Mel Zelaya, ¿Mandatario itinerante?

Mel Zelaya, ¿Mandatario itinerante?
Por Hugo Mery*

Tras reunirse con Hillary Clinton y llegar a un consenso para designar a Oscar Arias como mediador en la crisis, surgen las figuras del haitiano Aristide y el chipriota Makarios como Presidentes depuestos que lograron volver al poder después de un tiempo. El problema para Zelaya es que su período vence ya en enero próximo.

Hasta ahora, los gobiernos de América están demostrando gran consecuencia con las resoluciones que votaron unánimemente en las asambleas de la OEA y la ONU. Las dilaciones con las que el gobierno ilegítimo de Honduras quiere ganar tiempo no han movido a la comunidad internacional de su drástica actitud de condena. El gobierno de facto encabezado por Micheletti trató de negociar el sábado con el enviado hemisférico, pero José Miguel Insulza se limitó a notificar del ultimátum de 72 horas para reinstalar al Mandatario Manuel Zelaya a una autoridad preexistente al golpe, el Alto Tribunal de justicia.

Recibió una cerrada negativa y, en medio de manifestaciones públicas, se reunió luego a fuerzas sociales y políticas y la jerarquía católica, la que adoptó un sorprendente y dolorosa actitud a favor de la asonada militar. En calles y caminos, la división se expresaba en carteles que decían “Fuera, Pinocheletti” e “Insulza, a Honduras no se insulta”. Al día siguiente, el desafío al mundo fue total. Se disparó a los partidarios de Zelaya que acudieron en masa al aeropuerto, impidiéndose que aterrizara el avión que lo traía de regreso, junto a ministros y el presidente de la Asamblea de Naciones Unidas, padre Miguel d´Escoto, y se anunció que no se autorizaría el ingreso de los Presidentes de Argentina, Ecuador y Paraguay y el secretario general Insulza.

En una escenificación frente a los periodistas, el régimen demostró cuán encastillado estaba, con cuatro personajes que se arrogaban una representatividad que ni siquiera en las formas lograban justificar. La voz cantante la llevaba la vicecanciller, mientras moderaba el Presidente “electo”. Sí, electo, así lo llamó su ministro de RREE, que sólo abrió la boca para decir eso y dictar una arrogante clase de historia de Derecho moderno, porque ante las preguntas cruciales Micheletti le pasaba la palabra a un ex canciller. “Consultor” dijo éste que era cuando se le preguntó a qué título hablaba. Todos los ex cancilleres apoyan al nuevo gobierno, se puntualizó.

Era la oligarquía que rige al tercer país más pobre de Latinoamérica la que comparecía, la élite que se impone desde antes de la United Fruit a los siete millones de hondureños de ahora. Después de su tenso y cortante diálogo con los medios, los mandamases decidieron enviar una comisión a Washington para exponer su causa, con dos ex cancilleres y un candidato presidencial.

El departamento de Estado dijo que no los recibiría y que la secretaria Hillary Clinton sí se reuniría con el Presidente Zelaya, que volvió a la capital estadounidense después de su periplo del domingo por Honduras, Nicaragua y El Salvador. Que se convierta o no en un Mandatario itinerante por tiempo indefinido –a la manera del haitiano Aristide y el chipriota Makarios- dependerá de que el mundo siga firme en su actitud de no aceptar que la casta hondureña cree un precedente en el nuevo siglo. El problema para el gobernante hondureño es que su plazo no es muy largo, ya que su período constitucional vence en enero próximo.

El canciller Mariano Fernández nos decía el jueves que “ya no hay espacio en el continente para tolerar una vuelta atrás en un proceso en que 38 millones de latinoamericanos dejaron la pobreza, se avanzó en el crecimiento económico de la mano de políticas sociales y con un mercado progresivamente regulado, con FFAA profesionalizadas tras el fin de la guerra fría y cuyos representantes en el sistema interamericano son los ministros de defensa”.

Consecuente con esto, el gobierno chileno no aceptó la actitud del embajador hondureño en Santiago de justificar lo ocurrido en su país, arguyendo que el gobierno “de transición” -como lo llamó- puede mantener el rumbo sin el apoyo internacional. Tendrá que atenerse a las consecuencias, declaró la cancillería. Mariano Fernández también nos dijo que la actitud de EEUU la ve firme, decidida y sin ambigüedades.

La reunión de hoy con Clinton le está dando la razón hasta el momento. Es cierto que Obama no ha suspendido la ayuda económica a Tegucigalpa, pero ¿no sería ése un castigo similar al impuesto a Cuba? Tampoco la OEA hizo lo de 1962, cuando al suspender a ese país de la organización, recomendó la ruptura de relaciones diplomáticas. Por ahora, algunos países han llamado a sus embajadores, entre ellos Brasil, Chile y los del Alba. Todo está en suspenso respecto de Honduras, en momentos que se ha consensuado un mediador en la crisis: el Presidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz 1987, Oscar Arias. Desde ya, habría que preguntarse cuáles son los alcances políticos de un diálogo de éste con las partes, una de las cuales es ilegítima.

Hugo Mery es peridista chileno

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