Guía Migratoria para Funes (III)
Edgardo Quintanilla (*)
Funes, la prensa y los casos de deportación
LOS ANGELES - Después de la inauguración de Funes, bajo el inusual cielo gris de junio en Los Angeles donde los triunfadores Lakers hacen olvidar la crisis, me puse a releer “La terquedad del Izote: La historia de Radio Venceremos”, de Carlos Henríquez Consalvi “Santiago”, locutor-periodista de la Venceremos y uno de sus fundadores, actual director del Museo de la Palabra y la Imagen (MUPI), escritor, y documentalista.
Para el que busca un libro de motivación personal, ó para un amigo sincero, una familia que lee junta, un círculo de lectura, un gremio que esté por empezar un nuevo proyecto ante imposibilidades enormes, para un grupo de artistas valeverguistas que quieran hermanarse y mantener un proyecto artístico, para una comunidad que de veras desear combatir un problema que aparece insolucionable, este aporte a la historia cultural-política de El Salvador debería sobrepasar fronteras y lineamientos ideológicos. Las ventas de este libro ni siquiera han llegado a las 20,000 copias y aparentemente no ha sido traducido al inglés (la otra lengua de miles y miles de salvadoreños en los Estados Unidos).
Al recordar las imágenes de la toma de poder con las banderas del FMLN al lado del pabellón salvadoreño y la sonrisa de Funes chineando a su hijo al lado de su esposa, Vanda Pignato, acerca de quien escribí recientemente un artículo para http://www.brazzil.com/, y luego leer la dedicatoria del memorable libro de Consalvi “para los caídos”, uno de los valiosos aportes en el subtexto del libro es que nada se consigue sin obstáculos y que si un triunfo se obtiene mucho años, pero muchos años después, que hay que saber cuidarlo. Espero que una nueva edición incluya un CD con recopilaciones de las noticias, entrevistas, y sobretodo la música de los Torogoces de Morazán mencionadas en el libro.
Para todos los abogados de inmigración en los Estados Unidos que están representando a salvadoreños que buscan asilo es un gran rompecabezas argumentar estos casos y probar que el actual gobierno salvadoreño no tiene el interés y la voluntad de controlar a grupos que han causado o están causando actos de persecución en contra de nuestros clientes. Si Funes llegara a declarar que El Salvador tiene el control total de su territorio y que no hay ningún grupo que funcione fuera de la legalidad del país, dicho testimonio serviría para que los fiscales del gobierno estadunidense lo usaran para probar que objetivamente una persona que ahora teme regresar a El Salvador no tiene un miedo bien fundamentado.
Dicho testimonio presidencial hundiría los casos de los salvadoreños que aún buscan asilo como defensa en contra de una deportación. Pero no es lo que Funes diga lo que en verdad hará la diferencia para los casos de asilo, como sería la verdadera eliminación de la tasa diaria de homicidios, la reducción de los detenidos en las cárceles salvadoreñas, el desaceleramiento de las tasas de violencia doméstica, y la desincrementación de la violencia institucional hacia los homosexuales, prostitutas, y practicantes de religiones diferentes de la tradición judeo-cristiana.
Lo que Funes debería hacer desde ya es escribirle a Hillary Clinton, la ministro del departamento de estado americano, para enfatizar el deseo de su gobierno en ver una reforma migratoria para los salvadoreños en los Estados Unidos y dejar claro que El Salvador no está listo para absorber a los deportados por la pobreza, falta de empleos, alta tasa de violencia, insuficiencia de recursos médicos, y la carencia de asistencia social para familias salvadoreñas pobres con hijos nacidos en los Estados Unidos. Luego que haga llegar una copia de dicha carta a la American Immigration Lawyers Association (AILA) y la American Bar Association (ABA).
Dicha carta llegaría como maná del cielo para todos los abogados de ley migratoria que están tratando de parar los procesos de deportación de salvadoreños que tienen hijos nacidos en los Estados Unidos, y que han vivido por más de diez años, y que pueden probar buena conducta moral. Este tipo de amparo migratorio es llamado “cancelación de remoción”. El elemento más difícil de dichos casos es comprobar con pruebas que la deportación de un salvadoreño le causará daños extraordinarios y bien inusuales a los hijos que sean residentes permanente o que sean nacidos en los Estados Unidos, ó al cónyuge que sea residente permanente o americano.
Con la carta de Funes en la mano, se quitaría el gran argumento que los fiscales del gobierno estadunidense han venido usando, al hacer ver las declaraciones del pasado presidente de ARENA que decía que las cosas iban por buen camino en El Salvador, aunque la verdad era otra.
Las noticias, reportes, y comentarios que el actual presidente salvadoreño haga sobre la administración de la justicia, las cárceles, la corrupción, la creación de empleos, la impunidad, la economía, y el sistema de salud tienen su repercusión en los salones de las cortes de inmigración y cortes federales de apelación en los Estados Unidos ya sea para hundir los casos de los salvadoreños que están peleando sus deportaciones ó para salvarlos. Los gobiernos salvadoreños anteriores fracasaron en no saber sopesar el impacto de sus declaraciones de prensa en la aplicación de la justicia migratoria en los Estados Unidos. Ellos usaron un tono sumamente triunfalista en sus comunicados de prensa que blanqueó la verdadera realidad de El Salvador. Funes y su equipo de prensa tiene que ir mucho más allá de la hipocresía en la misma forma que la original Radio Venceremos lo hizo.
(*) Derechos reservados del autor. Edgardo Quintanilla, miembro de la Barra de Abogados de California, es un abogado experto en leyes de inmigración en los EE.UU. con oficinas en Sherman Oaks, California, (866) 986-1295, eqlaw@pacbell.net. El abogado Quintanilla está escribiendo una novela sobre un tópico ignorado de la historia de América Latina para mantener su sanidad por los casos complejos de ley migratoria que lleva.
Funes, la prensa y los casos de deportación
LOS ANGELES - Después de la inauguración de Funes, bajo el inusual cielo gris de junio en Los Angeles donde los triunfadores Lakers hacen olvidar la crisis, me puse a releer “La terquedad del Izote: La historia de Radio Venceremos”, de Carlos Henríquez Consalvi “Santiago”, locutor-periodista de la Venceremos y uno de sus fundadores, actual director del Museo de la Palabra y la Imagen (MUPI), escritor, y documentalista.
Para el que busca un libro de motivación personal, ó para un amigo sincero, una familia que lee junta, un círculo de lectura, un gremio que esté por empezar un nuevo proyecto ante imposibilidades enormes, para un grupo de artistas valeverguistas que quieran hermanarse y mantener un proyecto artístico, para una comunidad que de veras desear combatir un problema que aparece insolucionable, este aporte a la historia cultural-política de El Salvador debería sobrepasar fronteras y lineamientos ideológicos. Las ventas de este libro ni siquiera han llegado a las 20,000 copias y aparentemente no ha sido traducido al inglés (la otra lengua de miles y miles de salvadoreños en los Estados Unidos).
Al recordar las imágenes de la toma de poder con las banderas del FMLN al lado del pabellón salvadoreño y la sonrisa de Funes chineando a su hijo al lado de su esposa, Vanda Pignato, acerca de quien escribí recientemente un artículo para http://www.brazzil.com/, y luego leer la dedicatoria del memorable libro de Consalvi “para los caídos”, uno de los valiosos aportes en el subtexto del libro es que nada se consigue sin obstáculos y que si un triunfo se obtiene mucho años, pero muchos años después, que hay que saber cuidarlo. Espero que una nueva edición incluya un CD con recopilaciones de las noticias, entrevistas, y sobretodo la música de los Torogoces de Morazán mencionadas en el libro.
Para todos los abogados de inmigración en los Estados Unidos que están representando a salvadoreños que buscan asilo es un gran rompecabezas argumentar estos casos y probar que el actual gobierno salvadoreño no tiene el interés y la voluntad de controlar a grupos que han causado o están causando actos de persecución en contra de nuestros clientes. Si Funes llegara a declarar que El Salvador tiene el control total de su territorio y que no hay ningún grupo que funcione fuera de la legalidad del país, dicho testimonio serviría para que los fiscales del gobierno estadunidense lo usaran para probar que objetivamente una persona que ahora teme regresar a El Salvador no tiene un miedo bien fundamentado.
Dicho testimonio presidencial hundiría los casos de los salvadoreños que aún buscan asilo como defensa en contra de una deportación. Pero no es lo que Funes diga lo que en verdad hará la diferencia para los casos de asilo, como sería la verdadera eliminación de la tasa diaria de homicidios, la reducción de los detenidos en las cárceles salvadoreñas, el desaceleramiento de las tasas de violencia doméstica, y la desincrementación de la violencia institucional hacia los homosexuales, prostitutas, y practicantes de religiones diferentes de la tradición judeo-cristiana.
Lo que Funes debería hacer desde ya es escribirle a Hillary Clinton, la ministro del departamento de estado americano, para enfatizar el deseo de su gobierno en ver una reforma migratoria para los salvadoreños en los Estados Unidos y dejar claro que El Salvador no está listo para absorber a los deportados por la pobreza, falta de empleos, alta tasa de violencia, insuficiencia de recursos médicos, y la carencia de asistencia social para familias salvadoreñas pobres con hijos nacidos en los Estados Unidos. Luego que haga llegar una copia de dicha carta a la American Immigration Lawyers Association (AILA) y la American Bar Association (ABA).
Dicha carta llegaría como maná del cielo para todos los abogados de ley migratoria que están tratando de parar los procesos de deportación de salvadoreños que tienen hijos nacidos en los Estados Unidos, y que han vivido por más de diez años, y que pueden probar buena conducta moral. Este tipo de amparo migratorio es llamado “cancelación de remoción”. El elemento más difícil de dichos casos es comprobar con pruebas que la deportación de un salvadoreño le causará daños extraordinarios y bien inusuales a los hijos que sean residentes permanente o que sean nacidos en los Estados Unidos, ó al cónyuge que sea residente permanente o americano.
Con la carta de Funes en la mano, se quitaría el gran argumento que los fiscales del gobierno estadunidense han venido usando, al hacer ver las declaraciones del pasado presidente de ARENA que decía que las cosas iban por buen camino en El Salvador, aunque la verdad era otra.
Las noticias, reportes, y comentarios que el actual presidente salvadoreño haga sobre la administración de la justicia, las cárceles, la corrupción, la creación de empleos, la impunidad, la economía, y el sistema de salud tienen su repercusión en los salones de las cortes de inmigración y cortes federales de apelación en los Estados Unidos ya sea para hundir los casos de los salvadoreños que están peleando sus deportaciones ó para salvarlos. Los gobiernos salvadoreños anteriores fracasaron en no saber sopesar el impacto de sus declaraciones de prensa en la aplicación de la justicia migratoria en los Estados Unidos. Ellos usaron un tono sumamente triunfalista en sus comunicados de prensa que blanqueó la verdadera realidad de El Salvador. Funes y su equipo de prensa tiene que ir mucho más allá de la hipocresía en la misma forma que la original Radio Venceremos lo hizo.
(*) Derechos reservados del autor. Edgardo Quintanilla, miembro de la Barra de Abogados de California, es un abogado experto en leyes de inmigración en los EE.UU. con oficinas en Sherman Oaks, California, (866) 986-1295, eqlaw@pacbell.net. El abogado Quintanilla está escribiendo una novela sobre un tópico ignorado de la historia de América Latina para mantener su sanidad por los casos complejos de ley migratoria que lleva.
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