¡Despierta, pueblo salvadoreño!
Por Ricardo Antonio Ibarra Manzanares
Qué tristeza da ver tantos niños quemados por el uso de la pólvora, que por tradición año con año se ven esos tristes cuadros que no son nada agradables.
No entiendo por qué en un país como el nuestro en donde la crisis económica ha sido un mal endémico, que independientemente que suba o baje el dólar o suba o baje el petróleo, la pobreza es notable y lo mas irónico es que la gente de menos recursos se da el lujo de gastar en pólvora, lo cual es absurdo. La verdad es que gente se deja llevar por una costumbre que atenta contra la economía, la salud y el medio ambiente. Debe de prohibirse en su totalidad la indiscriminada producción, venta y quema de pólvora.
Es cierto que existen personas que viven de esta actividad, pero si se hace una comparación con el grueso de la población es la mayoría la que sale más afectada en su economía y en su salud.
Con relación al medio ambiente, se incrementa la contaminación atmosférica por el efecto del humo negro, así como la basura que se acumula en las calles y el impacto que genera la explosión. Por su parte, el humo genera alergias y enfermedades respiratorias, el ruido afecta la audición de las personas, y la gran cantidad de niños y adultos que resultan heridos y amputados de sus extremidades superiores por el mal manejo de la famosa pólvora.
Las autoridades deberían de llevar a cabo las siguientes acciones:
1- Realizar un estudio sobre las personas que se dedican a esta actividad de alto riesgo y presentarles otras alternativas de subsistencia, traducidas en proyectos productivos que contribuyan a su desarrollo integral.
2- Que las alcaldías con apoyo de la empresa privada realicen en las Navidades el tradicional show de luces.
3- Que la Asamblea Legislativa emita una ley declarando la prohibición de la fabricación y venta de pólvora.
Es importante que nuestra población entienda que la felicidad no depende de contaminar nuestro entorno y tampoco afectar la tranquilidad del vecino, tenemos que aprender a compartir las fiestas navideñas de una manera más civilizada.
La señora ministra de Salud tiene toda la razón al pronunciarse porque se prohíba la libre quema de pólvora, pues está bien consciente de que las emergencias y atenciones médicas por el uso incontrolado de la quema de pólvora se incrementan lo cual significa un costo económico para el Estado, porque en principio las consultas por enfermedades respiratorias es bien significante porque la gran mayoría de los salvadoreños tenemos que respirar todo ese aire contaminado.
Esperamos que la propuesta de la señora ministra de Salud no sea desestimada por la Asamblea Legislativa, porque los señores diputados están obligados por imperativo de ley a velar por el bienestar de la población en general que está tan expuesta a la contaminación generada por la quema tradicional de pólvora.
En cuanto a nosotros como sociedad, ya es tiempo que despertemos y nos demos cuenta de que al reventar pólvora lo que estamos haciendo es sencillamente quemar el dinero, que con tanto sacrificio lo gana la población trabajadora. Necesitamos un país con una población sana.
Ricardo Antonio Ibarra Manzanares es asesor salvadoreño
Qué tristeza da ver tantos niños quemados por el uso de la pólvora, que por tradición año con año se ven esos tristes cuadros que no son nada agradables.
No entiendo por qué en un país como el nuestro en donde la crisis económica ha sido un mal endémico, que independientemente que suba o baje el dólar o suba o baje el petróleo, la pobreza es notable y lo mas irónico es que la gente de menos recursos se da el lujo de gastar en pólvora, lo cual es absurdo. La verdad es que gente se deja llevar por una costumbre que atenta contra la economía, la salud y el medio ambiente. Debe de prohibirse en su totalidad la indiscriminada producción, venta y quema de pólvora.
Es cierto que existen personas que viven de esta actividad, pero si se hace una comparación con el grueso de la población es la mayoría la que sale más afectada en su economía y en su salud.
Con relación al medio ambiente, se incrementa la contaminación atmosférica por el efecto del humo negro, así como la basura que se acumula en las calles y el impacto que genera la explosión. Por su parte, el humo genera alergias y enfermedades respiratorias, el ruido afecta la audición de las personas, y la gran cantidad de niños y adultos que resultan heridos y amputados de sus extremidades superiores por el mal manejo de la famosa pólvora.
Las autoridades deberían de llevar a cabo las siguientes acciones:
1- Realizar un estudio sobre las personas que se dedican a esta actividad de alto riesgo y presentarles otras alternativas de subsistencia, traducidas en proyectos productivos que contribuyan a su desarrollo integral.
2- Que las alcaldías con apoyo de la empresa privada realicen en las Navidades el tradicional show de luces.
3- Que la Asamblea Legislativa emita una ley declarando la prohibición de la fabricación y venta de pólvora.
Es importante que nuestra población entienda que la felicidad no depende de contaminar nuestro entorno y tampoco afectar la tranquilidad del vecino, tenemos que aprender a compartir las fiestas navideñas de una manera más civilizada.
La señora ministra de Salud tiene toda la razón al pronunciarse porque se prohíba la libre quema de pólvora, pues está bien consciente de que las emergencias y atenciones médicas por el uso incontrolado de la quema de pólvora se incrementan lo cual significa un costo económico para el Estado, porque en principio las consultas por enfermedades respiratorias es bien significante porque la gran mayoría de los salvadoreños tenemos que respirar todo ese aire contaminado.
Esperamos que la propuesta de la señora ministra de Salud no sea desestimada por la Asamblea Legislativa, porque los señores diputados están obligados por imperativo de ley a velar por el bienestar de la población en general que está tan expuesta a la contaminación generada por la quema tradicional de pólvora.
En cuanto a nosotros como sociedad, ya es tiempo que despertemos y nos demos cuenta de que al reventar pólvora lo que estamos haciendo es sencillamente quemar el dinero, que con tanto sacrificio lo gana la población trabajadora. Necesitamos un país con una población sana.
Ricardo Antonio Ibarra Manzanares es asesor salvadoreño
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