja pocas posibilidades de entender. Pues ahora en la posguerra, ambos movimientos se han convertido en partidos políticos y se enfrentan como tales. El FMLN al cambiar los objetivos de la guerra tiene mayores facilidades de adaptarse a la nueva situación. Durante todo este tiempo se ha beneficiado de su aureola de organización revolucionaria, aunque ya no pretendía a cambios radicales. Entró de lleno al parlamentarismo, dejando de lado las luchas sociales, a dirigirlas, a provocarlas. Abandonó la batalla ideológica contra el capitalismo, contra el imperialismo. Me refiero en los actos, no en palabras.

Ambos partidos sabían de la necesidad de mantener un discurso agresivo hacia su rival, en esto el FMLN ha sabido luego de su triunfo desempeñarse mejor, poco a poco se ha ido adaptando a las capas medias, que al mismo tiempo conquistó para lograr el gane de las presidenciales, ahora trata de seducirlas proclamando la necesidad de guardar el sistema tal cual está. Mientras que ARENA durante sus gobiernos mantuvo el mismo discurso, no sintió a tiempo la necesidad de renovar sus argumentos, de cambiar su discurso. Por el momento, pienso que confían en su eficacidad. Es por eso que la prensa y los ideólogos de la derecha cierran los ojos y no quieren ver los cambios estructurales en la ideología y en la política del Frente, siguen presentándolo como un partido de la revuelta y de la revolución.

ARENA sufrió una derrota a la que no se había preparado. Al desboronarse el grupo que ahora constituye GANA, se paralizó, no pudo medir la necesidad de cambios para reconquistar el poder ejecutivo y legislativo. Sus partidos satélites en parte le voltearon la espalda, sin romper, convertidos ahora en electrones libres que gravitan al rededor del mejor postor. GANA se erige en una alternativa de derecha, tal vez lo logre, pero no puede ser tampoco un objetivo de corto plazo, por razones de historia. En El Salvador la derecha siempre estuvo unificada en un bloque monolítico. Este hecho pesa en los análisis que hacen en el COENA y en su actitud frente al gobierno de Funes. ARENA confía que su radicalismo puede ayudarle en su reconquista. En todo caso, ahora tiene dos frentes, uno por la hegemonía en la derecha, por conservarla y el otro por la hegemonía a nivel nacional y desplazar de nuevo al FMLN hacia la oposición parlamentaria.

Escobar Galindo no comparte esta estrategia de ARENA, el propone un cambio de actitud, un cambio de discurso, no le molestaría una dosis de moderación. Por el otro lado nuestro editorialista se da cuenta que el FMLN ha cambiado. Finge al forzar el paralelismo. Pero se le escapa justamente este juego de muchachones caprichosos, que tienen que comportarse como adultos, como Dios manda. Al hablar del FMLN no puede omitir que se ha adaptado, que ha entendido que las cosas no son como ellos querían que fueran antes de llegar al poder. En esto el ideólogo de la derecha es claro y no puede ponerse a jugar.

Veamos que nos dice del FMLN en el poder: “al FMLN porque se vio de inmediato que la victoria traía más desafíos que satisfacciones, y eso le exige un ejercicio de racionalidad que está muy distante de sus postulados más sentidos”. Para nuestro hombre de negocios, pues además de poeta, Escobar Galindo defiende intereses personales, obedecer las leyes del capitalismo implica un “ejercicio de racionalidad”, todo que vaya en contra es falta de cordura. La satisfacción de las necesidades de la población es simple locura, eso no concuerda con el principio del capitalismo: el máximo beneficio. Esta es la racionalidad a la que se refiere Escobar Galindo, los “postulados más sentidos”, ahora ya olvidados por el FMLN, son simples ilusiones, son irreales e irrealizables.

Pero no podemos ignorar que la situación actual sigue estando “alimentada por combustibles socieconómicos explosivos”, que nada ha cambiado substancialmente en la vida diaria de los salvadoreños, el mismo alto nivel de desempleo, la misma necesidad en alimentos, vestidos, habitaciones, etc. Queda claro que satisfacer estas necesidades es irracional para Escabar Galindo, la racionalidad es acatar el precepto primordial de la constante alza de la tasa de ganancias, aunque se sepa que hay una tendencia hacia la baja, por eso la necesidad del despilfarro de capitales, por eso la busca incesante de la mayor productividad del capital invertido a costas de la sobreexplotación de la fuerza de trabajo. El objetivo de la economía capitalista no es la satisfacción de las necesidades de la población. Su objetivo es el mayor beneficio en detrimento de la vida misma, en detrimento de las población, en detrimento del medio ambiente. La racionalidad capitalista es convertirlo todo en mercancía.

Según Escobar Galindo el FMLN ha entendido esta racionalidad y ha abandonado sus dementes “postulados más sentidos”.

Fuente: Blog de Carlos Abrego
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2 comments :

  1. Muy competente el análisis hecho por Don Carlos Abrego. Por otro lado el Sr. David Escobar Galindo con una preciosa riqueza intelectual se queda muy corto de atinar en la raíz de la realidad popular salvadoreña por el simple hecho que él siempre fue apadrinado desde su infancia profesional y humana para llegar a sus altos puestos y por ende, él ve los acontecimientos como el fanático sentado en una de las gradas del Estadio Nacional creyendo que todo es tan fácil como se mira desde arriba, pero cosa muy diferente es cuando se está en el medio de los jugadores. Desafortunadamente para el Sr. Escobar Galindo, le ha faltado la vivencia de subir la cima de la pobreza a la abundancia por su propio esfuerzo y le es imposible evaluar la diferencia de lo que eso significa para hacer una crítica justa e equilibrada.

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  2. El Sr Galindo siempre fue un escritor de derecha, eso es tan claro co,mo el agua, y escribe desde su propia perspectiva, sin tomarse un momento de investigar afondo los origenes de la guerra civil, que datan de mucho mucho antes de los 80s, el nacimiento del frente y arena es solo una evolucion de movimientos por un lado de los oprimidos y por el otro de los opresores.

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