Lectura de Fin de Año -El Drama de los migrantes centroamericanos en México

Por Ana Elizabeth Araniva*

Cuando la fecha de fin de año se acerca, usualmente Toronto y las áreas aledañas ya se encuentran cubiertas de nieve, sin embargo, este fin del 2010 es muy diferente. Hace frío pero no hay señales de nieve. Este tiempo se presta para reflexionar cuando hasta aquí llegan las alarmantes noticias de la violencia que existe en el sur de México donde los migrantes centroamericanos están siendo secuestrados, esclavizados y asesinados.

Ya en el 2009, Salvadoreños en el Mundo hablaba de un drama, “El Drama de los Migrantes en Tránsito” y vimos con horror la información presentada sobre el problema que existía en el sur de México. Las cosas en el 2010 están peor y para comenzar el 2011 tener esclavos es un retroceso histórico que no se puede soportar y ni debe permitirse.

Hace más de 15 años, mi compadre había salido del cantón las Mesas, Ahuachapán rumbo a Estados Unidos, dejando atrás a su familia, una esposa y dos hijos. Dos años después de su partida, mandaba a traer a su esposa…sin embargo, los hijos se quedaban con la abuela.

Una vez uno de los niños dijo que la abuela los amarraba para que no salieran a la calle porque “eran muy vagos”. Asustada de verle sus pies con señales de estar amarrado, le hable a mi compadre y le dije que mejor se regresara a cuidar a sus hijos o que los mandara a traer, esa llamada no la hubiera realizado en este tiempo de salvajismo anti-inmigrante. Ese viaje siempre ha sido muy riesgoso; sin embargo, la decisión fue mandar por ellos y gracias a Dios llegaron con bien y hoy viven todos en Estados Unidos.

El compadre nos ha contado como pasaban, con una identificación que la reconocía en Guatemala, México y en Estados Unidos, todo el traslado de gente era parte de una gran operación transnacional bien pagada pero en ese tiempo segura.. Hasta que las cosas cambiaron…

No le podemos pedir a México que proteja a los centroamericanos cuando se ha vuelto en un estado que no puede proteger ni a sus propios ciudadanos y sufre del mismo éxodo que sufre Centroamérica.

Aquí en Canadá y gracias al tratado de libre comercio de Norte América (NAFTA), los mexicanos podían entrar sin visa, pero debido al aumento de solicitudes de asilo que se recibieron en un tiempo record, Canadá tuvo que cambiar su política migratoria y desde Julio del 2009 los mexicanos necesitan una visa. Desde 2005 las solicitudes de refugio de mexicanos se triplicaron.
http://www.canadainternational.gc.ca/mexico-mexique/media-presse/pressarch-archpresse_090713.aspx?lang=spa

Por lo tanto, dejar totalmente en manos de México una solución que afecta a nuestro país mayormente y de igual manera a Guatemala y Honduras, sería como dejar la carne al cuidado de un tigre. Hay poner sobre la mesa iniciativas viables y reales con la colaboración directa de las asociaciones civiles de la región.

México tiene que presentar un verdadera política de protección en la frontera sur, porque negar lo que está pasando solo deja una imagen de “estado barbarie” a nivel internacional. No se puede tapar el sol con un dedo, las imágenes son escalofriantes.

http://www.vanguardia.com.mx/nimuertomesacaranpadresolalinde-618999.html
El Salvador, debe demostrar que tiene la capacidad de articular una respuesta regional y debe comprender que por los números de migrantes salvadoreños debemos tener el interés más grande en resolver este problema. También, el Gobierno de El Salvador debe proveer de los fondos necesarios para enfrentar este problema a sus consulados en México. Insisto, es sumamente necesario trabajar en conjunto con los centros de refugios en tránsito para poder ayudar a los migrantes.

La Asamblea Legislativa tiene en sus manos desde el pasado Octubre, un Proyecto de Ley de Asistencia y Protección de los Migrantes y sus familias, donde los dos partidos ARENA y FMLN han presentado sus puntos de vista y es ahora es cuando la Asamblea tiene que demostrar alguna pizca de compasión hacia los migrantes, y aprobar esta ley.

Mientras todos nos preparamos para recibir el 2011, pensemos un poco en nuestros hermanos que arriesgan todo por llegar al anhelado destino en el norte y comenzar a ganar un poco de dignidad, lejos de los suyos, del lugar que los vio nacer.

Pensemos qué podemos hacer cada uno de nosotros para cambiar esta historia de dolor y sufrimiento.

Ana Elizabeth Araniva es presidenta de Salvadoreños en el Mundo

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