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Caso Jesuitas: Honor y Justicia

Por José Manuel Ortiz Benítez

“Me quieren matar” fue la frase que pronunció Ignacio Ellacuría, ex rector de la Universidad José Simeón Cañas (UCA), en octubre de 1989.

Días después, el cuerpo de Ellacuría yacía tieso boca abajo, con el brazo izquierdo ligeramente torcido por encima del cuello. Su rostro había quedado reposado mirando contra el suelo y las piernas permanecían reunidas, ligeramente tensionadas por la fuerza aplicada en los tobillos en el arrastramiento del cuerpo.

Fue una mañana de mucha conmoción.

Inmediatamente, el gobierno de entonces puso en marcha un operativo informativo para comunicar al mundo que la masacre había sido perpetrada por las fuerzas guerrilleras comandadas por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.

“Repudiamos la masacre contra los jesuitas” se desligó rapidísimamente el FMLN en un comunicado oficial.

Nadie quería hacerse cargo de la barbarie.

Finalmente en enero de 1990, fue un tal Eric Buckland, entonces asesor militar de EE.UU. en El Salvador, quien aclaró la desinformación, adjudicando la autoría material e intelectual de la masacre a la cúpula militar del estado salvadoreño.

“Hubo un complot por parte del Estado Mayor para asesinar a los jesuitas” dijo Buckland, temblando ante la cámara que le apuntaba a la cara en el Centro Especial de Interrogatorio del FBI. Fue la declaración más dramática que dio en toda su vida. “Estoy a punto de entrar en un ataque de nervios” soltó en medio del interrogatorio.

Militares de alto nivel fueron señalados por Buckland en su informe oficial de 1991 al Congreso de los EE.UU, entre ellos, el ex Jefe del Estado Mayor, Don René Emilio Ponce.

Al ex presidente del gobierno, don Alfredo Cristiani, no lo quedó más remedio que entrar al trapo en defensa de la cúpula militar.

En 1991, tras la tremenda presión, hubo un juicio orquestado, donde se encontraron culpables de asesinato a dos militares de rango menor del batallón Atlacatl.

Al coronel Guillermo Alfredo Benavides lo empapelaron con 8 cuentas de asesinato, mientras que al teniente René Mendoza Vallecillos, le adjudicaron, 1, el de la víctima menor. Ninguno de los altos mandos señalados por Buckland fue condenado, a pesar de las pruebas aportadas.

En 1993, se acordó una ley de amnistía y los únicos dos militares condenados hasta ese momento quedaron en libertad. Las víctimas se llevaron las manos a la cabeza. El arreglo legislativo se presentó como salvación para los que aun quedábamos vivos.

20 años después, el caso de los jesuitas vuelve a ser foco de discordia nacional.

Al igual que entonces, para algunos salvadoreños abrir el caso supone abrir heridas, para otros, una oportunidad para sanarlas.

El caso nos persigue y tiene un potencial altamente destructivo, entre otras razones, porque los actores relevantes siguen siendo fantasmas de aquel pasado conflictivo que todos queremos dejar atrás.

Por qué a los salvadoreños nos separa la verdad? se pregunta mi estimable amigo Chicho.

No hemos evolucionado lo suficiente. El concepto de honor y justicia sigue siendo aquel que portaban y vociferaban los operadores de la guerra. En el caso de los jesuitas, las víctimas aún tienen que esperar.

Otros artículos de este autor aquí – José Manuel Ortiz Benítez es columnista salvadoreño
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6 comments :

  1. La justicia hacia las victimas no existe en El SAlvador.

    Somos un pais pobre, sin justicia.

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  2. No se vale tener mas en espera a las victimas.

    Este pais debe dar un paso hacia adelante y hacer jsuticia.

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  3. Mis respetos para Manuel Benitez. Maneja bien la pluma y tiene claridad de pensamiento. Gracias por sus aportes y analisis.

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  4. UN testo de la Biblia alega la siguiente nocion:
    "Horrenda cosa es caer en manos del Dios Vivo"

    Parecier aser que la dilacion de la justicia tendra a la final estar en las manos de Dios, no sin embargo, vendra Justicia.

    Canallas, barbaros, asesinos que ahora todos condenan lo que sucedio a los Jesusitas, hasta el arenismo dice conmoverse PERO TE LANZAN EL ZARPAZO DE LA "CACHADA" Y TE DICEN QUE LOS JEFES MILITARES DE ESE ENTONCES SON "inocentes".

    Y QUIEN LES CREE?

    ESTOS ACUSADOS DE ASESINATO EN LA TIPIFICACION DE CRIMENES DE LESA HUMANIDAD AHORA POSAN DE "pobrecistos, inocentes, cumplieron asesinando por la patria".

    QUE COSA MAS OBSENA DE ESTOS PROCECERES DE LA IMPUNIDAD SALVADORAÑA QUE HUYEN DE SER CAPTURADOS Y COMO SIEMPRE, BSCAN PRIVILEGIOS DE LOS CUALES PRONTO PERDERAN.

    ESTAMOS HARTOS DE TANTA IMPUNIDAD EN EL PAIS Y ESTOS MILITARES SON LOS ARTIFICES DE TALES ACTOS QUE SIGUEN DAÑANDO EL PRONTO CUMPLIMIENTO DE LA JUSTICIA EN EL PAIS.

    CON ACTITUDES DE ZAMPARSE A UN CUARTEL PARA SER PRIVILEGIADOS Y NO ESTAR CON LOS MAREROS, ESTA CASTA DE SINGULAR IMPUNIDAD CONTINUAN DESAFIANDO EL REGIMEN DE DERECHO EN EL PAIS A PESAR QUE CONTINUAN MANEJANDO UN DISCURSO AMBIGUO, HIPOCRITA Y DE LESA HUMANIDAD !!!


    Jose Matatias Delgado Y Del Hambre.

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  5. Tengo que lamentar la ausencia de mi estimado José Manuel Ortiz; me consta su dedicación a la labor editorial construida a lo largo de la existencia de Salvadoreños en el Mundo. La asunción de nuevas responsabilidades en el ISSS le hacen más difícil coordinar redactar como anteriormente lo hacía; espero que un nuevo equipo se forme y que el medio no se vuelva un simple recuento de actividades socio-culturales o de re-envío a vínculos de otros medios. De todas maneras, quiero dejar manifiesto mi reconocimiento al trabajo del amigo Ortiz. Por otra parte, a la persona que firma como Jose Matatias Delgado Y Del Hambre y a quien he sufrido constantemente sus dislates y comentarios fuera de lugar quisiera que, al menos, cuidase el idioma con el que escribe pues ni en español y mucho menos en inglés es comprensible. No basta con indignarse ni aparentar pensamiento progresista; hay que aplicárselo a uno mismo y eso, se hace también leyendo y estudiando. Así se sabe que testo son gónadas, que obsceno lleva el prefijo latino obs que implica una prohibición como obstáculo y así muchas más.

    Como no escribo bajo seudónimos, quede aquí la constancia de mi identidad con la que felicito al amigo José Manuel y para los que quieran responderme de manera individual y n bajo el antifaz del anónimo o del seudónimo.

    Sergio Esteban Servellón
    Sservellon@europarl.europa.eu

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  6. parea comenzar los españoles deberian tener verguenza al querer seguir mandando en latinoamerica ladrones de antaño que en verdad ellos deberian ser juzgado por lo que hicieron durante la conquista la colonizacion y la catequizacion de la religion en todo fueron simples asesinos y a los militares ya deberian dejarlos en paz fueron juzgados y condenados al final para bien o para mal ya BASTA

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