Custodio: Un zorro cuidando el gallinero

Por Adalid Gamero Vega C.

Los zorros tienen una particular predilección por las aves a la hora de comer y muy especialmente por las aves de corral, debido a que les resulta más fácil atraparlas en virtud de que su domesticidad las ha vuelto confiadas y las ha despojado de su natural instinto de conservación (Foto GINGER THOMPSON).

Por obvias razones entonces, ningún granjero en su sano juicio, dejaría a un zorro a cargo del gallinero, pues tendría al final, únicamente plumas y un zorro gordo; sin embargo, la realidad y la historia nos han mostrado a muchos de estos depredadores, de los que se paran en dos patas, cebándose de los pueblos o de las haciendas que “protegen”.

Cuando los suecos en 1809 establecieron en su Constitución, la figura del Defensor del Pueblo u OMBUDSMAN (en su lengua), qué lejos estaban de pensar, que tan destacado funcionario de su creación, fuera convertirse en el principal enemigo del pueblo que debe defender. Tendría que suceder en mi país, en donde lo peor, lo más ridículo, lo más inimaginable sucede y el colmo de todo, es que lo evidencia internacionalmente, para que la memoria histórica del mundo lo registre.

El Ombudsman hondureño, Defensor del Pueblo o Comisionado de los Derechos Humanos como se denomina aquí, es una figura de reciente aparición en el contexto nacional y fue importada seguramente como consecuencia de las terribles violaciones, en las últimas décadas, a los Derechos Humanos de miles de hondureños y hondureñas, de los cuales más de dos centenares fueron cruelmente asesinados o desaparecidos.

El pueblo hondureño vio con escepticismo; pero, con esperanzas, el surgimiento de esta Institución garante de sus derechos. La esperanza porque es la eterna acompañante de los pobres que quieren tener un inasible asidero que les permita mantenerse a flote en la interminable vorágine en que los mantiene sumergidos la oligarquía. Escepticismo, porque ha sido testigo del surgimiento de tantas instituciones o el cambio de nombre de las ya existentes, con marcos legales preñados de los más anhelados beneficios y garantías para nuestro pueblo; pero, que los funcionarios que han impuesto los poderes facticos del país, han prostituido tales instituciones.

Así ha sucedido con la democracia; ha sucedido con el Sistema Judicial y con el Ministerio Público; ha sucedido con el Tribunal Superior de Cuentas y con el Tribunal Supremo Electoral; ha sucedido con el Instituto de Acceso a la Información Pública y con el Consejo Nacional Anticorrupción y, lo mismo ha pasado con el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, cuyos funcionarios en todas estas instituciones, al decir del pueblo, se han vendido como las más baratas meretrices, con el perdón de estas nobles servidoras de la mitad de la humanidad.

El caso del Ombudsman de Honduras, señor Ramón Custodio López, rebautizado por el pueblo hondureño como “Bala de Goma”, es la más fresca decepción de nuestro pueblo. Yo, particularmente comprendo, aunque desde luego no justifico, el comportamiento del Señor Custodio, y lo hago bajo la premisa de aquella lapidaria frase de un moderno e “ilustre” Comendador imperial que dijo: “NO HAY CENA GRATIS”. Y resulta que el señor Custodio debe muchas cenas a la oligarquía criolla y extranjera, que pone y quita funcionarios en nuestro país. Nombrar como Ombudsman a Custodio, no fue porque consideraran que era el mejor custodio de los Derechos Humanos de los hondureños, sino, porque vieron en él, al custodio ideal de los intereses de quienes usufructúan el statu quo actual.

Por sus antecedentes, cuando el señor Bala… perdón, Custodio, fue seleccionado para su primer período en el cargo, generó ilusorias expectativas de que iba a consolidar y hasta mejorar la meritoria labor desarrollada por su antecesor. Pero resultó un verdadero fiasco. Este señor ya había dado muestras de su caradura, perdón, de su catadura moral, justo el año pasado con ocasión de la Heroica Huelga de Hambre de los Fiscales, librada para tratar de adecentar el Ministerio Público y de la cual, Custodio López fue uno de los principales instrumentos de la corrupta oligarquía, para desprestigiarla; luego siguió con su retorcido comportamiento en la conformación de la actual Corte Suprema de Justicia, inmediatamente después, hizo lo propio en la selección del Fiscal General del Estado y del mismo Tribunal Supremo Electoral, todos, instrumentos al servicio de la oligarquía y piezas claves del ajedrez que llevaría al burdo golpe de Estado que depuso al Presidente Manuel Zelaya Rosales. Así, la coronación de la vergonzante trayectoria de este oscuro personaje, ha sido apadrinar el golpe de Estado del cual es copartícipe.

Para quienes sufrimos, en menor o mayor grado, los rigores de la Guerra Fría y la Doctrina de Seguridad Nacional, recordamos a un Ramón Custodio López completamente diferente. Su antológica valentía, para enfrentar al eje del mal formado por el Embajador norteamericano, diabólico instrumento de la ultra derecha estadounidense, John Dimitri Negroponte y el sádico todopoderoso jefe de las FFAA de Honduras, Gustavo Álvarez Martínez, nos hacía pensar que de un momento a otro correría la misma suerte de los que defendía. Pero nunca sucedió así, excepto algún tibio atentado a sus laboratorios, que ya no eran más, su quehacer fundamental.

Esos alardes de valentía con sus ataques y acusaciones a pecho descubierto en contra del Embajador gringo, del mafioso Rector de la Universidad y su banda de delincuentes del FUUD, de la Contra Revolución Nicaragüense asentada en nuestro País y especialmente, en contra de las FFAA, su Policía Militar, incluida la banda de sicarios asesinos del Batallón 3.16, hacían que disculpáramos sus desplantes de anciano neurasténico, su egolatría y despotismo en la conducción del CODEH, que temprano provocó la segregación de un grupo de sus cercanos colaboradores, que haciendo tienda aparte, organizaron el COFADEH, de tan buen suceso.

Por aquellos años, se manejaban dos teorías acerca de la intocabilidad de Custodio. Una de ellas era de conocimiento público y la otra se manejaba a soto sombra. Quienes simpatizábamos con su labor y muchos de los que no, sosteníamos que las fuerzas represivas no se atrevían a reprimir o eliminar a Custodio, por el reconocimiento y notoriedad que había alcanzado en el ámbito internacional, particularmente entre organismos multinacionales y mundiales. La otra teoría, menos difundida y rechazada por quienes confiábamos en él y valorábamos su labor en la defensa de los DDHH, sostenía, que Custodio era intocable por ser un agente antisubversivo de la CIA en el País. Esgrimían argumentos que igual rechazábamos, como las sospechosas capturas y desapariciones de personas luego de de haber ido a interponer denuncias en su oficina o haberse puesto en contacto con él.

Más tarde, sucesos curiosos y por demás oscuros o sucios, que lo involucraban a él o a miembros de su familia, como el homicidio en el que uno de sus hijos (por hoy, en el cuerpo diplomático hondureño) fue actor protagónico, hecho que quedó impune gracias a los buenos oficios de algunos de los que él fustigaba permanentemente, nos hizo revisar nuestra credibilidad en él. Aún así, su nombramiento como Ombudsman, me pareció un reconocimiento a su celo en la defensa de los Derechos Humanos en Honduras durante los años ochenta; pero, ahora no puedo evitar preguntarme: ¿Por qué la oligarquía y poderes facticos iban a querer tener en ese puesto a alguien que los había señalado tan sañudamente en el reciente pasado? Ahora pareciera que tenemos la respuesta buscada.

No sé si lo que hizo en el pasado haya sido honesto y si realmente cuando decía defender los derechos humanos de hondureños y extranjeros en Honduras, lo hacía en realidad; pero, de lo que no me cabe ninguna duda, es de lo que hace hoy y de que no se puede permitir que siga siendo nuestro Ombudsman, pues, eso sería tanto, como PONER A UN ZORRO A CUIDAR EL GALLINERO.

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