El nuevo canciller, las relaciones internacionales del partido no son las del Estado

El nuevo canciller salvadoreño, Hugo Martínez, tuvo un bautizo de fuego. Un día después de asumir como ministro estaba dirigiendo la XXXIX Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) en San Pedro Sula, Honduras.
Escrito por Luis Laínez/Nilton García

Causó una buena impresión, incluso mejor que la canciller local, Patricia Rodas, que no pudo mantener el orden de la sesión.

“Eso ha sido un gran honor para mí y una gran experiencia, he tratado de poner en alto el nombre de El Salvador. Creo que fue bien recibida nuestra participación y coordinación de los debates, además del discurso”, reconoció el martes por la noche a LA PRENSA GRÁFICA.

Martínez dijo que había llegado a dar una ponencia, en la que había una frase de Juan Pablo II (“seamos artesanos de la paz”, les dijo a sus colegas ministros), pero aprovechó la oportunidad. Lo mismo dice que hará en la cancillería.

Además de Cuba, ¿con cuáles otros países se establecerán relaciones diplomáticas?
El cambio principal es que vamos a romper con el enfoque ideologizado de las relaciones exteriores que traía el anterior Gobierno, sobre todo las relaciones enfocadas como partido de gobierno y no como Gobierno y menos como Estado. En cuanto a nuevas relaciones diplomáticas, el presidente había anunciado durante la campaña electoral superar el rezago histórico al ser el único país en el hemisferio que no tenía relaciones diplomáticas con Cuba. Esa medida ya se tomó, como uno de los primeros actos de nuestra política exterior. Cualquier otra apertura de relaciones diplomáticas será objeto de una evaluación, de la cancillería salvadoreña y del equipo de gobierno del presidente Funes.


¿Ese es el caso de la República Popular de China?
Sí. En ese caso, nuestro presidente ha dicho que vamos a tomar el tiempo necesario para evaluar la decisión más conveniente para los salvadoreños y las salvadoreñas. Mientras hacemos estos análisis, se mantendrá el status quo de las relaciones que El Salvador mantiene, en este momento, con Taiwán.

¿Esto no es muy temporal o realmente le da a Taiwán tener un aliado?
Vamos a tomar todo el tiempo que sea necesario para evaluar esta decisión, porque es una decisión muy trascendental: de un lado tenemos la cooperación permanente que ha tenido Taiwán con El Salvador, pero del otro tenemos posibilidades de intercambio con un mercado de 1,300 millones de personas, potenciales consumidores. Todos esos factores se tienen que evaluar. No va a ser una evaluación a la ligera, sino que será una decisión bastante meditada.


Sobre ese enfoque de relaciones desideologizadas. ¿Qué pasa con los países con los cuales el FMLN tiene afinidad ideológica? ¿Se abrirán más rápidamente las relaciones?
Todas esas relaciones se van a evaluar, tomando como punto central la conveniencia los intereses de los salvadoreños y las salvadoreñas. Es importante saber distinguir entre las relaciones diplomáticas del Estado salvadoreño y las relaciones internacionales del partido de gobierno.


Es decir, ¿no se aprovechará lo que el partido tenga avanzado en relaciones internacionales para establecer lazos diplomáticos?
No vamos a cometer los errores que cometió el partido ARENA durante todos estos años. Creemos que es importante distinguir las relaciones internacionales que como partido de gobierno se poseen de lo que será y son las relaciones internacionales del Estado. Y todos, en ambos niveles, somos muy respetuosos de las relaciones que se puedan tener. Pero, en el caso del Estado salvadoreño, tendrá que evaluarse y tomarse en cuenta los intereses de todos los salvadoreños.

¿Ha pensado, canciller, evaluar embajadas o incluso retirarlas?
Oímos esos señalamientos de algunos ex embajadores con mucha experiencia, enfocando este tema en función de costo-beneficio, sobre cuál era la inversión, no solo en costo económico, sino también humano y de prioridades políticas y cuál es el beneficio de esa relación. Al respecto, vamos a hacer una evaluación profunda del servicio exterior salvadoreño, de manera de optimizar los recursos humanos, los recursos económicos y las prioridades políticas que han sido definidas por nuestro gobierno.

¿Eso podría interpretarse como el cierre de algunas embajadas?
No podemos decir eso a priori. Porque tenemos que hacer, primero, la evaluación.

¿Ya definió quién será el embajador ante el Gobierno de Cuba?
No, estamos en el proceso de definición. Por eso solo firmamos el acuerdo del restablecimiento de relaciones. El paso siguiente es presentar las cartas credenciales del embajador de San Salvador en La Habana y del embajador de La Habana en San Salvador, con el respectivo beneplácito de los gobiernos.

¿Cuba tampoco ha hecho el paso de presentar al que será su embajador?
No. Cuando firmamos el acuerdo, hablamos informalmente, y no es que se trate de un acuerdo, de que vamos a hacer simultáneamente la petición de beneplácito.

En el caso de embajadores actuales, ¿habrá algún recambio?
Esto será producto de una evaluación del servicio exterior y del rendimiento que los funcionarios tengan. Me informaban que se ha recibido una serie de cartas de embajadores que, muy profesional y correctamente, han puesto su cargo a disposición. Me parece que es un gesto muy profesional y lo vamos a tomar a consideración; sin embargo, se ponga o no a disposición el cargo, siempre se hará una evaluación de todos. Hacer una evaluación no significa tomar una posición a priori. Se tomará decisión de acuerdo con la evaluación.

Otras de las grandes relaciones para El Salvador es Estados Unidos. ¿Cómo fue el ambiente en la reunión con la secretaria de Estado, Hillary Clinton?
El ambiente de las reuniones ha sido muy positivo, muy distendido. Un ambiente de amistad y de buenas intenciones.

… ¿Que haya llegado de rojo ayudó en algo?
(Ríe) pues, eso es una cosa que tendrá que comentarlo la secretaria de Estado, no me corresponde a mí comentarlo... Pero sí, encontramos en ella mucha receptividad, mucha apertura. Enfatizó que esto es parte del giro que la administración (de Barack) Obama hace de su política exterior, sobre todo hacia Latinoamérica y, particularmente, hacia El Salvador. Nos pusimos de acuerdo en que nos vamos a escuchar, que vamos a fortalecer las relaciones bilaterales. Tenemos una alta estima a esa relación.

Este reconocimiento a Estados Unidos quedó tan evidente que el presidente Funes, en su discurso, saludó a Hillary Clinton antes que al presidente Lula. Incluso Fidel Castro, en Granma, señaló “ese error” del presidente Funes. ¿En realidad fue para poner las relaciones en su justo nivel?
Lo importante es la mención del presidente Funes de sus referentes. En este caso, aplicaría aquel famoso teorema de que “el orden de los factores no altera el producto”. Lo que hay que subrayar es que en el equipo de gobierno el presidente Funes ha dado instrucciones para profundizar y fortalecer las relaciones con Estados Unidos, pero también con los demás países del hemisferio y otros del mundo. Esta prioridad con Estados Unidos no viene de ahora. Como recordarás, por primera vez en las historias de las campañas electorales se nombró, desde 2007, a una persona, en el comando de campaña como responsable de las relaciones con Estados Unidos.

Fuente: LPG 4/6/2009

Newer Post Older Post