Instruir a un país a pedir perdón

Organismos de derechos humanos de El Salvador celebraron este martes la disposición del nuevo ministro de Defensa, David Munguía, de pedir perdón por los excesos cometidos por los militares durante la sangrienta guerra civil (1980-1992).

El cambio de visión en la institución castrense se produce a escasos ocho días de que Munguía -un coronel retirado- tomó posesión como ministro tras ser juramentado por el nuevo presidente de izquierda Mauricio Funes.

Convencido de que El Salvador vive un nuevo momento, Munguía declaró este martes a Diario El Mundo su disposición a abrir los archivos y a pedir perdón a nombre del Ejército.

"Yo creo que todos aquellos que participamos en la guerra, de alguna manera debemos pedirle perdón al país", declaró Munguía.

Para el ministro, "sólo el que no participó en la guerra no se equivocó y, de alguna manera, por acción u omisión, fue responsable de los muertos y de los excesos".

"Es una apertura que no se había dado, es positivo para el país porque se terminará con la impunidad", declaró a la AFP el abogado Davíd Morales, de la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho.

El director del Instituto de Derechos Humanos de la jesuita Universidad Centroamericana, Benjamín Cuéllar, calificó el ofrecimiento del nuevo ministro como un "un buen signo", pero advirtió que antes del perdón se debe conocer "la verdad de lo que pasó", luego dar paso a la justicia y finalmente a la reparación de las víctimas.

Para el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar, la exigencia de la Iglesia siempre ha sido de hacer "un acto reconciliación", en el sentido de "pedir perdón" y establecer el "compromiso para no volver a cometer los crímenes que se cometieron".

La Iglesia y la Compañía de Jesús habían participado en una mesa de diálogo con los gobiernos de derecha para hablar sobre los emblemáticos casos del asesinato del arzobispo Oscar Arnulfo Romero, cometido por escuadrones de la muerte el 24 de marzo de 1980, y de seis sacerdotes jesuitas ejecutados por militares el 16 de noviembre de 1989.

A diferencia de otros países latinoamericanos, en El Salvador los militares vinculados a la derecha y a la doctrina anticomunista se han abstenido de pedir perdón por los crímenes cometidos durante el conflicto armado, que dejó más de 75.000 muertos, unos 7.000 desaparecidos y pérdidas por 1.579 millones de dólares.

Bajo la mediación de la ONU la sangrienta guerra civil de 12 años concluyó el 16 de enero de 1992 con la firma de acuerdos de paz entre el gobierno y la guerrilla.

Fuente: AFP 9/6/2009

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