La Donación de la Cuenta del Milenio no es un Cheque en Blanco
Por Salvador Sanabria
La Corporación de la Cuenta del Milenio del Gobierno de Los Estados Unidos, decidió aprobar una donación de 461 millones de dólares a El Salvador, para la construcción de la carretera Longitudinal del Norte, que conectara al país desde Santa Ana hasta La Unión en el extremo norte del país fronterizo con la Republica de Honduras. Este proyecto pretende beneficiar a 94 de los municipios más pobres, excluidos y marginados de la nación.
El proyecto se implementara en un periodo de cinco años y tendrá evaluaciones periódicas anuales en donde se medirá el cumplimiento acorde al contrato de la donación y los indicadores establecidos por la corporación, a través de su oficina en El Salvador.
Dentro de los indicadores principales se encuentran el nivel de probidad, en otras palabras el nivel de corrupción existente en el país, el imperio de la ley o cumplimiento de ellas, las libertades políticas y a las facilidades para la creación de nuevas empresas y el tiempo que toma la creación de ellas.
En todos los indicadores anteriores El Salvador, fue evaluado por la corporación con deficiencias en estos indicadores. El gobierno del Presidente Antonio Saca, anunció con alegría la aprobación de la donación como un reconocimiento a la labor del gobierno salvadoreño y la amistad de éste para con las políticas de Washington en el mundo. Sin embargo el Señor Presidente se olvidó de los más de los dos millones de salvadoreños en los Estados Unidos, quienes con su contribución anual en impuestos federales han financiado parte de esta donación.
El cálculo es que la donación equivale al 6.7% de los impuestos generados por 30 mil millones de dólares en ingresos que los salvadoreños y salvadoreñas generan con su trabajo en esta gran nación y que generan los más de 3 mil millones de remesas familiares que ayudan al sostén de la economía nacional.
El gobierno salvadoreño y la clase política que gobierna el país deben de reflexionar cuidadosamente, sobre seguir negándole a la Diáspora el derecho al sufragio en el exterior, para participar en el proceso del futuro político del país y en la toma de decisiones en materia de políticas públicas. Lo anterior esta consagrado en la Constitución Política de la República.
Los tomadores de decisiones en El Salvador, deben tomar nota de que la correlación política en Washington cambió en el mes de enero y que en el Senado y la Cámara, habrán políticos amigos de El Salvador, que estarán observando cuidadosamente el cumplimiento sin actos de corrupción de este proyecto y que los indicadores deficientes del milenio, mejoren en el país.
Los salvadoreños en el exterior debemos unirnos más allá de nuestras diferencias de toda índole en asegurarnos que esta oportunidad de desarrollo no se despilfarre de forma mediocre por corruptos, consultores hacelo todo, oportunistas mal llamados hombres de negocios y burócratas. Juntos todos los miembros de la Diáspora organizada podemos influir en que este sea un proyecto exitoso que saque del aislamiento y la exclusión a los habitantes de la zona norte del país y se promueva un verdadero desarrollo humano sostenible que mejore la calida de vida de los habitantes y que tenga un impacto positivo en toda la nación. Quizás esta sea una de las últimas oportunidades que tengamos para enrumbar a El Salvador por el camino de la paz social y el desarrollo económico.
Por Salvador Sanabria
La Corporación de la Cuenta del Milenio del Gobierno de Los Estados Unidos, decidió aprobar una donación de 461 millones de dólares a El Salvador, para la construcción de la carretera Longitudinal del Norte, que conectara al país desde Santa Ana hasta La Unión en el extremo norte del país fronterizo con la Republica de Honduras. Este proyecto pretende beneficiar a 94 de los municipios más pobres, excluidos y marginados de la nación.
El proyecto se implementara en un periodo de cinco años y tendrá evaluaciones periódicas anuales en donde se medirá el cumplimiento acorde al contrato de la donación y los indicadores establecidos por la corporación, a través de su oficina en El Salvador.
Dentro de los indicadores principales se encuentran el nivel de probidad, en otras palabras el nivel de corrupción existente en el país, el imperio de la ley o cumplimiento de ellas, las libertades políticas y a las facilidades para la creación de nuevas empresas y el tiempo que toma la creación de ellas.
En todos los indicadores anteriores El Salvador, fue evaluado por la corporación con deficiencias en estos indicadores. El gobierno del Presidente Antonio Saca, anunció con alegría la aprobación de la donación como un reconocimiento a la labor del gobierno salvadoreño y la amistad de éste para con las políticas de Washington en el mundo. Sin embargo el Señor Presidente se olvidó de los más de los dos millones de salvadoreños en los Estados Unidos, quienes con su contribución anual en impuestos federales han financiado parte de esta donación.
El cálculo es que la donación equivale al 6.7% de los impuestos generados por 30 mil millones de dólares en ingresos que los salvadoreños y salvadoreñas generan con su trabajo en esta gran nación y que generan los más de 3 mil millones de remesas familiares que ayudan al sostén de la economía nacional.
El gobierno salvadoreño y la clase política que gobierna el país deben de reflexionar cuidadosamente, sobre seguir negándole a la Diáspora el derecho al sufragio en el exterior, para participar en el proceso del futuro político del país y en la toma de decisiones en materia de políticas públicas. Lo anterior esta consagrado en la Constitución Política de la República.
Los tomadores de decisiones en El Salvador, deben tomar nota de que la correlación política en Washington cambió en el mes de enero y que en el Senado y la Cámara, habrán políticos amigos de El Salvador, que estarán observando cuidadosamente el cumplimiento sin actos de corrupción de este proyecto y que los indicadores deficientes del milenio, mejoren en el país.
Los salvadoreños en el exterior debemos unirnos más allá de nuestras diferencias de toda índole en asegurarnos que esta oportunidad de desarrollo no se despilfarre de forma mediocre por corruptos, consultores hacelo todo, oportunistas mal llamados hombres de negocios y burócratas. Juntos todos los miembros de la Diáspora organizada podemos influir en que este sea un proyecto exitoso que saque del aislamiento y la exclusión a los habitantes de la zona norte del país y se promueva un verdadero desarrollo humano sostenible que mejore la calida de vida de los habitantes y que tenga un impacto positivo en toda la nación. Quizás esta sea una de las últimas oportunidades que tengamos para enrumbar a El Salvador por el camino de la paz social y el desarrollo económico.
Comentarios
No comments :
Gracias por participar en SPMNEWS de Salvadoreños por el Mundo