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Pese a crisis sector remesero crece un 6.3%


6.3% más en remesas familiares en El Salvador - La cifra es superior en $95.7 millones respecto al mismo período el año antnterior.

San Salvador, 14 de junio.- El Salvador ha recibido mil 604 millones de dólares por concepto de remesas familiares para mayo de este año, lo que representó un crecimiento de 6.3 por ciento respecto al mismo lapso de 2007, informó hoy el Banco Central de Reserva (BCR).

Según un comunicado de la dependencia estatal, la cifra es superior en 95.7 millones de dólares a la registrada en ese mismo periodo en 2007.

El ingreso promedio mensual de enero a mayo fue de 320.8 millones de dólares, cantidad superior al promedio mensual del año pasado que fue de 301.7 millones de dólares.

De acuerdo con el informe, 79.3 por ciento de las remesas fueron liquidadas por bancos locales y el resto por otras entidades financieras.

El BCR indicó que las remesas provienen principalmente de Estados Unidos, de los estados de California, Virginia, Texas, Maryland, Washington, donde vive la mayoría de salvadoreños en ese país.

Se estima que unos 2.5 millones de salvadoreños residen en el extranjero, de los cuales 2.3 millones se ubican en Estados Unidos.

Las remesas se han convertido en el principal soporte de la debilitada economía salvadoreña.

El año pasado el país recibió tres mil 600 millones de dólares en remesas y para 2008 las autoridades esperan que crezcan, aunque a una menor tasa debido a la desaceleración de la economía estadunidense que ha obligado a bajar el empleo hispano.

*Con información de Notimex/CFE
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2 comments :

  1. Marulanda-Uribe. Comparación imposible

    I


    Al Presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, parece ser que este año 2008 la suerte le está sonriendo con esa sonrisa boba y cómplice del que está a punto de ahogarse y encuentra de repente un salvavidas.



    Primero fue el asesinato a sangre fría y mientras estaba durmiendo, del comandante de las FARC, Raúl Reyes, en un ataque nocturno del ejército colombiano con la imprescindible ayuda técnica y de inteligencia de los EE.UU en territorio del Ecuador, violando descaradamente la soberanía de esa nación.



    Días más tarde se produce el cobarde asesinato del comandante Iván Ríos a manos de su jefe de seguridad, un tal «Rojas» que, como infiltrado y sicario de Uribe Vélez, cobró su recompensa pagada con el dinero que se le niega a las capas más pobres de la sociedad colombiana.



    También en estos días se ha dado la deserción de la comandante «Karina» en otro gesto de esa sonrisa boba que tan feliz hace a Uribe.


    Sobre esta deserción nos cuentan desde el «Palacio del Narcoparagobierno» colombiano que el abandono de «Karina», por cuya cabeza se ofrecía una recompensa de 1.000 millones de pesos, obedece a la desmoralización de las FARC y a la presión militar del ejército, ocultándonos que la guerrillera está bastante enferma y llevaba más de seis años sin actividad militar.


    Algunos medios apuntan, como el periódico «Insurrección», de Colombia, que «Karina» pudo ser presionada por el Gobierno de Uribe para que se rindiera con la amenaza de que si no lo hacía, el DAS (Departamento Administrativo de Seguridad) podría atentar contra su hija, a quien ese mismo DAS mantenía bajo vigilancia.


    Y nos llega la última (por ahora) sonrisa boba con la noticia de la muerte de Pedro Antonio Marín Marín o Manuel Marulanda Vélez «Tirofijo» acaecida el pasado 26 de marzo. Uribe no cabe de gozo ante tanta suerte de muertes. Lo único que quizá haya empañado por un momento su alegría es el hecho de que Marulanda no ha muerto abatido por su ejército ni por un cazador de recompensas. Ha tenido «Tirofijo» el feo detalle de morir en la cama, arropado por su gente.


    Marulanda Vélez ha sido el azote de más de una decena de presidentes colombianos a lo largo de sus más de 60 años en la selva, granjeándose la confianza de los campesinos y creando un fabuloso Ejército Popular que sigue siendo indestructible.


    Lo han catalogado de asesino, terrorista, dictador, narcotraficante, etc. cuando, sin obtener beneficio alguno en su lucha por cambiar las estructuras políticas, económicas y sociales en Colombia, ha puesto en jaque no solamente a la oligarquía colombiana, sino también a los patrones del norte.


    En contraposición a Marulanda tenemos a este personaje oscuro, gris, triste y con cara de niño que es quien ahora ríe con esa buena suerte bobalicona: Álvaro Uribe Vélez, «El Señor de las Sombras», el descarado Presidente que se mantiene en el poder apoyado por los paramilitares, narcotraficantes, ejército corrupto, oligarquía y la inestimable ayuda de los gringos.


    Aquí quiero hacer un paralelismo o una comparación imposible entre ambas personas: Manuel Marulanda «El malo» y Álvaro Uribe «El bueno».

    MARULANDA «El malo».

    Nació un 12 de mayo de 1930 dentro de una humilde familia de campesinos, siendo, pasados los años, el más grande organizador de movimientos campesinos y comunidades rurales (James Petras).


    En el año 1964 y con apenas un puñado de campesinos huidos de los pueblos, comenzó a forjar el ejército guerrillero más importante que ha dado América Latina. Entregado por entero a los campesinos y a la lucha por mejorar sus condiciones de vida, apenas abandonó la selva que le servía como campo de batalla y Cuartel General de su guerrilla.


    Pocas veces impuso su criterio a los compañeros de lucha toda vez que las decisiones se toman en las FARC de forma consensuada entre los diferentes mandos. Sí que propició la incorporación de las mujeres en los puestos de mando, llegando estas a asumir un tercio de las comandancias. Un tema que preocupaba a Marulanda, dada la admiración que los campesinos sentían hacia él, era el de no caer en el culto a la personalidad; y no lo hizo, evitando así convertirse en figura mediática como ha sucedido con otros jefes guerrilleros.


    Aún siendo desconfiado por naturaleza de las «buenas intenciones» de algunos gobiernos colombianos que, ante las embestidas de la guerrilla, propusieron a las FARC el abandono de las armas para su incorporación a la vida política, aceptó la decisión de muchos mandos de optar por esa vía. Así en los años ochenta se conforma la «Unión Patriótica» que consiguió un buen número de diputados y alcaldías.


    Pero Marulanda tenía buen olfato y esa desconfianza en las «buenas intenciones» le dio la razón. La oligarquía colombiana nunca aceptaría que los ex –guerrilleros les arrebataran por mandato popular los privilegios que siempre tuvieron. Así, a finales de 1987, más de 5000 miembros de la «Unión Patriótica» fueron exterminados por los paramilitares al servicio del capitalismo colombiano, lo que originó que los supervivientes tomaran de nuevo las armas y regresar a las montañas de donde, por cierto, Manuel Marulanda Vélez no se movió.


    Este gesto de predisposición a la paz sin armas por parte de las FARC costó muy caro a la guerrilla. Aún así, casi una década más tarde se vuelven a dar algunas premisas que posibilite la solución del conflicto colombiano a través del diálogo. Evidentemente, en esta ocasión y por sentido común, la desconfianza de Marulanda prima sobre las «buenas intenciones» del gobierno de turno, encabezado por Andrés Pastrana.


    Se despeja militarmente por parte de Pastrana una zona de 42.000 kilómetros cuadrados en San Vicente del Caguán, al sur del país, donde comienzan las negociaciones entre guerrilla y gobierno. Negociaciones que muy pronto se vieron interrumpidas por la irrupción del ejército lo que lleva de nuevo a las FARC a la lucha armada. Ese respiro que se dio el gobierno colombiano al no sufrir los ataques guerrilleros, sirvió para ultimar y poner en ejecución el famoso «Plan Colombia», subvencionado por los EE.UU (el Presidente Clinton se negó a estas negociaciones) y que ha sido causa de miles de asesinatos y desplazamientos entre la población campesina.


    Y así hemos llegado hasta nuestros días donde la acertada visión política de «Tirofijo» y su irrenunciable compromiso con los campesinos y clase trabajadora, está forzando al gobierno colombiano a ponerse cada vez más en manos de paramilitares y gringos. La guerrilla, con Marulanda a la cabeza, después de muchas décadas luchando por una distribución más equitativa de la riqueza, sigue siendo aquella que, respirando dignidad, organizó y despertó al pueblo colombiano. Ahora a esta lucha heroica por la transformación de la sociedad en Colombia la llaman los oligarcas terrorismo. Con el ejemplo de Manuel Marulanda, «El malo», se llama lucha de liberación.


    La semana próxima hablamos de Uribe «El bueno» o «El señor de las Sombras».

    Pregunta idiota que se me ocurre esta semana: Dice el ministro de Defensa colombiano que Manuel Marulanda «estará en el infierno, al que van todos los muertos» ¿dónde piensa este parapolítico que estarán los miles de campesinos que han sido asesinados por sus paramilitares?

    Agustín Mora

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  2. Marulanda-Uribe. Comparación imposible

    II

    Agustín Mora

    Contaba en la primera parte de este artículo, que el presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, estaba así como… felizmente tocado por la varita mágica de la suerte que, en estos primeros meses del año, le regalaba sonrisas bobaliconas.



    La muerte, o mejor dicho, el alevoso asesinato a sangre fría y sin opción de defensa de los comandantes guerrilleros Raúl Reyes e Iván Ríos; la entrega «voluntaria» de la comandante Karina hace unas semanas (apuntaba, a este respecto, que algún medio colombiano opositor, como el periódico Insurrección, defendió la teoría de un chantaje del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) sobre la hija de Karina, a la que tenían vigilada) y la muerte natural (para desgracia de Uribe) de Manuel Marulanda Vélez el pasado 26 de marzo, han constituido los macabros ingredientes que hicieron posible la alegría del Doctor Varito, como familiarmente llamaba el narcotraficante Pablo Escobar a Álvaro Uribe. Ya se sabe, entre amigos, los diminutivos son una tierna demostración de cariño.



    Y después de hablar brevemente sobre el «enemigo público número uno» de la oligarquía colombiana, Marulanda, (del otro principal enemigo de esa oligarquía, Jorge Eliécer Gaitán, ya dieron cuenta asesinándolo en Bogotá un día 9 de abril de 1948) yo me comprometí a hablar esta semana del presidente Uribe «El bueno», Comandante en Jefe del ejército, de los paramilitares y de los narcotraficantes, haciendo un paralelismo o una comparación imposible entre ambos. Veamos:


    ÁLVARO URIBE «El bueno».

    Nace el muchacho, como una premonición, el día 4 de julio de 1952 (¿nadie vio la patriótica película?) en Medellín, departamento de Antioquia. Posiblemente este lugar le confirió personalidad y el gusto por el color blanco, que no le abandonaría nunca. En Medellín comienza su carrera política como instrumento para alcanzar altas cotas y prósperos negocios. Evidentemente, su cuna no fue campesina lo que le permitió, al contrario que a Tirofijo, no trabajar en su vida, vivir de los que sí trabajaban, no tener que huir al monte para no ser asesinado, asistir a los mejores colegios y universidades y tener padrinos al más puro estilo de Don Vito Corleone. No en vano su mamá, Doña Laura Vélez Uribe, era familiar del clan de los Ochoa, conocidos y poderosísimos narcotraficantes.



    Una vez comprobada su valía para los negocios de la «gama blanca», sus dotes oratorias y su capacidad de mirar para otro lado para no enterarse de nada, accede a la dirección de la Agencia de Aeronáutica Civil de Colombia, AEROCIVIL, (1980-1982) donde, como digno representante de su familia y mejor amigo de sus amigos, autorizó al cártel de Medellín licencias de vuelo para transportar droga y concedió permisos para construir aeropuertos para este fin. (Los jinetes de la cocaína. Fabio Castillo).



    Obtuvo la alcaldía de Medellín (1982-1983), apoyado por los que tan blanco lavaban, con la honesta finalidad de encumbrar a su pueblo, meta que consiguió en la figura de Pablo Escobar Gaviria, altruista sujeto de la antes citada gama blanca.



    Tanta amistad se entabló entre Uribe y Escobar que cuando el papá del «Señor de las Sombras», Don Alberto Uribe Sierra, fue asesinado –dicen que por las FARC pero también se dice que en un ajuste de cuentas entre narcotraficantes- su cadáver fue trasladado al domicilio de los Uribe en un helicóptero propiedad de Pablo Escobar, ya por entonces capo del cártel de Medellín. Los amigos están para algo, ¿no?



    Y es que de raza le viene al galgo, dicen. Don Alberto Uribe Sierra, para no desmerecer en su entorno, estaba considerado como un importante narcotraficante del clan de la familia de su mujer, de los Ochoa, y tenía, por cierto, petición de extradición por los EE.UU.



    La amistad de Uribe Doctor Varito con Pablo Escobar no fue muy bien vista y en 1982 es expulsado de la alcaldía de Medellín con cero medallas en su haber. Un detalle más de esa amistad lo proporciona la incautación de un helicóptero de Álvaro Uribe en una finca de Escobar; finca utilizada como laboratorio para la elaboración de la cocaína. Poco tiempo después el incauto, incautador… murió asesinado.



    Los gestos de amistad con Pablo Escobar no acaban con su muerte de este en diciembre de 1993. El actual asesor presidencial de Álvaro Uribe es un tal Jose Obdulio Gaviria, primo del capo del cártel de Medellín, y los hermanos de Obdulio son hoy funcionarios de la Agencia Presidencial de Acción Social y que, por casualidad estuvieron presos en 1983, en Miami, por posesión de droga.



    Pero nos dejamos ya de hablar de estos años de «loca juventud» de Uribe Vélez y avanzamos un poquito mas adelante en el tiempo, cuando es nombrado Gobernador de Antioquia en 1994.


    Siempre preocupado por los suyos, sus paisanos y la prosperidad de la región, Uribe no puede consentir que unos campesinos desarrapados e incultos cuestionen la propiedad de la tierra ni los intereses de terratenientes y hacendados. Unos se mueren de miseria y pobreza y otros no pueden disfrutar en paz de su opulencia. Ante este panorama, el Doctor Varito arma a 82.000 personas civiles y les da rango de guardianes pacíficos. Crea las CONVIVIR que se dedica a espantar la miseria de los campesinos a tiro limpio, a machetazos y a tajo de motosierras. Son el germen del nacimiento de las tristemente famosas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).



    Uribe encuentra nuevos amigos en esta SU organización, como Carlos Castaño (asesinado por los suyos) y Salvatore Mancuso, extraditado recientemente a EE.UU para que hable sólo de narcotráfico y no implique al Sr. Presidente en cosas de paramilitarismo.



    Oficialmente nacen las AUC el día 18 de abril de 1997 y desde sus principios, su tarea siempre ha consistido en trabajar mano a mano con el ejército en cuanto a los asesinatos de campesinos y con los diferentes gobiernos colombianos en cuanto a lo político. No hay que olvidar que, por imposición de las AUC, actualmente unas ¾ partes de los congresistas colombianos y que pertenecen al partido de Uribe fueron nominados por los paramilitares.


    Tampoco, ahora, la familia Uribe se ve libre de la contaminación paramilitar y su práctica terrorista. Así, su hermano Santiago Uribe Vélez, ofrece su hacienda La Carolina como sede del grupo paramilitar Los doce apóstoles. Este hermanísimo fue interrogado por los delitos de extorsión, secuestro y asesinato cometidos por esos «divinos» apóstoles que fueron acusados de cometer 50 asesinatos y alguna que otra masacre más.



    Pero como el nombre de la familia es sagrado y hay que seguir elevándolo, tres parientes cercanos más se dieron a liderar otro grupo salvaterratenientes: los llamados Los Erre, que tienen en su haber la hazaña de asesinar a medio centenar de personas en su querida Antioquia. Eso sin ya contar el mediático caso del otro primo hermano del Doctor Varito, el senador Mario de Jesús Uribe Escobar, acusado de formar parte de los paramilitares y al que Costa Rica rechazó cuando pidió protección.



    Si seguimos con el curriculum vitae del violento creador (in)justiciero de la ahora llamada «Seguridad Democrática», Álvaro Uribe Vélez, no tendríamos papel suficiente y ustedes se agotarían. Pero como las cosas de este salvapatrias aún tienen algunos sesgos dignos de tener en cuenta, los voy a reseñar, brevemente.

    * 400 sindicalistas han sido asesinados en lo que lleva de gobierno (Human Rights Watch).

    * Uribe, en las elecciones presidenciales de 2002, acumulaba 20 procesos penales y 16 investigaciones por su gestión como gobernador de Antioquia (José Steinsleger. La Jornada).

    * Álvaro Uribe Vélez figura, según el Archivo Federal de Seguridad de EE.UU. con el número 82 como hombre del cártel de Medellín (Universidad George Washington. 2004).

    * La revista Newsweek denunció en agosto de 2004 que Álvaro Uribe Vélez estaba incluido en la lista de los 102 colombianos más peligrosos para EE.UU.

    * Jorge Noguera, director de la campaña de Uribe en 2002, está actualmente en la cárcel por terrorismo paramilitar

    * 31 periodistas que han denunciado a algunos hombres del presidente han sido asesinados. Otros muchos más… en el exilio

    * La Gata, que lavaba bien blanco los narcodólares, financió la campaña de Uribe. Este tuvo que reconocerlo

    * Luís Camilo Osorio, nombrado como Fiscal General por Uribe, está implicado en narcotráfico y paramilitarismo. Uribe lo salvó dándole la embajada de México



    Sin embargo, Uribe, no contentó con su escalofriante palmarés político de tierra arrasada, asesinatos de campesinos a manos de sus sicarios de las AUC, apropiación violenta de sus tierras, enriquecimiento con el narcotráfico, invasión de la soberanía de países vecinos, manipulación de la información, entrega indecente de Colombia a los intereses de EE.UU, traiciones a sus antiguos compinches paramilitares, etc., ha dado recientemente una nueva prueba de su condición de fascista y de dictadorzuelo bananero.



    Al más puro estilo del dictador mexicano, Gustavo Díaz Ordaz, cuando en 1968 sacó a más de 10.000 soldados de sus cuarteles para ocupar la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y que finalizó con la matanza de Tlatelolco, el «Señor de las Sombras» invadió con sus uniformados, el pasado 29 de mayo, la Universidad Pedagógica Nacional (UPN). Como todo dictador que se precie, aplicó la bota militar, como convincente remedio, para acallar las protestas estudiantiles de unos universitarios que piden una solución al déficit de más de 22.000 millones de pesos que sufre esa Universidad.



    Ya sabe Uribe muy bien que en la universidad, y bajo su gobierno, no está el futuro de un país sin futuro, sino el posible germen de una gran contestación social que él identifica con violencia terrorista. Por lo pronto hay 12 futuros «farianos» detenidos.



    Se jacta este Doctor Varito, con cara de seminarista reprimido, de que él persuade, pero no compra conciencias. Si hemos de entender la persuasión como el arte de asesinar a campesinos y políticos rivales, ocupar universidades, rodearse de una corte de escuadrones de la muerte de decenas de miles de asesinos a sueldo, de utilizar la motosierra o de fumigar indiscriminadamente con glifosato la humilde producción agrícola de empobrecidos campesinos, etc., la verdad es que el amigo de Pablo Escobar lo hace magníficamente.



    Tal vez Uribe no compre conciencias. A este sujeto no le queda ni un huequito para la suya, pero ya ha demostrado ampliamente que sabe comprar muy bien en el mercadillo de la muerte. Compra, a precios de ganga, delaciones aunque sean falsas, compra dignidades pagando con miedo, compra inteligencia gringa, compra votos a los narcotraficantes, compra periodistas o los manda asesinar, compra congresistas y senadores o compra manos humanas cercenadas.



    No, no se pueden establecer paralelismos entre Manuel Marulanda Vélez «El malo» y Álvaro Uribe «El bueno».

    Titulaba este artículo como la comparación imposible entre ambos. Y no puede ser de otra manera porque no hay comparación posible entre un luchador que, durante más de 60 años, se enfrentó a gobiernos tiranos, terratenientes y caciques por la vida de millones de campesinos y que acaba de morir para seguir viviendo, y este siniestro personaje, Álvaro Uribe, nacido muerto, formado en la muerte, que huele a muerte, gobernando desde el terror y la muerte, rodeado de otros muertos asesinos, que desayuna, almuerza y cena muerte, que reza a un Dios muerto y que culminará su obra de muerte cuando consiga, si lo consigue, matar la esperanza y la vida del pueblo colombiano. Resulta evidente. No hay paralelismo. No hay comparación posible.


    Pregunta idiota que se me ocurre esta semana: si por la cabeza de la comandante Karina Uribe ofreció 1.000 millones de pesos y una vez que ella se «entregó» ¿cobrará Karina su propia recompensa?

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