¡Simples recomendaciones!

Ricardo A. Novoa Arciniegas*
He dedicado 3 artículos a la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos y a su actual Procurador, habiendo destacado su débil normativa y teniendo como única arma al final del procedimiento “emitir una CENSURA PÚBLICA” contra el infractor, a quien se le ha comprobado en la demanda, el atropello y la violación a los derechos humanos.

Pero por falta de voluntad o negligencia de quien dirige la Institución, la única arma que tiene dicha ley, no se ejecuta, no se cumple, de nada sirve el texto de la Ley de la Procuraduría Art. 33 que dice: “emitir resolución de CENSURA PÚBLICA”. Si estos, en casos graves de violaciones sistemáticas a los derechos humanos o por incumplimiento de sus resoluciones, a pesar de que se han dado estos elementos, la pasividad y mentalidad de la Procuraduría, son tan negativas que no se procede a ejecutar la “censura pública”

El procedimiento que faculta la ley, repito; no se está verificando en la Procuraduría. En los expedientes que se han comprobado las violaciones a los derechos humanos abundan en exceso y todos los elementos y circunstancias cometidas por el infractor, que abusando de su autoridad y prepotencia en muchas casos, ha atropellado, ha violado las leyes y todas estas violaciones han sido reconocidos por la Procuraduría en los famosos casos que resuelven y que se dan a conocer las RECOMENDACIONES que finalmente dictamina el Procurador.

Recomendaciones que son NOTIFICADAS a las partes en contienda, pero el violador a los derechos humanos ¿cómo actúa?

Aquí se encuentra el meollo de la cuestión, ¿Se acatan las recomendaciones? ¿Se llegan a cumplir?. Lamentablemente todo es negativo, hay que decirlo para que se sepa lo débil e ineficaz de la normativa de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos.

¿Qué vamos a hacer ante esta situación? Nos vamos a quedar callados o quietos sin hacer nada. Esto no puede continuar así. Es una Institución nada operativa, comenzando por la debilidad de su Ley que sin la fuerza legal de sus resoluciones, se convierte en una Institución ineficaz que no está contribuyendo al combate del abuso y de la violación a los Derechos Humanos, y si le agregamos que por falta de valentía o negligencia no se realiza la publicación de la “CENSURA PUBLICA”, esta entidad se hace innecesaria y es de imperativo URGENTE realizar acciones que vengan a cambiar y reforzar su Ley, por lo que sugiero:

1. Realizar un FORO convocado por las gremiales de profesionales del Derecho, Asociaciones de Abogados e Instituciones afines, para que evalúen la operatividad de la Procuraduría, revisar formalmente su normativa, para que de este FORO salgan las modificaciones y ampliaciones pertinentes a su ley.
2. Proceder a realizar de inmediato una AUDITORIA en la Procuraduría que nos dé la cifra de la MORA de todos los expedientes NO TERMINADOS, falta de la CENSURA PUBLICA y casos sin ningún resultado a pesar de la comprobación a la violación de los derechos humanos.
3. Atención para nombrar al nuevo Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos, que además de llenar el perfil necesario de su capacidad, experiencia e idoneidad para ejercer dicho cargo, no olviden que dicho titular debe gozar de coraje, arrojo, intrepidez y suficiente valentía, para que sepa aplicar todo el contexto de su normativa.

De una vez por todas, que una Institución tan proverbialmente humanitaria, no siga siendo burlada y sirva para que se proyecte en nuestro país VERDADERA CULTURA A FAVOR DEL RESPETO A LOS DERECHOS HUMANOS y terminemos con el infantilismo y ridículo de estar emitiendo simples recomendaciones, simplistas que en nada contribuyen

Ricardo A. Novoa Arciniegas es columnista colaborador de Salvadoreños en el Mundo

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