Política

[Politica][bleft]

Inmigración

[Inmigración][twocolumns]

Vietnam de Ho Chi Minh, Ho Chi Minh de Vietnam

Por Victor Valle*

San José, Costa Rica, 30 de junio de 2008 - Hace unos días –el 20 de junio de 2008- regresé de Asia a mi lugar de residencia, Costa Rica. Estuve en Filipinas y Vietnam. (Foto: Dr. Victor Valle con staff y estudiantes del Instituto de Sociología de Hanoi)

Las profundidades culturales de Asia me resultan asombrosas. La gente, la comida, la vestimenta, las relaciones inter-personales y familiares, el mérito de la vejez, en fin.

En Manila estuve en la Universidad Ateneo. Es la universidad jesuita de Manila, fundada hace 150 años. Centro de excelencia con un Campus impecable. Estudiantes bien apertrechados de celulares, laptops y similares y con apariencia yupi. Ofrecí un taller metodológico sobre investigación académica, para escribir tesis de grado, a un grupo de 14 estudiantes de nuestra Universidad, la Universidad para la Paz, fundada por la Asamblea General de Naciones Unidas en 1980 y con sede en Costa Rica. Manila es un Santanón, de 10 millones de habitantes, que tiene Multicentros más grandes y vistosos. Filipinas tiene una insurgencia perenne a la que ya la sociedad se ha acostumbrado en Mindanao. Da para investigaciones académicas y el ganarse la vida de oeneges, similares y conexos. Conocí gente maravillosa en todos los estratos. Me colé por espacios donde se anda a pie y rodeado de gente de a pie: intensa, activa, sudorosa, de prisa y siempre corriendo hacia algún lugar.

Partí a Vietnam con la sensación de que cumplía una promesa, como cuando a mis siete años, ante un cólico de mi padre, que me pareció mortal, ofrecí a cambio de que mi querido viejo se salvara, ir a la iglesia de las ánimas de Paleca, como le decían a una aldehuela de eso que ahora se llama Ciudad Delgado en El Salvador de mis amores, lejanos pero amores.

Y es que desde mi juventud me atrajo Vietnam: su Ho Chi Minh, su lucha por la dignidad, su sufrimiento. Estados Unidos tuvo en los 1960s medio millón de soldados para salvar a este país asiático, entonces partido en dos por las gracias de los colonialistas. Y lo querían salvar de los Ho Chi Minhs que ya gobernaban en Vietnam del Norte, vivían bajo tierra para protegerse del napalm liberador y bregaban por unificar al país por la fuerza de las armas. (Foto: El Dr. Victor Valle con el Vicepresident de la Universidad Nacional de Vietnam en Ho Chi Minh)

En 1969 estudiaba en Washington DC cuando participé en manifestaciones contra la guerra de Vietnam, durante el gobierno de Nixon. Eran masivas, ruidosas, de jóvenes revoltosos e idealistas. Eran los tiempos de paz y amor. Woodstock. Hacer el amor y no la guerra. Pasaron frente a Casa Blanca 40,000 jóvenes, cada uno con una vela encendida y el nombre de un estadounidense soldado muerto en la guerra de Vietnam. Por ese tiempo eran 40,000 muertos de Estados Unidos. Eran los que importaban, pues los dos millones de muertos vietnamitas daban lo mismo. Daños colaterales les dicen. Quince mil muertos de Estados Unidos después, los famélicos vietnamitas con una dignidad sideral –el 30 de abril de 1975- derrotaron al ejército pro-norteamericano de Vietnam del Sur y entraron triunfantes a Saigón. Entonces yo en Costa Rica, pues desde 1972 residía en dicho país, gracias a la intervención militar del gobierno del coronel Molina en la Universidad de El Salvador.

Vietnam y Ho Chi Minh eran símbolos y al mismo tiempo realidades. Un pueblo en lucha, un líder valiente, brillante y honrado. Una larga lucha por la independencia y la dignidad.

Estuve en Vietnam una semana. Me parecieron años. Hanoi con 4 millones de habitantes y Ho Chi Minh (antes Saigón), con seis millones de habitantes, son dos ciudades grandes, vibrantes, llenas de energía humana. Tienen diferencias. En la primera está la herencia de 60 años de gobierno socialista. Hanoi es venerable. En Saigón se siente que por ahí estuvieron los estadounidenses. En las dos, hay parques hermosos, miles de personas transitando en motocicletas y bicicletas. Todo mundo trabajando: pescando, sembrando, pegando ladrillos, atendiendo inversionistas, investigado realidades, educando, comiendo, queriendo tocar las estrellas y las delicias de un desarrollo sostenible y verdaderamente humano, guiados por tres ideas motrices: la paz, el desarrollo y la independencia.

Cumplí la promesa de ir a Vietnam. La promesa de ir a Paleca, que conocí en mi infancia en El Salvador, me dejó con la sensación de que salvé a mi padre. La promesa cumplida de ir a Vietnam me dejo con la convicción de que la lucha por la dignidad sigue viva y merece ser librada en todas partes del mundo. Y eso al ver que los vietnamitas son sencillos, con aires campesinos, afables; pero con una presencia que hace recordar al Platero de Jiménez: “Tien’acero”. Impresiona saber que estos pequeños asiáticos derrotaron, en 20 años, a punta de fusiles y dignidad a dos potencias: los franceses fueron derrotados en 1954 y los estadounidenses salieron colgándose de los helicópteros en 1975. La guerra fue dura. Recuérdese aquella fotografía del militar que disparaba en la sien de un detenido su pistola. O la de la niña de diez años que huía despavorida de las bombas de los aviones de Estados Unidos.

Lo impresionante de este pueblo de 85 millones de habitantes, arraigados en el Sudeste de Asia es que, después de tanta guerra, ahora construye una sociedad desarrollada y en paz. Su economía crece más de un ocho por ciento anual. El Partido Comunista dirige el estado y las funciones estratégicas. A simple vista se aprecia una apertura y tolerancia para la libre empresa de todos los tamaños. Se vende de todo. Relojes, anteojos, sombrillas, comida. La gente se acurruca para comer, beber y charlar y jugar ajedrez a cielo abierto. Muchos hombres se orinan en la calle y hay una campaña de educación cívica para combatir esta fea y anti-higiénica costumbre. Relativamente, hay poca basura regada en las calles. Hay mucho trabajador municipal recogiéndola y reciclándola. No vi mendigos ni el desfile de prostitutas o jineteras que se observan en las capitales europeas y latinoamericanas y en otras metrópolis del sexo-turismo. Hay bancos transnacionales, hoteles de todo tipo y algunos con una calidad hotelera que es difícil ver en cualquier capital de América Latina. La bandera roja con la estrella amarilla está por todas partes. Eso es lo que se ve. Me queda la tarea de entrar al cuarto de máquinas, a la caja negra del procesamiento para ver que pasa por dentro. Lo cierto que lo que vi me impresionó.

Ho Chi Minh es venerado. En Hanoi está su mausoleo a-la-lenin. Una larga fila de gente para ver su urna. Abren de 7:30 a 10:30 de la mañana. Se entra en silencio. Donde está la urna es una cámara de penumbras donde hay unos rayos de luz que le llegan al rostro y a las manos. La gente con mucha reverencia y en silencio camina a un ritmo no muy lento e incesante. Unos policías impecables se encargan de ordenar la fila. Se ve que imponen respeto. La gente sale del lugar y es frecuente ver niños tomándose foto y haciendo la V de la victoria con la mano izquierda, con el edificio de fondo.

Tuve el privilegio de estar en dos universidades vietnamitas. Enormes, bien organizadas, con mucho estudiante. La Universidad Nacional de Vietnam, en Ciudad Ho Chi Minh, tiene 45.000 estudiantes y 300 programas académicos, incluyendo 90 doctorados. Mantienen un intercambio vigoroso académico con todos los países del mundo. La Universidad de Ciencias Sociales y Humanidades es otro centro de excelencia. (Foto: Dr. Victor Valle con el Prof. Bang Anh Tuan, Director de la Oficina la Universidad Internacional de Cooperation - Universitidad de Ciencias Sociales y Humanidades de Ho Chi Minh)

Los vietnamitas son muy celosos de su identidad, su independencia y su cultura; pero no hacen el ridículo cerrándose a otras influencias culturales. Publican periódicos en su idioma pero también hay diarios en inglés, para que el mundo los entienda. El Viet Nam News es un excelente tabloide de unas 32 páginas promedio, un formato agradable y un contenido variado. Es publicado por la Agencia Vietnamita de Noticias (http://vietnamnews.vnante.vn/). Otro periódico en inglés es el Thanhnien publicado por la Federación de la Juventud de Vietnam (http://www.thanhniennews.com/), también de buena calidad, sin las rigideces de un órgano oficial, agradable para leer, variado y con buena cobertura internacional

Mientras estuve en Vietnam, del 14 al 20 de junio de 2008, gracias a la prensa escrita, me informé de la muerte del Ex Primer Minstro Vo Van Kiet; la reunión entre el Primer Ministro Nguyen Tan Dung y una delegación de alto nivel del Ministerio de Comercio de Estados Unidos; el viaje del Vice Primer Ministro Nguyen Sinh Hung a Suecia para reunirse con el Primer Ministro Olofsson y convenir acciones en ciencia, tecnología, educación y capacitación para favorecer el comercio entre ambos países; el Presidente de la Asamblea Nacional Nguyen Phu Trong inició una gira oficial por Hungría, Rumania, Bulgaria y Francia para mejorar las relaciones y promover la cooperación con Vietnam; un barco hospital de los Estados Unidos llegó a Nha Trang para una visita de 10 días y participar en la Operación Sonrisa Vietnam y proveer cirugías gratis a niños vietnamitas con labios leporinos; 13,000 maestros y estudiantes de Ciudad Ho Chi Minh emprendieron un campaña voluntaria de trabajo social para proteger el ambiente, mantener el orden público y organizar juegos para niños necesitados; todas las farmacias de Vietnam que para fines del 2010 no cumplan con los códigos de buena práctica farmacéutica, deberán cerrar o cambiar de negocio, dijo el Vice Ministro de Salud Cao Minh Quang. ¡A las buenas quién no!

No todo es miel sobre hojuelas. Un juez pillastre fue capturado por la policía en Hanoi porque pidió soborno para favorecer en un caso bajo su jurisdicción. Aún hay miles de hogares que no tienen agua potable y sana. El dengue extiende sus alas en la Delta del Mekong y se ha duplicado en el último año. El gobierno de la Ciudad Ho Chi Minh hace una campaña educativa para que se viva un “estilo de vida civilizado”, pues las autoridades han castigado legalmente a más de un millón de personas en el último año por violaciones a las leyes de tránsito, tirar basura a las calles u orinarse en la calle ¡Ah San Salvador de mis amores, pensé! A la vera del río Saigón, mientras pasaban transbordadores y restaurantes flotantes, vi a un niño de no más de ocho años mientras defecaba a nalga pelada y cielo abierto, mientras sus padres atendían un pequeño negocio callejero de venta de flores. Era como para exclamar,”! No huele a rosas precisamente!”.

Conversé con un académico de ciencias sociales a quien le comenté que, en mi percepción, había mucha microempresa y empleo informal que se mueve libremente y sin cortapisas. Intenté indagar sobre las regulaciones que se llevan y los límites para esa actividad. No pareció estar identificado con modelos o dogmas económicos, pero me dijo: nos interesa que la gente satisfaga sus necesidades. En lo que no transigimos es en nuestra independencia, que nos ha costado muchos años y luchas. Somos un pueblo de paz. Es entendible que, de manera explícita, los líderes actuales de Vietnam proclaman que su filosofía política y su política exterior descansan en tres bases: paz, desarrollo e independencia.

La semana en Vietnam me dejó impresiones, reflexiones y recuerdos intensos. Ahora que en El Salvador hay un proceso electoral, en el que todo mundo proclama y desea cambios, es importante volver la vista a la historia y presente de este país, que derrotó dos superpotencias en 20 años, que organiza una sociedad socialista, que tiene una economía planificada centralmente con márgenes suficientes para que la gente emprendedora pueda tener pequeños negocios y que vive la reconciliación, aún con una potencia agresora que antes lanzó bombas y mató miles de civiles inocentes, y ahora dona cirugías para niños con labios leporinos y mantiene intensas formas de cooperación y comercio con Vietnam.

En Vietnam la esperanza no ha muerto, o parafraseando la última frase del protagonista de la excelente película mejicana El Violín: en Vietnam “La música no ha terminado”

*Miembro de SEEM y Decano y Profesor de la Universidad para la Paz, San José Costa Rica

Comentarios
  • Blogger Comentarios en Blogger
  • Facebook Comentarios en Facebook
  • Disqus Comentarios en Disqus

No comments :

Gracias por participar en SPMNEWS de Salvadoreños por el Mundo


Administración Bukele

[Bukele][grids]

Politica

[Politica][threecolumns]

Deportes

[Deportes][list]

Economía

[Economía][threecolumns]

Tecnología

[Tecnología][grids]

English Editions

[English Editions][bsummary]