Trabajo, audacia y creatividad son nuestros aliados
Por Ricardo A. Novoa Arciniegas
Soportamos una guerra aproximadamente por 12 años, mucho costó llegar a la paz, muchos sufrimientos y muertes se padecieron, mucho dolor y luto dejaron las acciones bélicas.
Con el correr de lo que es vivir en paz, se han desterrado las bombas y la metralleta, ya eso se siente y piensa como que fue una larga pesadilla.
Ahora en forma colectiva, pequeños y grandes empresarios, ricos y pobres, la ciudadanía en general, a un solo pensamiento y destino, deseamos que venga el DESARROLLO, pero que venga bien estructurado, en forma de una AGENDA NACIONAL, respetado y conformado por TODOS, para que lleve el sello nacional.
Todo esto es necesario para que no nos vayamos a quedar cortos y cojos, después de todo el lastre y consecuencias que deja una guerra tan ponzoñosa y cruel, porque para poder organizar la “vida futura” y un “proyecto de país nuevo” hay que tener toda la voluntad política del gobierno en comunión con toda la disponibilidad ciudadana de respetar los “acuerdos de paz” que fue la salvación pacífica a la negociación del conflicto. Esto es básico, se debe respetar por todas las generaciones para que la paz se consolide y de verdaderamente frutos.
A este respecto el polifacético académico de las letras, Doctor David Escobar Galindo, tiene un luminoso pensamiento: “Hicimos la guerra, construimos la paz, merecemos el desarrollo”.
También sobre el tema de la paz, se debe de reconocer que aún hay pendientes y algunos déficit, que deben de solventarse y cuanto mas pronto mejor
De la mora más tangible es no haber llegado hasta la actualidad, es no gozar de todo un acuerdo oficializado que conlleve una “visión de país estructurado” con los lineamientos propios que benefician a toda la comunidad en un régimen de absoluta paz.
Para todas estas actividades, estamos con la buena voluntad y actitud activa y trabajadora del Salvadoreño, que nos hace distinguirnos de muchos otros habitantes, de otras parcelas territoriales, porque si por algo se distingue el salvadoreño, es por su capacidad al trabajo y su vocación de superación.
Prueba de lo anterior, es la corriente migratoria de nuestros coterráneos hacia el Norte, en vías de superación que con el conflicto bélico fue superada en alto grado la migración. Esto demuestra nuestro espíritu combativo de lucha por la digna existencia, jamás somos conformistas, todo lo contrario, soñamos por cambiar la suerte de nuestra vida, aún a costa de grandes sacrificios.
Par descubrir este sentimiento de lucha, de trabajo, es que nos fluye el alto grado de que “amamos el lugar donde hemos nacido, amamos el suelo patrio, nuestras costumbres, nuestras tradiciones”; en fin... amamos todo lo que nos pertenece; por ello, vamos en busca de superarnos, pero al final anhelamos regresar al terruño, para morir donde nos pertenece nuestra existencia, esto es la realidad de las cosas
Sostenemos con orgullo que los salvadoreños tenemos una teoría muy peculiar: incansable tesón al trabajo impregnado de una férrea audacia, acompañada de los lineamientos de creatividad, que indiscutiblemente nos distingue que son nuestros aliados y son los factores que nos sacan ADELANTE, estemos ubicados donde estemos, el trabajador salvadoreño se distingue.
Por todo ello, el pasaje para tomar el TREN DEL FUTURO, lo tenemos comprado y listo para emprender el viaje, por eso estamos tan positivos que ya pronto, gozaremos del DESARROLLO, que con nuestra trilogía: “Trabajo, audacia y creatividad” lo lograremos para superar todas los niveles e índices que hasta ahora hemos tenido. ADELNTE SALVADOREÑOS con su capacidad de trabajo superaremos las cadenas de la rutina y combatiremos la pobreza.
Ricardo A. Novoa Arciniegas es columnista colaborador de Salvadoreños en el Mundo
Soportamos una guerra aproximadamente por 12 años, mucho costó llegar a la paz, muchos sufrimientos y muertes se padecieron, mucho dolor y luto dejaron las acciones bélicas.
Con el correr de lo que es vivir en paz, se han desterrado las bombas y la metralleta, ya eso se siente y piensa como que fue una larga pesadilla.
Ahora en forma colectiva, pequeños y grandes empresarios, ricos y pobres, la ciudadanía en general, a un solo pensamiento y destino, deseamos que venga el DESARROLLO, pero que venga bien estructurado, en forma de una AGENDA NACIONAL, respetado y conformado por TODOS, para que lleve el sello nacional.
Todo esto es necesario para que no nos vayamos a quedar cortos y cojos, después de todo el lastre y consecuencias que deja una guerra tan ponzoñosa y cruel, porque para poder organizar la “vida futura” y un “proyecto de país nuevo” hay que tener toda la voluntad política del gobierno en comunión con toda la disponibilidad ciudadana de respetar los “acuerdos de paz” que fue la salvación pacífica a la negociación del conflicto. Esto es básico, se debe respetar por todas las generaciones para que la paz se consolide y de verdaderamente frutos.
A este respecto el polifacético académico de las letras, Doctor David Escobar Galindo, tiene un luminoso pensamiento: “Hicimos la guerra, construimos la paz, merecemos el desarrollo”.
También sobre el tema de la paz, se debe de reconocer que aún hay pendientes y algunos déficit, que deben de solventarse y cuanto mas pronto mejor
De la mora más tangible es no haber llegado hasta la actualidad, es no gozar de todo un acuerdo oficializado que conlleve una “visión de país estructurado” con los lineamientos propios que benefician a toda la comunidad en un régimen de absoluta paz.
Para todas estas actividades, estamos con la buena voluntad y actitud activa y trabajadora del Salvadoreño, que nos hace distinguirnos de muchos otros habitantes, de otras parcelas territoriales, porque si por algo se distingue el salvadoreño, es por su capacidad al trabajo y su vocación de superación.
Prueba de lo anterior, es la corriente migratoria de nuestros coterráneos hacia el Norte, en vías de superación que con el conflicto bélico fue superada en alto grado la migración. Esto demuestra nuestro espíritu combativo de lucha por la digna existencia, jamás somos conformistas, todo lo contrario, soñamos por cambiar la suerte de nuestra vida, aún a costa de grandes sacrificios.
Par descubrir este sentimiento de lucha, de trabajo, es que nos fluye el alto grado de que “amamos el lugar donde hemos nacido, amamos el suelo patrio, nuestras costumbres, nuestras tradiciones”; en fin... amamos todo lo que nos pertenece; por ello, vamos en busca de superarnos, pero al final anhelamos regresar al terruño, para morir donde nos pertenece nuestra existencia, esto es la realidad de las cosas
Sostenemos con orgullo que los salvadoreños tenemos una teoría muy peculiar: incansable tesón al trabajo impregnado de una férrea audacia, acompañada de los lineamientos de creatividad, que indiscutiblemente nos distingue que son nuestros aliados y son los factores que nos sacan ADELANTE, estemos ubicados donde estemos, el trabajador salvadoreño se distingue.
Por todo ello, el pasaje para tomar el TREN DEL FUTURO, lo tenemos comprado y listo para emprender el viaje, por eso estamos tan positivos que ya pronto, gozaremos del DESARROLLO, que con nuestra trilogía: “Trabajo, audacia y creatividad” lo lograremos para superar todas los niveles e índices que hasta ahora hemos tenido. ADELNTE SALVADOREÑOS con su capacidad de trabajo superaremos las cadenas de la rutina y combatiremos la pobreza.
Ricardo A. Novoa Arciniegas es columnista colaborador de Salvadoreños en el Mundo
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Democracia
Evidentemente la PAZ sin el yugo arenista y toda la basura comercial sin responsabilidad social que ello conlleva, es la verdadera llave de libertad del Pais.
ReplyDeleteJose Matatias Delgado Y Del Hambre.