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Un gobierno sin (Con)cultura

Por Carlos Dada*

La silla sigue vacía. El gobierno del cambio realizó un intento vano por “elegir” al presidente de Concultura que terminó como debía haber terminado: en un circo con malos payasos, sin magos y confirmando la falta de visión en esta área del presidente Funes y sus amigos.

Pedirle a la comunidad de artistas y gente relacionada con la cultura que saque papelitos y vote por un funcionario puede ser un intento plausible por democratizar nuestra política, pero es igualmente inocente, contraproductivo e inculto (mejor hubiera sometido a votación el puesto de primer designado a la presidencia, porque parecía un cargo inocuo hasta que conocimos al elegido poderoso caballero).

La responsabilidad de dictar las grandes apuestas culturales del gobierno y de administrar su ejecución no puede ser rebajada a un concurso de popularidad. Si al presidente Funes le da lo mismo que resulte electo José Roberto Cea, Manlio Argueta, Breny Cuenca o Roberto Salomón, esto demuestra que no tiene ningún plan cultural para sus próximos cinco años. Y además que ni él ni sus consejeros (que aún desconocemos con qué credenciales presidían la mesa) conocen al gremio cultural de nuestro país, porque hay que ser verdaderamente ilusos para pensar que puede salir humo blanco de un evento como el que realizaron, con esas centenas de artistas y agentes culturales, muchos de los cuales tienen años de vivir en un submundo de intrigas y puñaladas, incapaces de ponerse de acuerdo siquiera para exigir el debido respeto a su trabajo.

Y si de exigir respeto se trata, pudieron haberse retirado todos, para no prestarse a ese vergonzoso show.

Un gobierno comprometido con la cultura sigue los pasos contrarios a los que ha seguido este: primero establece sus prioridades culturales, su política cultural. Esto pasa por preguntarse, y responderse, qué cambios culturales quiere aportar al país en los próximos cinco años. ¿Debe el gobierno aportar a erradicar la amnesia histórica de los salvadoreños? ¿O ayudarnos a apreciar mejor la belleza? ¿Impulsar un movimiento artístico nacional con características propias? ¿Se quiere incidir en un verdadero cambio cultural para lograr mayor respeto, orden y limpieza? ¿en equidad de género? ¿en respeto a las diferencias? ¿O recuperar el honor y la dignidad como valores nacionales? ¿Hacer de las artes una tarjeta de presentación de El Salvador, coordinando con cancillería y las embajadas? ¿O de nuestro pasado? ¿O ser el motor de una redefinición de nuestra identidad nacional? ¿O asumir que los artistas necesitan del Estado para vivir dignamente y por tanto ayudar a su manutención? ¿O de plano el gobierno del cambio quiere hacer de Concultura el lugar ideal para el folklore, la marimba y las artesanías? ¿O rescatar nuestro carácter indígena? ¿Qué quieren pues?

Si se hicieran estas preguntas (y si las respondieran) entonces tendríamos a un presidente de Concultura ideal para impulsar la política cultural del gobierno. Pero no se las han hecho. Y como no se las han hecho someten un cargo de esta naturaleza a concurso, y convierten a la principal institución en materia de administración cultural en un premio gordo de puestos. Y como no se las han hecho, y tampoco se las han respondido, tampoco se han hecho la siguiente: ¿con qué fondos se puede ejecutar esa política cultural del Estado, en tiempos de crisis, cuando obvia y comprensiblemente las prioridades son otras? ¿No será entonces conveniente nombrar para el cargo a alguien con la suficiente capacidad para ejecutar esas políticas, para aportar su propia visión y experiencia, pero también para conseguir fondos privados y externos que suplan la debilidad financiera del Estado?

Ya antes un funcionario cambió el rostro cultural salvadoreño. Walter Béneke es hoy un personaje mítico por haber hecho esa transformación. La hizo con ambición, una idea muy clara de lo que pretendía, el apoyo de la comunidad internacional y la ayuda de jóvenes talentosos (Los tres Robertos: Huezo, Salomón y Galicia son testigos de primera mano de esa época). Con él nació la televisión educativa y el bachillerato en artes. Y lo hizo en tiempos de Fidel Sánchez Hernández.

No es poca la tarea que tendrá el próximo presidente de Concultura. Sin dinero, tendrá que demostrar que la cultura es fundamental para todo cambio real y multiplicarse para propiciar un terreno fértil para la creatividad, apoyar a los artistas, rescatar nuestro patrimonio cultural, garantizar la sobrevivencia de nuestras tradiciones y encima mantener dignamente el zoológico nacional. Si lo logra, los políticos salvadoreños encontrarán en la cultura una herramienta política de primer orden (pregúntenle a México o a Francia o a España sobre esto) y la idiosincracia del salvadoreño podría cambiar para bien.

Ante tal reto, valdría la pena que el presidente se reúna unos minutos con sus asesores para percatarse, primero, de que es una aberración intentar designar a esta persona como se ha intentado. Y segundo, que establezcan una verdadera política cultural. Entonces, sólo entonces, deberán nombrar a la persona idónea para el cargo. Por méritos, no por concurso. Segunda llamada, segunda.

Por Carlos Dada es director del periódico digital El Faro - Fuente: El Faro
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6 comments :

  1. Puta, Dadita, si eso sólo fue un sondeo de opinión. NUNCA se les dijo a nadie que por medio del voto se iba a elegir al nuevo director de Concultura.

    La elección del nuevo director o directora de concultura le corresponde a Funes, a él y a nadie más que a él, así lo dictan los estatutos de esa secretaría.

    Si sos periodista, averigua y dejate de pajas.

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  2. Las grandes instituciones culturales de paises ricos del norte no necesariamente son artistas ellos mismos, si no gente que sabe buscar fianciamientos y manejarlos para que los artistas (en el caso de ES antropologos) tengan para hacer lo que hacen bien: arte!!!!!

    Inclusive intituciones con enfoque cientifico, los directores no son cientificos y sin embargo son bien exitosos. Ejemplo: El Jardín Botánico de NY uno de los mas pertigiosos del mundo el director ejecutivo no es BOTANICO... Funes debe elegir alguien con vision y empeño...para dirigir CONCULTURA

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  3. Amigo Dadita,

    Arma usted un gran berrinche por algo que no lo amerita. Su editorial hubiera quedado mejor si hubiera hablado usted de los menteros en su profesión.

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  4. Carlitos,

    No es para tanto su rabieta.

    Solo Fijese lo de la corrupcion.

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  5. Don Dadita,

    Relajece busquese una noviecita y juegue un poco con ella. Eso es anti-estresante. La cultura en nuestro pais no esta bien, pero se ira recuperando, y sino, no importa, lo primero es que la gente tenga un plato de comida en la mesa.

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  6. Carlitos Dada, ahora papi esta en la oficina de Economia y no puede darse el lujo de regañarlo por tan arriezgado comentario.

    Tercera llamada Calin.

    Tenga cuidado que de los artistas hay algunos que puteyan feyo y a nuestro gran Ministro De Economia no queremos que lo insulten ni mucho menos a su hijo.

    Les apreciamos demasiado.


    Jose Matatias Delgado y Del Hambre.

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