Señor ministro de economía, no me salen las cuentas
SEÑOR MINISTRO DE ECONOMIA, NO ME SALEN LAS CUENTAS
Por Miguel Ángel Espinoza*
El subsidio del gas en el último mes, ha sido el protagonista de las noticias, reclamos y comentarios en todo El Salvador, el nuevo mecanismo usado por el gobierno para subsidiar el gas licuado a la población que en realidad lo necesita, para muchos ha sido un total fracaso, no por la medida en si, ni por la forma de hacerlo, más bien es por los resultados negativos que se han dado en forma inmediata, considero que se hicieron alos cálculos, y solamente se pensó en el gas que se consume en los hogares, pero quizás se les paso por alto algo elemental, y es que todos los trabajadores de este país comen por lo menos un tiempo fuera de su casa, y esta demanda es cubierta por miles de chalet, pequeños comedores y puestos de mercados.
Para no exagerar y hacer más grande el problema de lo que es, vamos a asumir que solo se come fuera de la casa el almuerzo, tampoco voy a decir como muchos lo repiten en televisión, que el plato de comida en los lugares populares ha pasado de $1.50 a $2.00 y $3.00, en realidad eso es totalmente falso, lo cierto es que un plato de comida ha pasado de costar $1.50 a un nuevo precios de $1.75, o sea ha tenido un aumento de $0.25 (veinticinco centavos), en una familia salvadoreña promedio, lo común es que trabajen los dos, por lo que el gasto diario de la familia ha subido en $0.50, lo que equivale a $2.50 en una semana laboral de cinco días, en un mes laboral de 21 días el aumento en el gasto familiar ha sido de $10.50, por lo que a la hora de hacer un balance del antes y después del nuevo sistema tenemos:
Como se puede observar una familia de trabajadores promedio en el país, sufrió un aumento en su gasto mensual de $20.08, y recibió del gobierno un subsidio directo de $8.50, por lo que ha tenido que asumir un gasto adicional de $11.58 en su presupuesto que hace un mes no tenía.
Lo anterior es un análisis si se quiere simple y de un solo gasto que se ha visto incrementado a raíz de la medida, estoy seguro que el gobierno no quería que las familias de escasos recursos salieran afectadas, y que la medida se hizo con la sana intención de beneficiar a los que en realidad más lo necesitan.
Como puede apreciar señor Ministro de Economía Dr. Dada, no me salen las cuentas, y que solamente he tomado en cuenta el almuerzo, a lo cual le faltaría agregar las obligadas pupusas del fin de semana y otros gastos que los comerciantes relacionan los incrementos en los productos por el alza en el gas licuado.
El Sr. Secretario Técnico de la Presidencia de la República, dice en forma muy firme que el gobierno del Presidente Funes está dispuesto a asumir los costos políticos de la medida, lo que sucede es que el gobierno asume los costos políticos y los costos financieros los asumen los trabajadores, en realidad creo que todos estaríamos de acuerdo que fuera al revés.
Miguel Ángel Espinoza es columnista colaborador de Salvadoreños en el Mundo -maespinozal@yahoo.com.mx
Por Miguel Ángel Espinoza*
El subsidio del gas en el último mes, ha sido el protagonista de las noticias, reclamos y comentarios en todo El Salvador, el nuevo mecanismo usado por el gobierno para subsidiar el gas licuado a la población que en realidad lo necesita, para muchos ha sido un total fracaso, no por la medida en si, ni por la forma de hacerlo, más bien es por los resultados negativos que se han dado en forma inmediata, considero que se hicieron alos cálculos, y solamente se pensó en el gas que se consume en los hogares, pero quizás se les paso por alto algo elemental, y es que todos los trabajadores de este país comen por lo menos un tiempo fuera de su casa, y esta demanda es cubierta por miles de chalet, pequeños comedores y puestos de mercados.
Para no exagerar y hacer más grande el problema de lo que es, vamos a asumir que solo se come fuera de la casa el almuerzo, tampoco voy a decir como muchos lo repiten en televisión, que el plato de comida en los lugares populares ha pasado de $1.50 a $2.00 y $3.00, en realidad eso es totalmente falso, lo cierto es que un plato de comida ha pasado de costar $1.50 a un nuevo precios de $1.75, o sea ha tenido un aumento de $0.25 (veinticinco centavos), en una familia salvadoreña promedio, lo común es que trabajen los dos, por lo que el gasto diario de la familia ha subido en $0.50, lo que equivale a $2.50 en una semana laboral de cinco días, en un mes laboral de 21 días el aumento en el gasto familiar ha sido de $10.50, por lo que a la hora de hacer un balance del antes y después del nuevo sistema tenemos:
Como se puede observar una familia de trabajadores promedio en el país, sufrió un aumento en su gasto mensual de $20.08, y recibió del gobierno un subsidio directo de $8.50, por lo que ha tenido que asumir un gasto adicional de $11.58 en su presupuesto que hace un mes no tenía.
Lo anterior es un análisis si se quiere simple y de un solo gasto que se ha visto incrementado a raíz de la medida, estoy seguro que el gobierno no quería que las familias de escasos recursos salieran afectadas, y que la medida se hizo con la sana intención de beneficiar a los que en realidad más lo necesitan.
Como puede apreciar señor Ministro de Economía Dr. Dada, no me salen las cuentas, y que solamente he tomado en cuenta el almuerzo, a lo cual le faltaría agregar las obligadas pupusas del fin de semana y otros gastos que los comerciantes relacionan los incrementos en los productos por el alza en el gas licuado.
El Sr. Secretario Técnico de la Presidencia de la República, dice en forma muy firme que el gobierno del Presidente Funes está dispuesto a asumir los costos políticos de la medida, lo que sucede es que el gobierno asume los costos políticos y los costos financieros los asumen los trabajadores, en realidad creo que todos estaríamos de acuerdo que fuera al revés.
Miguel Ángel Espinoza es columnista colaborador de Salvadoreños en el Mundo -maespinozal@yahoo.com.mx
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