Discurso de Francisco Rivera Presidente de Salvadoreños en el Mundo
Mensaje de Francisco Rivera en la Primera Cumbre de Liderazgo Salvadoreno-Americano 23/9/2009 – Washington, DC.
Estimados compatriotas, amigos, autoridades y medios de comunicación.
Me siento honrado de estar aquí delante de todos ustedes y poder hablar finalmente de nosotros, los salvadoreños, ese pueblo al que tanto ha castigado la historia y cuyo esfuerzo y sacrificio todavía esperan un reconocimiento digno de las autoridades, aquí en Estados Unidos, el corazón del mundo y, allá, en El Salvador, nuestro país de origen,
En 1539, 68 años antes de Jamestown, la primera colonia inglesa en toda Norte América, indígenas salvadoreños se vieron obligados a salir de su tierra natal y del seno de sus hogares para ayudar a Don Antonio de Mendoza, virrey del nuevo mundo, a descubrir lo que ahora es el estado más grande y poderoso de Estados Unidos: el estado de California.
La historia, desconocida por muchos, dice que los barcos el San Salvador y el San Miguel arribaron a la costa oeste de Estados Unidos en este mismo mes de septiembre, pero del año 1542. Esos barcos habían sido construidos gracias a la laboriosidad y la mano de obra de los indígenas salvadoreños, allá, en la costa del Océano Pacífico en El Salvador.
Los nombres que llevaban en sus costados aquellos dos navíos al entrar en el puerto de San Diego en 1542 no fueron producto de la casualidad. Los nombres representaban la tierra donde habían sido construidos por una raza hasta ahora desconocida incluso por nosotros mismos.
Resumo la historia: el pueblo indígena salvadoreño contribuyó con vidas y laboriosidad al gran hallazgo del descubrimiento de la costa oeste de Estados Unidos hoy hace ya más de 4 siglos.
Sin embargo, estimados compatriotas, amigos, autoridades y medios de comunicación, no estamos aquí para revisar la historia y los aportes a esta nación de nuestros antepasados salvadoreños.
Estamos aquí para para hablar del futuro, para ver qué podemos hacer por este país que nos ha acogido y también por el país de origen que hemos dejado atrás.
Los salvadoreños en Estados Unidos ya somos, independiente de que se conozca o no en los medios, parte de la vida política, económica, social e histórica de esta gran nación.
Somos ya el 4º grupo más grande de todos los latinoamericanos de EE.UU. Después de los mexicanos, los portorriqueños y los cubanos, estamos nosotros, los salvadoreños, creciendo más rápido que nadie y a paso firme con ganas de contribuir, mejorar y participar en todo los aspectos importantes de la democracia más antigua del mundo: (EE.UU.)
No en balde, en el Censo de esta nación (año 2007) figuran oficialmente 1,450,000 salvadoreños. Se nos toma como un grupo, pero en verdad somos un pueblo, un país completo. Pero hay más. Somos muchos más. El propio servicio de Homeland Security de Estados Unidos estima que pueden haber alrededor de un 1,000,000 de indocumentados de origen salvadoreño.
¿Dónde está ese millón de salvadoreños indocumentados?
La abrumadora mayoría, está trabajando, produciendo para este país, labrando la tierra, construyendo edificios, cuidando a los niños de América, recogiendo la basura de este mismo local para que esté limpio, está cumpliendo con sus obligaciones familiares como cualquiera de nosotros. Sin embargo, no están en el Censo. No están sobre el papel. ¡No cuentan!
Déjenme hacer énfasis en este punto: En el Censo del 2010 hay que hacernos contar en este país, lugar donde vivimos y trabajamos.
Déjenme que lo repita y lo saboree: “Ya somos el cuarto grupo” dentro de los 47 millones de hispanos de Estados Unidos.
Me pregunto, ¿qué pasaría si lográramos incluir a todos nuestros hermanos salvadoreños, los legales y los que se encuentran en situación irregular, dentro del CENSO de Estados Unidos en el año 2010?
Estimados compatriotas, debemos estar preparados y anticiparnos a lo que se nos viene encima: ser uno de los tres primeros grandes grupos de la mayor concentración hispana dentro del país más poderoso de la tierra, Estados Unidos.
Es un desafío y ese desafío requiere de mucho trabajo, sudor y lágrimas, pero, sobre todo, requiere de unidad, la unidad que no es una opción, sino una obligación para la supervivencia y la superación.
Esta generación de salvadoreño-americanos debe formar liderazgo y dar paso a la próxima generación para el avance de nuestra gente en la conquista del siguiente peldaño (presencia en instancias federales) en este país y eso, mis queridos compatriotas, requiere, y requerirá sin duda alguna, de la unidad de todos nosotros.
Ya lo dijo hace muchos años el entonces Capitán Francisco Morazán: ”Divididos solo nos toca esperar y morir.”
Ciertamente, separados y divididos, solamente restamos el uno del otro y, tarde o temprano, nos estrellaremos en el muro del fracaso, en el dique la derrota, y a estas alturas del juego eso es algo que ya no nos podemos permitir.
Hasta ahora cada uno se ha ido, más o menos, por su cuenta, peleando batallitas y haciendo su propia guerra, muchas veces por causas justificadas y, otras, buscando protagonismos inútiles, en nombre de los salvadoreños residentes en el exterior.
Estimados compatriotas, amigos, autoridades y medios de comunicación, es hora de hacer una profunda reflexión sobre nosotros mismos, sobre nuestra determinación, sobre nuestra unidad para hacer de nuestra gente una comunidad plena en derechos y responsabilidades para afrontar los retos transnacionales del pueblo salvadoreño en el exterior.
Como dije antes, uno de los grandes retos que tenemos ya a la vuelta de la esquina es hacer que toda alma salvadoreña en este país sea contada en el Censo de EE.UU. en el año 2010.
Aprovecho la presencia del Sr. Viceministro para la Atención de los Salvadoreños en el Exterior, y demás autoridades legislativas para que pida al gobierno de El Salvador una colaboración extraordinaria para realizar una campaña masiva con el fin de hacer contar e integrar dentro del Censo de 2010 a todos los salvadoreños que viven en este país, sin importar su condición migratoria.
Señores representantes del gobierno salvadoreño, desgraciadamente, aquí también necesitamos vencer el MIEDO. La gente tiene miedo de rellenar formularios y papeles oficiales del gobierno federal de Estados Unidos. Debemos de vencer ese miedo e informar a nuestra gente que El Censo de EE.UU. es un conteo de todas las personas que residen en el país y NO un control migratorio para la deportación y la mejor forma de hacerlo es mediante una campaña masiva en radio, prensa, televisión e Internet.
También aprovecho la visita de las autoridades salvadoreñas para pedirles que tomen en cuenta las siguientes propuestas:
1) Que se saque la parte de Emigración integrada dentro del recién creado Consejo Económico y Social y se cree el Consejo del Migrante, que trate de forma integral todos los problemas de la emigración en El Salvador y las necesidades del pueblo salvadoreños en el exterior.
2) Que el Ejecutivo de Mauricio Funes incite a la Asamblea Legislativa o, mejor dicho, que la Asamblea Legislativa haga su papel constitucional y cree un Decreto de Inclusión Política para los salvadoreños en el exterior dentro del año 2009.
3) Que se cree un Ente Asesor Estratégico para el desarrollo del país, formado por salvadoreños en el exterior.
A las autoridades de EE.UU., les pedimos humildemente una reforma migratoria integral, incluyente que no castigue, ni destruya familias y la residencia permanente para los centroamericanos que están bajo el TPS.
La inmigración en este país es la sangre de los Estados Unidos desde tiempos inmemorables. El fallecido Ted Kennedy, que Dios lo tenga en su Gloria, antes de morir, dijo:
Los inmigrantes construyeron nuestras grandes ciudades. Edificaron granjas y cultivaron nuestras tierras. Ellos construyeron los ferrocarriles y las carreteras que unen a Estados Unidos. Construyeron iglesias para practicar su fe. Lucharon bajo los colores de Estados Unidos en nuestras guerras. Los inmigrantes trabajaron duro para que sus hijos pudieran abrazar en el futuro las crecientes posibilidades en esta tierra de ensueño. Y a lo largo de los siglos, los inmigrantes vinieron a Estados Unidos desde cualquier parte del mundo para hacer el sueño americano una realidad.
El sueño americano es en verdad el sueño de los inmigrantes. Los salvadoreños somos parte de esos inmigrantes y de ese bonito concepto llamado libertad. Los salvadoreños somos gente de bien, gente trabajadora que quiere contribuir a que este país siga siendo grande. Los salvadoreños hemos pagado con vidas humanas las últimas guerras de Estados Unidos. De hecho, en la actual guerra que este país libra en Afganistán, se calcula que medio centenar de salvadoreños luchan dentro del ejército de esta nación y defienden con su vida los colores y los ideales de los Estados Unidos.
Somos el pueblo latinoamericano más pequeño de todo el hemisferio, pero el 4º más grande en esta enorme nación.
En 1542, aquella humilde raza mesoamericana, a bordo del San Salvador y el San Miguel, rumbo a California, no logró llegar a las costas de Estados Unidos. Los últimos salvadoreños que resistieron el viaje finalmente enfermaron y fueron arrojados al fondo del mar. Ahí sus débiles cuerpos saciaron el hambre de los tiburones, pero su esfuerzo, su sacrifico y su lucha han de renacer en nuestras mentes.
Nuestra grandeza es nuestra pequeñez, nuestra humildad, nuestra laboriosidad, nuestra pequeña historia desconocida.
Estimados compatriotas, amigos, autoridades y medios de comunicación, el tiempo de los salvadoreños ha llegado. No podemos sentarnos de brazos cruzados y ver desde las gradas cómo se escribe la historia de este país y del que hemos dejado atrás. Debemos esforzarnos por contribuir, participar, escribir nuestras propias pinceladas y ser parte de esa historia.
Demostremos al mundo que podemos: Declaremos, aquí, ahora, el final de la división del pueblo salvadoreño en el exterior y anunciemos el principio de la unidad y la institucionalización del liderazgo salvadoreño-americano para afrontar los retos del futuro JUNTOS. Las generaciones posteriores nos lo agradecerán.
Muchas gracias.
Estimados compatriotas, amigos, autoridades y medios de comunicación.
Me siento honrado de estar aquí delante de todos ustedes y poder hablar finalmente de nosotros, los salvadoreños, ese pueblo al que tanto ha castigado la historia y cuyo esfuerzo y sacrificio todavía esperan un reconocimiento digno de las autoridades, aquí en Estados Unidos, el corazón del mundo y, allá, en El Salvador, nuestro país de origen,
En 1539, 68 años antes de Jamestown, la primera colonia inglesa en toda Norte América, indígenas salvadoreños se vieron obligados a salir de su tierra natal y del seno de sus hogares para ayudar a Don Antonio de Mendoza, virrey del nuevo mundo, a descubrir lo que ahora es el estado más grande y poderoso de Estados Unidos: el estado de California.
La historia, desconocida por muchos, dice que los barcos el San Salvador y el San Miguel arribaron a la costa oeste de Estados Unidos en este mismo mes de septiembre, pero del año 1542. Esos barcos habían sido construidos gracias a la laboriosidad y la mano de obra de los indígenas salvadoreños, allá, en la costa del Océano Pacífico en El Salvador.
Los nombres que llevaban en sus costados aquellos dos navíos al entrar en el puerto de San Diego en 1542 no fueron producto de la casualidad. Los nombres representaban la tierra donde habían sido construidos por una raza hasta ahora desconocida incluso por nosotros mismos.
Resumo la historia: el pueblo indígena salvadoreño contribuyó con vidas y laboriosidad al gran hallazgo del descubrimiento de la costa oeste de Estados Unidos hoy hace ya más de 4 siglos.
Sin embargo, estimados compatriotas, amigos, autoridades y medios de comunicación, no estamos aquí para revisar la historia y los aportes a esta nación de nuestros antepasados salvadoreños.
Estamos aquí para para hablar del futuro, para ver qué podemos hacer por este país que nos ha acogido y también por el país de origen que hemos dejado atrás.
Los salvadoreños en Estados Unidos ya somos, independiente de que se conozca o no en los medios, parte de la vida política, económica, social e histórica de esta gran nación.
Somos ya el 4º grupo más grande de todos los latinoamericanos de EE.UU. Después de los mexicanos, los portorriqueños y los cubanos, estamos nosotros, los salvadoreños, creciendo más rápido que nadie y a paso firme con ganas de contribuir, mejorar y participar en todo los aspectos importantes de la democracia más antigua del mundo: (EE.UU.)
No en balde, en el Censo de esta nación (año 2007) figuran oficialmente 1,450,000 salvadoreños. Se nos toma como un grupo, pero en verdad somos un pueblo, un país completo. Pero hay más. Somos muchos más. El propio servicio de Homeland Security de Estados Unidos estima que pueden haber alrededor de un 1,000,000 de indocumentados de origen salvadoreño.
¿Dónde está ese millón de salvadoreños indocumentados?
La abrumadora mayoría, está trabajando, produciendo para este país, labrando la tierra, construyendo edificios, cuidando a los niños de América, recogiendo la basura de este mismo local para que esté limpio, está cumpliendo con sus obligaciones familiares como cualquiera de nosotros. Sin embargo, no están en el Censo. No están sobre el papel. ¡No cuentan!
Déjenme hacer énfasis en este punto: En el Censo del 2010 hay que hacernos contar en este país, lugar donde vivimos y trabajamos.
Déjenme que lo repita y lo saboree: “Ya somos el cuarto grupo” dentro de los 47 millones de hispanos de Estados Unidos.
Me pregunto, ¿qué pasaría si lográramos incluir a todos nuestros hermanos salvadoreños, los legales y los que se encuentran en situación irregular, dentro del CENSO de Estados Unidos en el año 2010?
Estimados compatriotas, debemos estar preparados y anticiparnos a lo que se nos viene encima: ser uno de los tres primeros grandes grupos de la mayor concentración hispana dentro del país más poderoso de la tierra, Estados Unidos.
Es un desafío y ese desafío requiere de mucho trabajo, sudor y lágrimas, pero, sobre todo, requiere de unidad, la unidad que no es una opción, sino una obligación para la supervivencia y la superación.
Esta generación de salvadoreño-americanos debe formar liderazgo y dar paso a la próxima generación para el avance de nuestra gente en la conquista del siguiente peldaño (presencia en instancias federales) en este país y eso, mis queridos compatriotas, requiere, y requerirá sin duda alguna, de la unidad de todos nosotros.
Ya lo dijo hace muchos años el entonces Capitán Francisco Morazán: ”Divididos solo nos toca esperar y morir.”
Ciertamente, separados y divididos, solamente restamos el uno del otro y, tarde o temprano, nos estrellaremos en el muro del fracaso, en el dique la derrota, y a estas alturas del juego eso es algo que ya no nos podemos permitir.
Hasta ahora cada uno se ha ido, más o menos, por su cuenta, peleando batallitas y haciendo su propia guerra, muchas veces por causas justificadas y, otras, buscando protagonismos inútiles, en nombre de los salvadoreños residentes en el exterior.
Estimados compatriotas, amigos, autoridades y medios de comunicación, es hora de hacer una profunda reflexión sobre nosotros mismos, sobre nuestra determinación, sobre nuestra unidad para hacer de nuestra gente una comunidad plena en derechos y responsabilidades para afrontar los retos transnacionales del pueblo salvadoreño en el exterior.
Como dije antes, uno de los grandes retos que tenemos ya a la vuelta de la esquina es hacer que toda alma salvadoreña en este país sea contada en el Censo de EE.UU. en el año 2010.
Aprovecho la presencia del Sr. Viceministro para la Atención de los Salvadoreños en el Exterior, y demás autoridades legislativas para que pida al gobierno de El Salvador una colaboración extraordinaria para realizar una campaña masiva con el fin de hacer contar e integrar dentro del Censo de 2010 a todos los salvadoreños que viven en este país, sin importar su condición migratoria.
Señores representantes del gobierno salvadoreño, desgraciadamente, aquí también necesitamos vencer el MIEDO. La gente tiene miedo de rellenar formularios y papeles oficiales del gobierno federal de Estados Unidos. Debemos de vencer ese miedo e informar a nuestra gente que El Censo de EE.UU. es un conteo de todas las personas que residen en el país y NO un control migratorio para la deportación y la mejor forma de hacerlo es mediante una campaña masiva en radio, prensa, televisión e Internet.
También aprovecho la visita de las autoridades salvadoreñas para pedirles que tomen en cuenta las siguientes propuestas:
1) Que se saque la parte de Emigración integrada dentro del recién creado Consejo Económico y Social y se cree el Consejo del Migrante, que trate de forma integral todos los problemas de la emigración en El Salvador y las necesidades del pueblo salvadoreños en el exterior.
2) Que el Ejecutivo de Mauricio Funes incite a la Asamblea Legislativa o, mejor dicho, que la Asamblea Legislativa haga su papel constitucional y cree un Decreto de Inclusión Política para los salvadoreños en el exterior dentro del año 2009.
3) Que se cree un Ente Asesor Estratégico para el desarrollo del país, formado por salvadoreños en el exterior.
A las autoridades de EE.UU., les pedimos humildemente una reforma migratoria integral, incluyente que no castigue, ni destruya familias y la residencia permanente para los centroamericanos que están bajo el TPS.
La inmigración en este país es la sangre de los Estados Unidos desde tiempos inmemorables. El fallecido Ted Kennedy, que Dios lo tenga en su Gloria, antes de morir, dijo:
Los inmigrantes construyeron nuestras grandes ciudades. Edificaron granjas y cultivaron nuestras tierras. Ellos construyeron los ferrocarriles y las carreteras que unen a Estados Unidos. Construyeron iglesias para practicar su fe. Lucharon bajo los colores de Estados Unidos en nuestras guerras. Los inmigrantes trabajaron duro para que sus hijos pudieran abrazar en el futuro las crecientes posibilidades en esta tierra de ensueño. Y a lo largo de los siglos, los inmigrantes vinieron a Estados Unidos desde cualquier parte del mundo para hacer el sueño americano una realidad.
El sueño americano es en verdad el sueño de los inmigrantes. Los salvadoreños somos parte de esos inmigrantes y de ese bonito concepto llamado libertad. Los salvadoreños somos gente de bien, gente trabajadora que quiere contribuir a que este país siga siendo grande. Los salvadoreños hemos pagado con vidas humanas las últimas guerras de Estados Unidos. De hecho, en la actual guerra que este país libra en Afganistán, se calcula que medio centenar de salvadoreños luchan dentro del ejército de esta nación y defienden con su vida los colores y los ideales de los Estados Unidos.
Somos el pueblo latinoamericano más pequeño de todo el hemisferio, pero el 4º más grande en esta enorme nación.
En 1542, aquella humilde raza mesoamericana, a bordo del San Salvador y el San Miguel, rumbo a California, no logró llegar a las costas de Estados Unidos. Los últimos salvadoreños que resistieron el viaje finalmente enfermaron y fueron arrojados al fondo del mar. Ahí sus débiles cuerpos saciaron el hambre de los tiburones, pero su esfuerzo, su sacrifico y su lucha han de renacer en nuestras mentes.
Nuestra grandeza es nuestra pequeñez, nuestra humildad, nuestra laboriosidad, nuestra pequeña historia desconocida.
Estimados compatriotas, amigos, autoridades y medios de comunicación, el tiempo de los salvadoreños ha llegado. No podemos sentarnos de brazos cruzados y ver desde las gradas cómo se escribe la historia de este país y del que hemos dejado atrás. Debemos esforzarnos por contribuir, participar, escribir nuestras propias pinceladas y ser parte de esa historia.
Demostremos al mundo que podemos: Declaremos, aquí, ahora, el final de la división del pueblo salvadoreño en el exterior y anunciemos el principio de la unidad y la institucionalización del liderazgo salvadoreño-americano para afrontar los retos del futuro JUNTOS. Las generaciones posteriores nos lo agradecerán.
Muchas gracias.
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Salvadoreños en el Mundo
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ReplyDeleteEnhorabuena, Don Francisco!
ReplyDeleteExcelente discurso.
Que viva la unidad de los inmigrantes salva-estadounidenses!
Don Francisco, felicidades por darnos luz en la historia y saber que líderez como usted están para brindar apoyo a nuestros hermanos en el exterior.
ReplyDeleteLa sencilles de sus palabras, sus valores y deseos enriquecen ¨nuestra pequeñez, nuestra humildad, nuestra laboriosidad, nuestra pequeña historia desconocida¨.
Su servidor don Francisco escribe y por fín he logrado llevar mi obra al sistema digital para que pueda llegar a todos los hermanos salvadoreños y latinos en el mundo. lo invito a visitar:
http://www.smashwords.com/profile/view/elsalvador
Aquí podra leer el 50% de mi libro de historia que abarca desce 1932 hasta el 2008 en forma gratuita.
Espero le agrade.
Muchas felicidades.
David Ernesto Panamá Sandoval
Secretario
Foro de Escritores de El Salvador
Don Francisco Rivera, esta muy acertado lo que comenta hoy dia acerca de la potencia salvadoreña desde tiempos historicos (que de por si, el relato de la asistencia con el descubrimiento del norte de America no lo enseñan en la escuela, y que sepa tampoco lo platican). Sin embargo, es muy penoso que los antepasados fueran gente de industria y buenos principios que no se recuerda, pero si se oigan por todos los medios de las atrocidades de la juventud, contaminada por los excesos de las "maras," o pandias, o la misma ignorancia que se ha exportado del mismo pais que usted cita.
ReplyDeleteTodos los salvadoreños de buenos modales y deseos de superacion compartimos con aquel orgullo de podernos llamar Salvadoreños, pero si es menester que veamos como componer lo que ahora se esta descomponiendo a diario. Si continua ese descontrol, poco importara lo que aqui en los Estados Unidos representamos cuando las noticias continuaran indicando que "las maras salvatruchas" son esto o aquello (que provienen de nosotros mismos, por, lo que dije, la contaminacion de las experiencias que solamente en este pais, EEUU se ven tan agudamente).
Gracias por su importante mensaje.
LOS SALVADORENOS SON PORTADORES DE ESPERANZA, DE SOLIDARIEDAD, DE HERMANDAD!!!
ReplyDeleteYA BASTA CON ESTAS HISTORIETAS DE PAPEL PERIODICO QUE LOS SALVAS AQUI QUE LOS SALVAS ALLA!!
MUEVANSE Y REPRODUSCANSE!!
DENTRO DE 25 ANOS LOS SALVADORENOS HABRAN EL PRIMER NORSALVADORENO COMO PRESIDENTE!!HAGAMOS HISTORIA SI BARAK VENCIO UN SALVADORENO VENCERA!!
ESTUDIEN NECESITAREMOS DE TODA VUESTRA INTELIGENCIA ORGANICENSE POR QUE NECESITAREMOS TODA LA VUESTRA FUERZA!!!
EL SALVADOR ES UNA GRAN NACION DE DESPERDIGADOS!!
DONDE QUIERA TE LOS ENCONTRAS!!
A VECES PIENSO QUE ES COMO UN ENCANTO AUNQUE SEA EN LAS MONTANAS DEL NEPAL PERO ALLA ESTA SIEMPRE UNO SAMPADO!!
Rivera es el mas grande entre los grandes, pero chiquito como un enano tomante de guerta.
ReplyDeleteRivera,
ReplyDeleteGracias por compartir con la comunidad internauta su discurso.
Es como si hubiera estado ahi.
Al calificar alumnos con la experticia en comunicacion blingue me resulta mas emocionante cuando los discursos son en el idioma de Miguel De Cervantes Y Saavedra, la lengua romantica por excelencia: EL ESPANOL !
ReplyDeletePues el pelon al que se refiere el comentario de Ricardo Flores, ese peloncito al que usted se refiere HA HECHO MAS QUE USTED POR LA DIASPORA MI AMIGO PAISANO !
Y FELICITO A RIVERA POR LA ELOCUENTE MANERA DE SENTIRNOS RESPONSABLES POR NUESTROS PROPIOS DESTINOS MARCADOS POR LAS DOS IDENTIDADES QUE ATENDEMOS: EL SALVADOR Y ESTADOS UNIDOS.
Este eslabon perdido ya se esta encontrando, con este esfuerzo de nada mas ni nada menos que los lideres de nuestras comunidades y organizaciones que han llorado, esforzado y lucha por nuestro bien en tiempos cuando hemos sufrido y SOLO LAS AGENCIAS E INDIVIDUOS CONCIENTES POR LA SUERTE DE LA SOLIDARIDAD SE HICIERON PRESENTES!
BIENVENIDO LAS PROPUESTAS EN SU DISCURSO PELONCITO GUANACO DE SUCHITOTO !
Jose Matatias Delgado Y Del Hambre.
Congratulations Mr. Rivera,
ReplyDeleteExcelente articulo, usted es un buen hermano salvadoreno, que sabe lo que necesitamos los que no tenemos una legalidad en este pais, pero que hemos llegado con la esperanza de obtener un buen trabajo y contribuir al desarrollo economico politico y social de E.U como de nuestro pais, El Salvador, pues con nuestra remesa estamos contribuyendo a la economia de nuestro pais, y si no se legaliza a todos los que estamos aqui, no sabemos como le iria al gobierno salvadoreno, donde no hay oportunidades de trabajo, educacion, salud, y una vivienda digna para los mas pobres, porque esos privilegios estan dados solo a la clase politica, y a los mas ricos y por todo eso es que hemos tenido que emigrar en busca de mejores oportunidades para nuestras familias, por todo eso es urgente que lo mas pronto posible se exija una reforma migratoria integral a los mas 12,000,000
de personas que estamos en este pais, esperamos que se hagan cabildeos con el congreso ,porque creo que solo el presidente Barack Obama no puede hacer nada sin el apoyo de los politicos en el congreso, es necesario concientizar a todos esos politicos para que pronto tengamos una reforma, que vendria a beneficiar a todos y a E.U. en el aspecto economico, y tendria control de toda la gente que esta en este pais.
QUE DIOS ABLANDE EL CORAZON DE LOS CONGRESISTAS Y AYUDE AL PRESIDENTE OBAMA Y A LOS LIDERES COMUNITARIOS A HACER PRESION PARA QUE SEA REALIDAD ESTA PETICION DE LA REFORMA, DIOS BENDIGA A TODOS.........
AVE SIN RUMBO EN ESPERA DE DESCANSAR EN ESTE PAIS.....
from Lucy Guerrero reciban un saludo de Salt Lake city Utah excelente, sr. Presidente de Salvadorenos en el mundo, y nosotros los integrantes de salvadorenos en el mundo respaldamos sus peticiones, y estaremos ATENTOS a los resultados de las autoridades que estan a cargo de los supuestos cambios que prometieron.. que el arquitecto del universo nos ilumine, que tengan un her,oso dia Un Lucero de Salt Lake City
ReplyDeleteDr. Sigfredo Cabrera Rajo.
ReplyDeleteSobresaliente Don Francisco personas como usted hacen creible las esperanzas de la diaspora salvadoreña en EE.UU. Desde Cerdanyola, Barcelona, España.
Permitame dirigirme a Jose Matatias Delgado y del Hambre, asiduo comentaristas de este blog. Usted cariñosamente llama a Don Francisco "peloncito Guanaco de Suchitoto. En el idioma que usted menciona, el de Cervantes, el español "guanaco" es uno de los cuatro camélidos suramericanos,del quechua wanaku (Lama guanicoe. Los castellanos conquistadores en centroamerica denominaron asi a la resistencia docil y callada de los pipiles y lencas que llevaron al peru como esclavos y la terminologia peyorartiva continuo en Panama y la falta de identidad de nuestro pueblo humilde, acepto éste incluso dedicando una canción, "Yo soy Guanaco si señor", aceptando su origen de esclavo humillante" A los gentiles salvadoreños, rurales o urbanitas que hacen ese esfuerzo en EE.UU por que se les reconosca que son hombres libre, trabajadores y buscan un puesto en la sociedad, se les debe de enseñar lo que significa "guanaco", ni salvatrucho. He conocido a los hijos de la diaspora, formados en universidades de los Angeles, que dudan de su identidad: salvadoreña o Americana. Ustedes deben de dar ejemplo utilizando Lo nuestro "salvadoreño" no esclavo ni servilismo rural o urbanita. El pueblo necesita de su identidad.
El castellano da para mucho "Calvito salvadoreño de suchitoto" "pequeño gran hombre salvadoreño de la tierra de atole y del elote, Suchitoto" etc. etc.
Gracias Dr. Rajo por su acompañamiento participativo.
ReplyDeleteEs interesante al encuentro de la riqueza de nuestro idioma Castellano y si lo vemos como tal, encontramos nuestra identidad bi-cultural inicial: INDO-AMERICANA PARA MOSTRAR A NUESTROS HIJOS UNA IDENTIDAD SALVADOREÑA-ESTADOUNDENSE.
Gracias Dr. Sigifredo por su apunte.
Jose Matatias Delgado Y Del Hambre.