Nuevos informes indican muerte por envenenamiento, la fiscalía general de la república ya está sobre el asunto

Eugenia Velásquez

La hemorragia invadió su corazón, hígado, riñones, intestino y pulmones. Sus alvéolos pulmonares en vez de aire estaban llenos de sangre. La tierra tembló la madrugada del 28 de mayo y Harry, el tigre de bengala del Zoológico agonizaba. Bajo una recia tormenta, los veterinarios hacían lo suyo. Sufrió dos paros cardiorespiratorios, de uno se libró; el otro le quitó la vida.
Así describe la veterinaria del Zoológico Nacional, Virna Ortiz, las últimas 12 horas que vivió Harry. Los resultados de las muestras de tejidos que fueron analizados en el Hospital Rosales y en un laboratorio privado apuntan a que el felino murió intoxicado.

"La evaluación llega al diagnóstico que sí se trató de una intoxicación, las lesiones macroscópicas apuntan a eso", explicó. El director del zoo, Raúl Miranda, también lo admite, pero prefiere reconfirmarlo con la opinión de los veterinarios que realizaron la necropsia al animal (estudio de tejidos), a quienes les enviará copia de los resultados.

Los resultados que hacen falta son los de Medicina Legal y el toxicológico (estudios del trozo de carne que comió Harry), a cargo del Ministerio de Agricultura y Ganadería, el cual podría esclarecer el origen de la intoxicación y que estaría listo el viernes.

La Fiscalía General de la República (FGR), inició las pesquisas con la toma de declaración de 43 empleados del Zoológico. De éstos, dos son los encargados de cuidar el área de los felinos, aseguraron las autoridades del parque, quienes no descartan que Harry haya sido envenenado.

"Si hay culpables y se determina que fue mano criminal que les caiga el peso de la ley", externó Miranda. La acción desconcierta a Virna, la veterinaria. "Hasta yo me niego a pensar en eso", expresó. La sospecha toma fuerza cuando recuerda que 48 horas antes de su muerte, Harry comió carne, en un día que, según su dieta, no le correspondía, y porque el resto de animales no se enfermó. El móvil del posible crimen tampoco está claro. Miranda asumió como director del zoo en octubre de 2008, anteriormente se desempeñó como coordinador del área de Biología. Aduce que desde entonces el zoo "ha entrado en otro lineamiento, podría ser que alguien no esté de acuerdo".

Mientras tanto, el MAG deberá reconfirmar el primer cuadro clínico de Harry y las pruebas de los laboratorios, en los que se dice que murió por intoxicación.

Salivación excesiva, descoordinación y pequeños temblores musculares presentó el felino antes de su muerte, según Ortiz.

Este cuadro es característico de envenenamiento por sustancias órgano-fosforados y carbamatos, presentes en insecticidas, según consultas a veterinarios.

Fuente: EDH 9/6/2009

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