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El Camino tortuoso y difícil de la nueva administración Funes en El Salvador

Por Mauricio Rivera Quijano*

Después de la algarabía del triunfo del domingo 15 de marzo, comienzan las preguntas, los análisis sobre los retos que la nueva administración enfrentara. Todos desean buena suerte al nuevo mandatario, Mauricio Funes; desde los sectores que lo apoyaron hasta los que participaron en la campaña sucia contra él. A pesar de todo el presidente enfrentara toda una serie de retos que van más allá de los problemas del país. De un lado tendrá que navegar entre el pragmatismo del poder y sus limitantes y de otro lado las esperanzas de la mayoría que esperan en él, los cambios esperados por más de 20 años.

El FMLN ya implícitamente aclaro que esta administración no es ni será un gobierno del FMLN, se trata de un gobierno pluralista y de unidad nacional en donde diferentes grupos estarán representados. Eso traerá una parte de descontento con aquellos que forman el “voto duro” del frente. Ellos votaron y trabajaron por un gobierno del frente. Pero tienen que aceptar que tal posición no hubiese permitido el cambio. Se necesitaba la fórmula ganadora que permitiera la alternancia en el poder. Mauricio Funes tendrá que hacer cara al pragmatismo del poder cuando no tenga otra alternativa que continuar ciertas políticas que pueden parecer “neoliberales”. Se necesita crear condiciones en las cuales la empresa privada se sienta asegurada y pueda continuar invirtiendo en el país. Pero al mismo tiempo la empresa privada deberá hacer concesiones laborales que permitan mejorar el nivel de vida de los trabajadores. Sacrificar cierto nivel de ganancias que pasaran a formar parte de la carga social que la empresa privada tiene que asumir. Esto ya seria en sí un acto revolucionario del sector empresarial el cual es muy conocido por su hermetismo hacia las concesiones de carácter social.

El compromiso tendrá que ser la palabra mágica, compromiso de las masas ansiosas en ver cambios substanciales y mejoras en su nivel de vida, eso tendrá que suceder pero paulatinamente. Compromiso de los empresarios en cambiar de actitud frente al trabajador y verlo como partícipe de la empresa y no como objeto de ella. El empresario deberá comprender que sus ganancias y nivel de vida se los debe a trabajo de las masas que a diario hacen funcionar sus empresas generando así las divisas que el empresario generalmente envía fuera del país y que deberá hoy comenzar a invertir en el país y en los trabajadores que generan su riqueza.

Los sectores antagonistas tendrán que hacer prueba de compromiso y de paciencia. Pero si no resultase eso en lugar de hacer avanzar las cosas tendremos ante nosotros un descontento generalizado, pues al caminar ese camino tortuoso del compromiso político, la administración vera que todo mundo trata de tirar provecho a su favor. La crisis que vive El Salvador aunada con la actual crisis económica augura todo un tiempo de turbulencia para el nuevo presidente y su equipo. En poco tiempo el riesgo de ver las masas descontentas por la lentitud de los cambios puede provocar un schisme social entre la nueva administración y sus actuales electores.

No podremos culpar las bases sociales si muestran señales de impaciencia pues han esperado por tanto tiempo que será muy difícil hacerles entender que este gobierno no es de izquierda si no un gobierno de transición hacia la democracia plena. Es un gobierno de compromiso en donde todas las fracciones tendrán que hacer prueba de madurez. La administración Funes recibirá el 1 de junio un país casi en quiebra, sin producción industrial y con una gran dependencia de las divisas generadas por las remesas. Ese parasitismo económico de la nación tomara tiempo quitárselo pues actualmente es el aire que permite a la economía nacional mantenerse con una visión de prosperidad ficticia como vitrina de centro comercial.

Con respecto a los derechos humanos se tendrán que tomar decisiones muy duras pues el abrir casos de atentado de lesa humanidad abrirá heridas para muchos y temores para otros que viven tratando de olvidar lo que hicieron durante los años de la guerra. Muchos nos recordamos el domingo 15 en la noche, los muertos que tuvimos en nuestras familias, las torturas que padecimos, las hambres y angustias que sufrimos y las razones que nos obligaron a optar por el exilio como única forma de salvar el pellejo. Muchos seguimos pidiendo justicia, no solo para nosotros si no por todos los caídos inocentemente y por aquellos como Monseñor Romero y los Jesuitas que nos defendieron y pagaron con su vida el haber levantado la voz por la justicia.

El camino tortuoso se enfrentara a encrucijadas sociales que crearan amplios debates entre los que gritaran que con los Acuerdos de paz se cerró esa página de historia y otros que gritaran que la justicia tiene que prevalecer como señal de inicio de una nueva democracia y de un verdadero Estado de derecho.

Todo apunta que la nueva administración tendrá que marchar en la cuerda floja, ya los americanos tendieron la mano, pero bien sabemos que si bien es cierto que enojarse con el Imperio no es idóneo también sabemos que al dar la mano, los americanos esperan algo que irá en el sentido de sus intereses y no de los nuestros. En materia de relaciones internacionales, el nuevo gobierno no podrá hacerse mucho del lado de Venezuela pues eso sería mal interpretado y si se muestra muy complaciente con la administración americana y eso lo podría ser que parezca una copia pálida de los anteriores gobiernos de ARENA que siempre manifestaron con vividos colores su adherencia a las políticas americanas.

Pero las bases esperan un acercamiento con Cuba, Venezuela, Brasil, Bolivia y otros países que han manifestados cambios en sus formas de gobierno. No será nada fácil tratar de complacer al gigante americano y al mismo tiempo a las bases que lo llevaron al poder.

Del lado de las políticas económicas, ya la administración aseguro que no nacionalizara nada, lo que nos muestra que tratara de no tirarse de enemigo aquellos que lo vieron con mucha desconfianza desde el comienzo. Pero si no se nacionalizan nada, podríamos preguntarnos: ¿En donde se encuentra la diferencia en materia de políticas económicas de la nueva administración y de las anteriores? La electricidad fue privatizada y ha sufrido enormes aumentaciones, el teléfono lo mismo, el IRA desapareció para dar auge a la libre competición en el mercado de granos y así vimos que la canasta básica se disparo hacia arriba. Ya Argentina, que es lejos de ser un país socialista, ha procedido a recuperar elementos esenciales de su economía que habían sido privatizados en la época de Menen: la fábrica de aviones, el aeropuerto y otros elementos estratégicos para el desarrollo industrial de ese país.

Pero El Salvador, ya privatizo todo y no nos queda nada, el país entero es un paraíso de la privatización pues hasta los “turicentros” fueron entregados a corporaciones privadas. No controlamos ni “el Boqueron” pues todo fue dado, entonces como procederemos a reconstruir la economía si no poseemos los elementos claves que nos permitirán el desarrollo.

Y si hablamos de la “seguridad pública” que es casi inexistente en muchos lugares del país dominados por los grupos llamados las “maras”. El fenómeno de la violencia en El Salvador ha sido siempre visto de la perspectiva coercitiva o represiva, la solución pasa siempre por leyes y decretos “manos duras” o similares. La policía nacional civil comienza a parecer a la macabra policía nacional “la jura” de antes que fue todo un centro de aglutinamiento de “escuadroneros” y otros criminales que impusieron el miedo en la población civil antes de los acuerdos de paz. Se recurre a las armas como única solución a un problema social y se institucionaliza el armamentismo como única salida: “compre su arma, si quiere vivir en paz”.

Solución fácil a un problema complejo que nadie quiere ver bajo otra perspectiva que la represión. La gente humilde y ya con sus años añora el tiempo de Martinez y dice: ¡Ahh, si estuviera mi General Martinez, ya hubiese acabado con las maras, todos hubieran amanecido flotando en el Lempa! Se añora el tiempo en que se asesino sin recato y bajo la excusa que eran ladrones cuando en realidad eran opositores políticos. Nadie quiere ver que la Democracia exige soluciones democráticas al problema de la violencia. No se puede continuar respondiendo con leyes “manos duras” y construyendo cárceles. La reinserción social tiene un precio y exige fondos que el Estado nunca ha estado dispuesto a invertir dentro de la búsqueda de una solución social a un problema que es social.

Si vemos la senda que ha de marchar del lado económico tampoco se ve fácil, una economía fragilizada y dependiente que necesitara muchos fondos para reactivar las aéreas claves del quehacer económico, como el agro y la industria. Todos los sectores económicos del país van necesitar fondos los cuales no se tienen y no se puede continuar con un endeudamiento masivo que llevara al país a la bancarrota. Los países desarrollados tienen índices del nivel de endeudamiento del país pero de El Salvador nunca he escuchado a nadie decir cuántos miles de dólares cada salvadoreño debe en términos de deuda externa.

Las prioridades del nuevo gobierno no serán fáciles de seleccionar pues todo necesita atención: salud, educación, vivienda, trabajo, etc. Y no digamos los anhelos de justicia y de democracia que exigen una limpieza total del aparato Estatal. No se puede dejar en los puestos claves del gobierno a los que jugaron un papel importante dentro del partido ARENA, sería lo más ilógico y seria como tratar de hacer funcionar el motor estatal con diesel cuando utiliza y necesita gasolina sin plomo. El aparato del Estado está lleno de privilegiados del régimen, gente que han utilizado los fondos del Estado para pasarla bien y aprovechar de los cargos públicos como pago por su trabajo con el partido ARENA. El tratar de mantener ese tipo de “apparatchik” es renegar todo lo que se dijo durante la campaña con respecto a sanear el gobierno y llevar la transparencia al Estado Salvadoreño.

En conclusión, el camino tortuoso que se vislumbra ante la nueva administración salvadoreña va necesitar muchos compromisos de todos lados y más de aquellos que han sido favorecidos en los últimos 20 años. Los que beneficiaron de las ventajas de las administraciones anteriores tienen que comenzar a compartir con los demás. Los “apparatchik” tienen que salir y se tiene que crear una verdadera administración pública limpia de politiquerías.

Nosotros que desde lejos o desde el interior apoyamos el cambio no podemos cruzar los brazos y esperar, tenemos que participar en el proceso, hacer prueba de compromiso político pero al mismo tiempo no permitir que las aspiraciones fundamentales del pueblo salvadoreño se olviden por razones de mercado, libre competencia y neoliberalismo. Tenemos que participar en la reconstrucción y en la búsqueda de soluciones y también en impedir que lo prometido quede en el olvido de la nueva administración.

Mauricio Rivera Quijano es especialista en desarollo E-Learning
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2 comments :

  1. Concuerdo con el autor de este artículo en lo complejo y dificil que será poner en marcha un gobierno de unidad.Hay que intentarlo, por lo menos, para bien de El Salvador en su conjunto.

    Sin embargo, creo que llegado el momento, nadie puede servir a dos amos, incluso la Biblia lo dice, y por tanto Mauricio Funes deberá decidir con su propia conciencia, que hacer.

    No puedo hablar por Mauricio Funes, él es el único que puede hablar por si mismo, pero si su corazón se inclina por la izquierda, la opción es clara, deberá responder a los intereses de la masas populares, y deberá contribuir estrategicamente a su organización.

    Si se inclina su corazón por la derecha, será un duro golpe para el PUEBLO del que tardará mucho tiempo en recuperarse.

    Independientemente de su decisión, el pueblo salvadoreño debe organizarse, debe politizarse nuevamente,en el sentido correcto de la palabra, es decir hacer política basada en el interés de clase y sobre todo, un mensaje para el FMLN, debe FORTALECER E INCENTIVAR a nuevos liderazgos, debe formar cuadros, esa es una tarea inaplazable.

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  2. Para analizar la gestion del nuevo gabinete hay suficiente evidencia que LOS DETRACTORRES DEL PRESIDENTE FUNES han demostrado tempranamente que ni siquiera ha comenzado a gobernar el Ejecutivo y ya le dieron palos antes de ejecutar alguna decision el Presidente.

    Esto demuestra que los detractores NO FUERON HONESTOS AL ACEPTAR A MAURICIO LA MANO DE LA CABALLEROSIDAD, MAS BIEN HAN QUERIDO TOMARSE EL CODO POR MANO.

    ASI ES EL ARENISMO, SON DEPREDAORES DE TODO LO QUE TOCAN !

    LO DESPRECIAN, SONRIEN CASI COMO MUECA SI LES DAS LA MANO PARA LUEGO PENSAR POR DONDE JODERTE.

    SE HACEN LOS SANTOS E INGENUOS DE LA SITUACION (en buen Guanaco ¨se hacen los majes¨) LUEGO TE ATESTAN UN ZARPAZO QUE TE DEJA CIEGO Y DESUBICADO.

    ORAN A SU DIOS PARA QUE NO SEAN IDENTIFICADOS, LE HACEN EL JUEGO A LA GALANTERIA DE SU DESGRACIA Y PARA MAS JODER SE MUESTRAN DEFENSORES DE LAS LIBERTADES QUE SEGUN RODOLFO PIG-PARKER LA DERECHA SE UNIO ELEGIENDO AL AL GRAN CIROTE ZEPEDA PARA CONTRARESTAR EL SACRIFICIO DE CAMBIO DE SISTEMA.

    QUE DEMENCIA !

    LO QUE SI PODEMOS ASEGUAR QUE CON LOS ARENISTAS Y DEMAS ZABANDIJAS DE PARTIDOS NO SON DE CONFIAR !


    Jose Matatias Delgado Y Del Hambre.

    NO HAY NADA MAS PARANOICO QUE ESA AFIRMACION DEL FOFO-FUCK PARKER

    ReplyDelete

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