Alicia Martín Baró: "Él (Alfredo Cristiani) estaba detrás de los asesinatos" de la UCA
«Los viernes, Nacho cambiaba los libros por el petate y se iba con los humildes»Por Teresa Lapuerta
Alicia Martín Baró no pierde la esperanza de aclarar quién empuñaba el arma que asesinó a su hermano y quién la mandó cargar, pero dos décadas después de su muerte prefiere recordar su legado humano y profesional
De lo académico, destaca su creación del Instituto Universitario de Opinión Pública (IUOP), de lo personal, su auténtica vocación de servicio a los más necesitados. Alicia Martín Baró (Valladolid, 1934), hija del escritor Francisco Martín Abril y hermana del jesuita asesinado, recuerda a Nacho con admiración y vive el vigésimo aniversario de su muerte con nostalgia y rabia, aunque el rencor haya dejado paso a la esperanza.
-Han pasado 20 años del asesinato de su hermano, aunque a la vista de la multitud de homenajes que estos días se celebran en toda España, ¿su memoria está más viva que nunca?
-Está viva, no sé si más o menos, aunque en este aniversario se están volcando todos mucho más. También es cierto que en Valladolid no ha dejado de hacerse nunca ni la ofrenda floral en el monolito ni la eucaristía vespertina en los Jesuitas y que la gente no se ha olvidado de participar ningún año.
-¿Qué es, en su opinión, lo más destacable del legado de Martín Baró?
-En concreto de Nacho, además del testimonio de su vida y de todo lo que hizo allí, lo más destacable fue la fundación del IUOP que fue, y es en la actualidad, un centro de gran importancia en la realización de rigurosos estudios sobre la opinión pública en El Salvador.
-En enero de este año la Audiencia Nacional decidió tomar cartas en el asunto de los asesinatos de El Salvador. ¿Cómo llevan los familiares esta nueva investigación?
-Algo es algo, y después de la tremenda farsita del juicio celebrado allí en 1991 y de la posterior amnistía, que se haga cualquier cosa siempre es bienvenido, aunque todo va con mucha calma y no se habla de fechas.
-¿Están siendo informados de los pasos dados?
-Sí, puntualmente, y por medio de representantes de las dos asociaciones pro derechos humanos que tramitaron la querella.
-¿Qué espera que suceda?
-Todavía nada, aunque creo que la gente que lo lleva está trabajando muy duro. A lo mejor, con el tiempo y si las cosas funcionan bien, acabamos consiguiendo un juicio justo.
-El ex presidente de El Salvador, Alfredo Cristiani, se ha quedado al margen de la investigación. ¿Otro error de la Justicia?
-Yo creo que sí; él estaba detrás de los asesinatos. Es una pena que no se le juzgue, porque está demostrado que fue quien ordenó que no quedara nadie.
-La mayoría de los salvadoreños, incluidos los jesuitas, consideran que los crímenes deberían ser juzgados allí y no en España.
-Les comprendo perfectamente y no queremos hacer nada en contra de los jesuitas, porque sería hacerlo en contra de la memoria de nuestros hermanos. Estamos en el mismo barco, pero juzgarles allí es imposible y lo importante es que se esclarezcan los hechos de una vez por todas.
-Usted ha viajado después a El Salvador en varias ocasiones. ¿Cómo definiría la situación que se vive ahora allí?
-Viajé en el primer aniversario de la muerte de mi hermano, cuando el país estaba todavía en guerra y se dio una tregua relativa, y volví allí nueve años después, desde entonces mantengo con ellos un contacto muy fluido. Hay diferencias, pero la pobreza y la violencia -las maras son una realidad muy preocupante- siguen estando a la orden del día. Aunque se vive otra situación los ricos, las llamadas '14 familias', continúan no estando dispuestas a dejarse comer el terreno.
-Sigue siendo necesario luchar por aquello que luchaba Ignacio Martín Baró?
-¿Sin duda y eso se demuestra con todo el trabajo que se sigue haciendo allí. La cooperativa de Nacho Martín Baró me informa puntualmente de su día a día con los más humildes.
-La Universidad Centroamericana (UCA), ¿continúa siendo ese lugar de reflexión social al servicio de la paz que era con su hermano como vicerrector?
-Continúa siendo un auténtico referente, con profesores y alumnos muy valiosos. Siguen persiguiendo que los estudiantes no se limiten a lo académico y vivan con una conciencia, porque los universitarios son los que dirigirán al pueblo y quieren que lo hagan de otra manera. Que no sea de arriba a abajo, como se ha hecho hasta ahora.
-¿Mantiene alguna relación con la Fundación Segundo y Santiago Montes?
-Relación sí, porque estoy en contacto con Caty Montes -hermana del también jesuita vallisoletano fallecido Segundo Montes- cuyo trabajo es una auténtica maravilla. He colaborado con ella, por ejemplo, en la organización de los actos que se celebrarán en Valladolid entre los próximos días 23 de noviembre y 4 de diciembre, pero no trabajo en la fundación. Estos días he estado más implicada en los actos conmemorativos del colegio Martín Baró de Parquesol y en el enorme esfuerzo que están haciendo por recordar la figura Nacho.
-¿Conoce la comunidad Santiago Montes, junto a la frontera de Honduras?
-No, yo tengo más relación con Jayaque, que es donde mi hermano iba todos los fines de semana con su guitarra. La salud me ha impedido visitarlos este año y también me da mucha rabia no haber podido estar presente en los numerosos actos que con motivo del vigésimo aniversario se están celebrando en El Salvador.
-¿La emoción de todas estas celebraciones hace que se abran las heridas y se avive la memoria 20 años después, o el tiempo ayuda a mitigar la ausencia?
-Una pérdida nunca se mitiga del todo y más cuando se trata de una muerte de estas características; siempre está ahí, y los sentimientos se agudizan cuando llegan los aniversarios. Yo no soy llorona, pero la procesión va por dentro.
-¿Cómo definiría a su hermano? ¿Qué era antes teólogo, psicólogo, sociólogo o sacerdote?
-Un poco de todo pero con una personalidad muy fuerte. Cabezón, muy estudioso, muy comprometido, melómano...
-¿Lo definiría como un verdadero hombre de fe?
-No ere un hombre de fe beata, sino de fe liberal. Su mayor ilusión y vocación era estar cerca de los pobres y de los necesitados, hacerles felices y ayudarles en todo lo que podía.
-Un hijo directo de la Teología de la Liberación.
-Exacto. Los viernes, Nacho cambiaba los libros por el petate y la guitarra y dejaba la universidad para irse a Jayaque a poner en práctica lo que enseñaba.
-Toda su producción científica estuvo al servicio de la Psicología Social, ¿qué destacaría de su investigación académica?
-Nacho pretendía servirse de la Psicología social para sacar adelante a todos los humildes, que eran los que le interesaban, y sus tesis tienen gran acogida en países como Norteamérica. Tanto él como Segundo Montes empezaron compaginando la universidad con lo que se llamaba el Externado de San José, un colegio de los jesuitas para gente bien de El Salvador. Allí modificaron algunas cosas, pero se encontraron con la oposición de muchas familias y, al final, decidieron dedicarse exclusivamente a la UCA, donde de verdad podían luchar por cambiar el mundo.
De lo académico, destaca su creación del Instituto Universitario de Opinión Pública (IUOP), de lo personal, su auténtica vocación de servicio a los más necesitados. Alicia Martín Baró (Valladolid, 1934), hija del escritor Francisco Martín Abril y hermana del jesuita asesinado, recuerda a Nacho con admiración y vive el vigésimo aniversario de su muerte con nostalgia y rabia, aunque el rencor haya dejado paso a la esperanza.
-Han pasado 20 años del asesinato de su hermano, aunque a la vista de la multitud de homenajes que estos días se celebran en toda España, ¿su memoria está más viva que nunca?
-Está viva, no sé si más o menos, aunque en este aniversario se están volcando todos mucho más. También es cierto que en Valladolid no ha dejado de hacerse nunca ni la ofrenda floral en el monolito ni la eucaristía vespertina en los Jesuitas y que la gente no se ha olvidado de participar ningún año.
-¿Qué es, en su opinión, lo más destacable del legado de Martín Baró?
-En concreto de Nacho, además del testimonio de su vida y de todo lo que hizo allí, lo más destacable fue la fundación del IUOP que fue, y es en la actualidad, un centro de gran importancia en la realización de rigurosos estudios sobre la opinión pública en El Salvador.
-En enero de este año la Audiencia Nacional decidió tomar cartas en el asunto de los asesinatos de El Salvador. ¿Cómo llevan los familiares esta nueva investigación?
-Algo es algo, y después de la tremenda farsita del juicio celebrado allí en 1991 y de la posterior amnistía, que se haga cualquier cosa siempre es bienvenido, aunque todo va con mucha calma y no se habla de fechas.
-¿Están siendo informados de los pasos dados?
-Sí, puntualmente, y por medio de representantes de las dos asociaciones pro derechos humanos que tramitaron la querella.
-¿Qué espera que suceda?
-Todavía nada, aunque creo que la gente que lo lleva está trabajando muy duro. A lo mejor, con el tiempo y si las cosas funcionan bien, acabamos consiguiendo un juicio justo.
-El ex presidente de El Salvador, Alfredo Cristiani, se ha quedado al margen de la investigación. ¿Otro error de la Justicia?
-Yo creo que sí; él estaba detrás de los asesinatos. Es una pena que no se le juzgue, porque está demostrado que fue quien ordenó que no quedara nadie.
-La mayoría de los salvadoreños, incluidos los jesuitas, consideran que los crímenes deberían ser juzgados allí y no en España.
-Les comprendo perfectamente y no queremos hacer nada en contra de los jesuitas, porque sería hacerlo en contra de la memoria de nuestros hermanos. Estamos en el mismo barco, pero juzgarles allí es imposible y lo importante es que se esclarezcan los hechos de una vez por todas.
-Usted ha viajado después a El Salvador en varias ocasiones. ¿Cómo definiría la situación que se vive ahora allí?
-Viajé en el primer aniversario de la muerte de mi hermano, cuando el país estaba todavía en guerra y se dio una tregua relativa, y volví allí nueve años después, desde entonces mantengo con ellos un contacto muy fluido. Hay diferencias, pero la pobreza y la violencia -las maras son una realidad muy preocupante- siguen estando a la orden del día. Aunque se vive otra situación los ricos, las llamadas '14 familias', continúan no estando dispuestas a dejarse comer el terreno.
-Sigue siendo necesario luchar por aquello que luchaba Ignacio Martín Baró?
-¿Sin duda y eso se demuestra con todo el trabajo que se sigue haciendo allí. La cooperativa de Nacho Martín Baró me informa puntualmente de su día a día con los más humildes.
-La Universidad Centroamericana (UCA), ¿continúa siendo ese lugar de reflexión social al servicio de la paz que era con su hermano como vicerrector?
-Continúa siendo un auténtico referente, con profesores y alumnos muy valiosos. Siguen persiguiendo que los estudiantes no se limiten a lo académico y vivan con una conciencia, porque los universitarios son los que dirigirán al pueblo y quieren que lo hagan de otra manera. Que no sea de arriba a abajo, como se ha hecho hasta ahora.
-¿Mantiene alguna relación con la Fundación Segundo y Santiago Montes?
-Relación sí, porque estoy en contacto con Caty Montes -hermana del también jesuita vallisoletano fallecido Segundo Montes- cuyo trabajo es una auténtica maravilla. He colaborado con ella, por ejemplo, en la organización de los actos que se celebrarán en Valladolid entre los próximos días 23 de noviembre y 4 de diciembre, pero no trabajo en la fundación. Estos días he estado más implicada en los actos conmemorativos del colegio Martín Baró de Parquesol y en el enorme esfuerzo que están haciendo por recordar la figura Nacho.
-¿Conoce la comunidad Santiago Montes, junto a la frontera de Honduras?
-No, yo tengo más relación con Jayaque, que es donde mi hermano iba todos los fines de semana con su guitarra. La salud me ha impedido visitarlos este año y también me da mucha rabia no haber podido estar presente en los numerosos actos que con motivo del vigésimo aniversario se están celebrando en El Salvador.
-¿La emoción de todas estas celebraciones hace que se abran las heridas y se avive la memoria 20 años después, o el tiempo ayuda a mitigar la ausencia?
-Una pérdida nunca se mitiga del todo y más cuando se trata de una muerte de estas características; siempre está ahí, y los sentimientos se agudizan cuando llegan los aniversarios. Yo no soy llorona, pero la procesión va por dentro.
-¿Cómo definiría a su hermano? ¿Qué era antes teólogo, psicólogo, sociólogo o sacerdote?
-Un poco de todo pero con una personalidad muy fuerte. Cabezón, muy estudioso, muy comprometido, melómano...
-¿Lo definiría como un verdadero hombre de fe?
-No ere un hombre de fe beata, sino de fe liberal. Su mayor ilusión y vocación era estar cerca de los pobres y de los necesitados, hacerles felices y ayudarles en todo lo que podía.
-Un hijo directo de la Teología de la Liberación.
-Exacto. Los viernes, Nacho cambiaba los libros por el petate y la guitarra y dejaba la universidad para irse a Jayaque a poner en práctica lo que enseñaba.
-Toda su producción científica estuvo al servicio de la Psicología Social, ¿qué destacaría de su investigación académica?
-Nacho pretendía servirse de la Psicología social para sacar adelante a todos los humildes, que eran los que le interesaban, y sus tesis tienen gran acogida en países como Norteamérica. Tanto él como Segundo Montes empezaron compaginando la universidad con lo que se llamaba el Externado de San José, un colegio de los jesuitas para gente bien de El Salvador. Allí modificaron algunas cosas, pero se encontraron con la oposición de muchas familias y, al final, decidieron dedicarse exclusivamente a la UCA, donde de verdad podían luchar por cambiar el mundo.
Fuente: ENC 15/11/2009
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Caso Alfredo Cristiani
Nacho, mi profesor en 1972, hablaba del Cristo vivo, el que llora por medio de los ojos de los niños desamparados, con las madres de El Salvador, con los viejitos, con todos los pobres del mundo.
ReplyDeleteUn chuchito, a la par de un ranchito...
Estos fueron los mensajes de una de las personas mas buenas, que he conocido en este mundo.
Que Dios nos envíe, mas personas como él, nuestros pueblos lo necesitan.
Martin Baro el psicologo de la psicologia Social y de la entrña de Jayaque la cual amo hasta morir por sus pobladores.
ReplyDelete"NO HAY MEJOR AMOR QUE EL MORIR POR LOS DEMAS" JESUS.
Los beatos diran seguramente:comunista, comunista; pero Jesus YA LOS BENDIJO!
Jose Matatias Delgado Y Del Hambre.