Geovani Galeas pone sus deseos en boca de otro: “Con la misma audacia que nos ha caracterizado siempre, apoyemos la gestión de Mauricio Funes"

Debate saludable entre los veteranos del ERP
Por Geovani Galeas

Hace un par de años, los veteranos del Ejército Revolucionario del Pueblo se reunieron para conformar una asociación. La antigua jefatura nacional de la organización no se hizo presente a la convocatoria, pero sí lo hicieron la mayoría de los cuadros políticos y militares intermedios. Raúl Mijango, fundador de las Fuerzas Especiales del ERP, al referirse a la naturaleza de dicha asociación ha señalado:

“El único requisito para ingresar a la misma era haber formado parte del ERP en algún momento de su historia. Se acordó respetar las afiliaciones políticas en la que cada cual militara en el presente, ya que ello solo evidencia la pluralidad de nuestro sistema político y la diversidad de opciones que se expresan en la sociedad”. Sin embargo, esa armonía en la pluralidad se puso a prueba en la pasada campaña electoral, cuando los veteranos comenzaron a manifestarse por una u otra opción en la competencia.

Se marcaron tres tendencias: apoyo a la candidatura de Mauricio Funes; neutralidad en términos de llamar a la abstención del voto para castigar tanto a ARENA como al FMLN, y potenciar así un poder cívico; y una corriente que con una crítica frontal a la izquierda ortodoxa favoreció en la práctica al bloque de derecha. Ahora, algunos veteranos plantean la posibilidad de renunciar a la asociación con la intención de fundar una distinta, debido a su rechazo al sector que, con sus críticas al FMLN, favorece a la derecha.

El ex comandante Mijango ha escrito al respecto: “El 15 de marzo pasado algunos compañeros de nuestra asociación celebraron victoria, otros experimentaron el sabor de la derrota y otros seguimos expresando lo que el país necesita al margen de quien lo gobierne. Con ello simplemente vivimos intensamente la democracia que ayudamos a construir, en la cual cada quien es libre de tomar la opción política que prefiere”. Y agrega:

“Quienes pertenecimos al ERP, debemos asumir la victoria de Mauricio Funes como la reivindicación de las concepciones políticas que asumimos desde hace muchos años y por las cuales nos enfrentamos y rompimos con la izquierda ortodoxa. Se trata de una victoria postergada que pudo haberse logrado si hubiéramos llevado a Héctor Silva en 1999, o si Schafik Hándal hubiera permitido que Mauricio Funes fuera el candidato en 2004, dos ocasiones en las cuales fueron los ortodoxos quienes boicotearon esas posibilidades. Concebir la victoria de Funes como un triunfo de los ortodoxos, es conferirles un mérito que no se han ganado y que tampoco se merecen”.

Mijango presenta además algunas consideraciones que sintetizan el pensamiento, estilo y propensión histórica a la flexibilidad y el pluralismo que marcó históricamente al ERP: “Quienes enarbolaron las banderas de la izquierda democrática e incluyente fuimos nosotros en el ERP, y hemos pagado con creces semejante herejía. Haberse aferrado a esos conceptos es lo que le permitió la victoria a Mauricio Funes, y ello se evidencia en su sobrado esfuerzo por impedir que se le vinculara a Hugo Chávez y compañía”.

Este debate puede convertirse en una referencia entre la izquierda democrática y sus actuales disyuntivas, y de paso mostrar que la tolerancia puede viabilizar concordia y unidad aun en la diversidad. Mijango propone a sus compañeros: “Con la misma audacia que nos ha caracterizado siempre, apoyemos la gestión de Mauricio Funes, quien no solo se verá enfrentado a una derecha empeñada en retomar el poder, sino también a una izquierda ortodoxa que forcejeará constantemente por introducirlo a su redil, para que sea con ellos con quienes se produzca la alternancia en el año 2014, lo cual es legítimo que se lo propongan, pero de producirse eso, el país y la izquierda no estarían avanzado sino retrocediendo”.

Fuente: LPG 6/4/2009

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