Política

[Politica][bleft]

Inmigración

[Inmigración][twocolumns]

La solución para la integración de Centroamérica podría encontrarse en el Tamal

La afición navideña de comer tamales integra a los países de Centroamérica

La común afición navideña por comer tamales y quemar monigotes el último día del año hacen de Centroamérica durante estas fiestas un pueblo de seis países. (Foto EFE: Etimológicamente se cree que la palabra tamal procede del vocablo "náhuatl" "tamalli", que significa "atado", como van las hojas a la olla para que no se suelte el relleno durante la cocción).

Los centroamericanos, que una vez tuvieron gentilicio común y hasta una moneda única y un mismo "libertador" se parecen a la hora de celebrar las fiestas, más que en sus modelos políticos y económicos, aún sin consensuar de cara a lograr un anunciado acuerdo de asociación con la Unión Europea.

Y aunque el comercio intraregional crece cada año, según el organismo rector de los procesos de integración de la región, el SICA (Sistema de la Integración Centroamericana), en la franja de 534.630 kilómetros cuadrados que aloja a seis países, siete si se cuenta Belice, antigua colonia británica, aún se mantienen muchas fronteras.

La mesa y los festejos aparecen como el más común de los denominadores del área que agrupa a 40 millones de habitantes.

Los "chapines" de Guatemala, los "ticos" de Costa Rica, los "nicas" de Nicaragua, los "cuscatlecos" de El Salvador, "catrachos" de Honduras y los "panas" panameños se identifican todos comiendo tamales, plato que se encuentra, además, en Belice, de pasado bucanero y antillano, donde se llama "bollo".

El tamal o "nacatamal", en Honduras y Nicaragua, es una masa de maíz condimentada y generalmente rellena que se envuelve en hojas de platanero o de la misma mazorca y se cuece u hornea.

Su origen es precolombino pero su elaboración actual criolla, ya que se incorporan a las diferentes recetas ingredientes importados como las mediterráneas aceitunas y alcaparras y los protagonistas indiscutibles, el cerdo y la gallina, sin desmerecer a los mas autóctonos "chiles" o pimientos de diferente picante y color.

Etimológicamente se cree que la palabra tamal procede del vocablo "náhuatl" "tamalli", que significa "atado", como van las hojas a la olla para que no se suelte el relleno durante la cocción.

Aunque hay ya comercio de tamales, la tradición navideña es hacerlos en casa con las recetas de las abuelas y la participación de todos los miembros de la familia, si esto es todavía posible.

Hay quien lava y seca las hojas del tamal, quien muele el maíz, quien hace el relleno y quien une todos los elementos hasta hacer un paquete bien atado que debe llegar humeante a la mesa, donde le espera un sitio de honor.

En Centroamérica no hay Navidad sin tamales, con los que se acompaña todo el menú de las fiestas de fin de año.

"Los días de tamales", como los llaman en Costa Rica son todo un ritual y con ellos se inicia la temporada navideña; con el "olor a verde" que desprenden las hojas al hervir en la olla.

En Guatemala destacan los tamales colorados y los negros, que se hacen de chocolate y los más originales de "chipilín", porque llevan una hierba local de la que toman el nombre.

Y en Costa Rica y El Salvador los "mudos", de fríjoles" o de "bola" por la forma que se les da para aumentar su consistencia y los dulces o de "de azúcar", aunque también son de maíz, con relleno de uvas pasas.

Habiendo dado cuenta ya de los tamales y con "ronpope" o ron ponche en la mano, los centroamericanos despiden el año con la también común tradición de quemar a las doce del 31 de diciembre muñecos de trapo o monigotes que representan los malos augurios.

Es común también que los personajes sacrificados representen a políticos o personajes del año que han destacado tanto por malas como por buenas gestiones.

Solo en Panamá este año se quemarán 500 "muñecos judas", como se les conoce en este país, según Arturo Araúz, parlamentario panameño que desde hace quince años auspicia un concurso para mantener la tradición.

Los muñecos, que esperan su último día a la puerta de las casas o a la orilla del camino, son un mensaje crítico para vecinos y gobernantes.

Con el muñeco se quema todo lo viejo, todo lo malo y se empieza de cero con la esperanza de que el próximo año venga mejor. "Es un borrón y cuenta nueva", explicó a Efe Araúz que no supo datar la costumbre que, aseguró, "es muy panameña".

Publicación EFE Actualizado 30-12-2008 20:55 CET
Comentarios
  • Blogger Comentarios en Blogger
  • Facebook Comentarios en Facebook
  • Disqus Comentarios en Disqus

2 comments :

  1. Que ricos lo tamalitos solo me recuerdan a mi bisabuela y mi abuelita, que en paz descanse.

    Me gustan los de azucar y cuche. Pero los mejores son los pisquez.

    ReplyDelete
  2. Mas que tamales, RCONOMIAS FORTALECIDAS POR UN CAMBIO MEJOR EN LA GOBERNABILIDAD LATINOAMERICANA !

    DESPUES NOS COMEMOS LOS TAMALES.

    FELIZ AÑO NUEVO 2009 RAZA PIPIL SALVADOREÑA CON EL CAMBIO ANHELADO !


    JOSE MATATIAS DELGADO Y DEL HAMBRE.

    ReplyDelete

Gracias por participar en SPMNEWS de Salvadoreños por el Mundo


Administración Bukele

[Bukele][grids]

Politica

[Politica][threecolumns]

Deportes

[Deportes][list]

Economía

[Economía][threecolumns]

Tecnología

[Tecnología][grids]

English Editions

[English Editions][bsummary]