Con cultura o sin cultura

Por Néstor Martínez*

Han sacado los trapos al sol, y si se secan, vuelven a sacarlos. El pez por la boca muere. Dime a quién apoyas y te diré a qué aspiras. El río suena porque piedras trae. Más sabe el diablo por viejo que por diablo. Una cosa es decir y otra hacer… los Email vienen y van, de propuestas de candidatos y documentos, análisis, desvaríos, insultos, entre otras lindezas, ¿de que se trata? Ni más ni menos que de quién será el nuevo presidente de CONCULTURA.

De lo que menos se habla es del espíritu filosófico que se requerirá para revertir todo lo que hizo el gobierno de Arena en contra de la cultura, y a futuro proyectar todas las aspiraciones culturales del pueblo, no sólo en manifestaciones artísticas, porque mucha gente, incluso muchos artistas, creen que cultura es el arte que practica, cuando cultura es hasta nuestra manera de caminar, pasando por una gama de actitudes, pensares, etc. Llama la atención que bajo en la dictadura nazi el ministerio de llamaba Ministerio de Cultura y Propaganda, esto para que ven el grado de importancia que revierte la cultura. Tiene que ver con el cambio de pensamiento, incluso en su peor manifestación con el manipuleo de un pueblo, tal como lo hizo Arena.

Otros han propuesto documentos que solo su círculo de amigos han analizado y lo presentan como “propuesta consensuada que nadie ha hecho”, como carta de presentación de su dizque capacidad; vemos que también han salido algunos dinosaurios, no por su grandeza, sino porque al ver una posibilidad de llegar o de que su amigo llegue a la presidencia de CONCULTURA, se andan presentando como analistas, sociólogos, y otras linduras de títulos para cobrar luego el hueso. Estos tipos con la mayor desfachatez se sacuden el polvo de momias y aparecen despotricando contra aquel que ataque a su candidato.
Y aunque unos insisten en que “nunca han luchado por un puesto” (cosa de por sí sospechosa), se presentan con una gran sonrisa rival de la medialuna.
Por cierto, en un documento sobre la propuesta de crear un Ministerio de Cultura, se habla hasta de “turismo cultural ecológico”, y de “indigenismo”, con un planteamiento muy derechista y nada humano. Este documento, al igual que muchos, carece en su totalidad de una visión revolucionaria cultural, y más bien plantea un tipo de política cultural basada en patrones derechistas, un análisis a fondo, estoy seguro no lo resistiría. Menos mal que quienes lo presentan se autocalifican de “intelectuales”.

Han salido otros que se presentan como “poetas” y “escritores”, pero cuyos últimos escritos se remontan a la edad media, en especial a la parte oscura de dicho periodo.

Dice un comunicado tomado de la página web del gobierno que “el Sr. Presidente quiere asegurarse de que la designación del nuevo presidente de CONCULTURA logre el mayor consenso posible entre los distintos sectores de la cultura salvadoreña”. Pero, ¿es que la cultura está sectorizada? Me parece que desde las nuevas esferas oficiales tampoco se tiene claro el papel de la cultura o qué es la cultura.

Así que, por lo que se ve en el lado cultural vamos a conformarnos con aquello de que “de los males el menor”, y no de alguien que haya demostrado capacidad política para llevar las transformaciones que este sediento pueblo de cambios está demandando.

Me bastaría con no ver en CONCULTURA un dinosaurio o una momia, que al sentar en el sillón empiece a sacudirse el polvo milenario para disfrazarse de abanderado de las causas populares, sabiendo que su cerebro aún vive de aquellos dorados tiempos, sin apreciar la riqueza que le plantea el reto de construir El Salvador, de levantarlo de las ruinas culturales en que el neoliberalismo, vía Arena, lo ha dejado.

Néstor Martínez es periodista, escritor y poeta salvadoreño

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