Un Tal Mauricio

Nota Editorial:
Esperé que las elecciones de El Salvador tuvieran un ganador para publicar este relato. No podía ser de otra forma. La campaña política habría distorsionado esta historia, y le hubiese robado su candor.

Pienso que este relato le ayudará a mucha gente a comprender el épico significado de la victoria de Mauricio Funes con el FMLN.

Hace unos cuatro años Mauricio estaba tan desempleado como el periodista más desempleado de Estados Unidos. Ningún empresario en Washington creyó en su proyecto periodístico -excepto los periodistas- mucho menos imaginaron que sería el próximo presidente.

El esfuerzo ‘Amigos de Mauricio Funes’ que nació en EEUU y describo en esta historia nada tiene que ver con el ‘Movimiento Cívico Amigos de Mauricio’ que posteriormente nació en El Salvador, y fue parte esencial de la campaña al crear una amplia coalición de personas de todos los sectores salvadoreños. El esfuerzo de miles de personas, y más de 1 millón de votos, en El Salvador fueron necesarios para ganar la presidencia. Sinceras felicitaciones.

Salvadoreños en el área metropolitana de Washington DC, este servidor incluido, nos sentimos honrados de haber sido parte del resurgimiento de Mauricio Funes, el periodista, y ahora nuestro flamante presidente.

Jorge O. Martínez

PROLOGO
Lugar: Parqueo de la estación AM 1390, en Rockville, Maryland.
Fecha: Domingo 21 de Febrero, 2005, aproximadamente a las 11:45 AM.
Efraín Merino, locutor deportivo de esa radio: “¿Ya te diste cuenta lo que le hicieron a Mauricio esos hijos de p…?”.

“Sí”, responde Jorge Martínez “Son una m… bien hecha”.
Y continúa Merino, “pero no te agüevés, que aquí tengo el teléfono de Mauricio y lo vamos a sacar al aire en el show”.

Merino producia y dirigia su propio programa “Actualidad Deportiva” que se transmitía todos los domingos de 12 a 1 p. m. Jorge Martínez, fotógrafo, y hacelo-todo, de CentroDeportivo.com había llegado a curiosear, como otras veces.

“Mauricio” era Carlos Mauricio Funes Cartagena, quizás el periodista más popular de El Salvador, quien tenía veinte años de ser un fenómeno de masas. Para cientos de miles de familias su programa de entrevistas en Canal 12 era un ritual matutino obligatorio.

En pocos minutos Merino hace contacto con Mauricio Funes y lo saca al aire. Ya en el aire, Mauricio relata las causas de su despido luego de casi 2 décadas de labor. Merino abre las líneas y la audiencia saluda al invitado y hace preguntas.

Lo que sería una intervención de pocos minutos se llevó la hora completa del show. Ni siquiera se transmitieron los comerciales. Era un momento especial y Merino después habló con sus patrocinadores para explicarles la situación y prometer la compensación de los anuncios del domingo.

Efraín Merino no lo sabía pero ese domingo inició un fenómeno que cambiaría la historia de El Salvador y América Latina.

Luego de escuchar a Mauricio Funes se me ocurrió la idea de traerlo a Washington.
CentroDeportivo.com (entonces página Web) no era, ni es, un medio grande, pero tengo la ventaja de tomar las decisiones sin consultar a nadie.

Esa misma semana tomé el teléfono y marqué el número de Mauricio Funes. Él contestó al primer timbrazo. “Soy periodista chapado a la antigua: Nunca apago mi celular, ni aun cuando duermo, pues tengo que estar listo para la noticia”, dijo.

Mi propuesta era sencilla. Quería que fuese el invitado de gala para un evento de CentroDeportivo.com. El objetivo era dar a conocer la página Web y preparar el camino para la edición impresa. Le ofrecí traerlo a Washington para que hablara sobre el estado del fútbol en El Salvador. Lo importante no era el deporte, era él.

Le hablé de mis limitados recursos y prometí que, si sobraba algo, le daría alguna compensación. De otra forma, lo único que le ofrecía era el boleto y cubrir todos sus gastos de estadía. Nada más.

“Si”, contestó gentilmente.

“No tengo problema con que se comercialice la noticia”, dijo cuando supo que yo planeaba cobrar la entrada al evento. Mauricio me habló de un proyecto personal, un programa independiente de entrevistas en un espacio pagado a una televisora salvadoreña. Él necesitaba dinero porque el espacio en televisión es caro. Mi respuesta fue que sería un placer presentarlo con empresarios salvadoreños de Washington, Virginia y Maryland.

El 18 de Marzo, 2005, menos de 1 mes después de su despido, Mauricio Funes llegó a Washington.

CAPÍTULO UNO
Era primavera y aún hacía frío. En los aeropuertos siempre la temperatura parece ser 10 grados más helada que en el exterior. Aquella noche de hace cuatro años, en el Aeropuerto Nacional Dulles de la capital de Estados Unidos, el periodista radial Efraín Merino, yo, y nadie más esperábamos a un hombre, a un periodista desempleado: Mauricio Funes.

Cuatro años después cientos de miles de hombres, mujeres y niños gritarían su nombre en calles, plazas, y estadios de El Salvador. Pero aquella noche helada del 17 de Marzo del 2005 éramos sólo dos hombres que lo esperábamos para su segunda visita a Washington. No había comités de recepción, tampoco cenas en clubes de prensa, ni encuentros con senadores y congresistas. Simplemente le esperaban un par de eventos organizados para el hombre que semanas atrás habíamos conocido en una entrevista de radio en la que explicó cómo había perdido su empleo.

Mauricio Funes había sido el periodista más popular de El Salvador durante casi quince años. Su entrevista ‘Al Día’ en Canal Doce era, para muchos salvadoreños, un hábito tan imprescindible como el desayuno. Quizás más. Él nunca ahorró críticas al gobierno, a las autoridades, ni al partido en el poder. Por eso los intelectuales de izquierda lo idolatraban y mucha gente que luchaba por alimentar a sus familias o encontrar trabajo lo consideraba su voz.

Entonces se acabó. Canal Doce canceló la Entrevista Al Día y Mauricio Funes quedó tan desempleado como los hombres y mujeres de los que él hablaba –y a los que él hablaba.

Efraín Merino denunció el despido en su programa radial para la zona metropolitana de Washington. Un programa de fútbol.

Y así llegó Mauricio Funes a su segunda visita a Washington. La primera había sido como periodista en un viaje organizado por el gobierno de Estados Unidos. En esa ocasión había entrevistado a miembros del Congreso, a funcionarios y había visto lo que se puede ver de la capital desde la ventanilla de un autobús de su hotel al Congreso y viceversa. No tuvo contacto con la comunidad salvadoreña.

Nosotros lo llevamos a conocer restaurantes y tiendas salvadoreñas en la única zona de EEUU donde los salvadoreños son la mayoría entre la minoría hispana.

El viernes 19 de marzo inició con Telemundo. Luego fue entrevistado en el programa de radio del colombiano Alejandro Bravo (si, es también de fútbol), posteriormente fue a los estudios de Unívisión a ser entrevistado por el presentador Mario Sol, también salvadoreño. Una apretada agenda, pero Mauricio estaba en su ambiente.

El evento de CentroDeportivo.com fue en Julito’s Discotec, seleccionada porque fue el único que no nos cobró más que por la seguridad. Sí, es una discoteca y bar, y durante su charla, Mauricio Funes tuvo que callar a uno de los borrachos.

Hey, en alguna parte hay que comenzar.

Lo colectado a la entrada apenas alcanzó para pagar la seguridad, pero el evento fue un éxito pues los líderes invitados se hicieron presentes.

Al día siguiente el evento fue en el Restaurante Napoli. Comenzó con una conferencia de prensa con los medios del área, entre ellos corresponsales de El Salvador. La entrevista se convirtió en una tertulia entre periodistas que no tuvo más interrupción que otro embriagado que gritó que Mauricio era comunista y guerrillero. Un adelanto de la campaña del 2009?

Posteriormente se llevo a cabo la presentación para empresarios, pagada y con derecho a cena. Mientras los invitados cenaban Mauricio hizo la presentación de su proyecto.

La respuesta no fue la deseada. Lo que veían enfrente era a un periodista desempleado con un sueño. No veían al ganador del premio Maria Moors Cabot de la Universidad de Columbia, ni al hombre que ha entrevistado a Fidel Castro y Hugo Chávez. Los empresarios veían alto riesgo sin posibilidad de ganancia rápida.

No fue el resultado deseado. Se me ocurrió llevar a Mauricio Funes al otro gran centro de salvadoreños en la Costa Este, Long Island, en Nueva York, donde yo no conocía a nadie pero tenía amigos que conocían amigos.

El domingo 21 de Marzo salimos a Nueva York con mi esposa y nuestras dos pequeñas hijas. Nos acompañaba Edwin (un camarógrafo que había trabajado con Mauricio en El Salvador), y Mauricio Barrientos, en su propio auto, heróico colaborador de CentroDeportivo.com.

En el camino comenzamos a hacer llamadas para buscar contactos. Francisco Ayala, veterano periodista, nos dio varios nombres y el más importante fue Emilio Alfaro Ruiz, un unionense propietario de La Tribuna Hispana, un semanario con varias ediciones para los distritos neoyorquinos. Le llamé y le informé que nos visitaba Mauricio Funes en Washington DC y queríamos reunirnos con la comunidad en Long Island. Su respuesta fue un sí instantáneo. Con unas llamadas, todo estaba listo.

Emilio organizó una entrevista en sus oficinas en Hempstead, Long Island, y un encuentro con empresarios de la zona en un hotel en Union City.

Esta reunión fue breve, parecida a una cena en familia, y los empresarios mostraron interés no sólo en comprar un espacio en TV, sino un canal entero. Aquí sí había esperanza. A las 8 p. m. estábamos emprendiendo las siete horas del camino de regreso a Washington. Yo tenía que trabajar al siguiente día.

Íbamos de regreso cuando pensé que sería un desperdicio si Mauricio Funes no visitaba la Zona Cero, donde están las ruinas de las Torres Gemelas del Centro del Comercio Mundial que dejaron los ataques terroristas del 11 de Septiembre de 2001. Fuimos. Fue una visita de pocos minutos pero su reacción de asombro y tristeza fue evidente.

Manejé toda la noche conversando con Mauricio Funes a mi lado. Para no caer dormido en el timón, pensaba y analizaba lo que ocurrido desde la llegada de Mauricio. Me di cuenta que había gente interesada en convertirse en amiga de ese hombre que, una y otra vez, había demostrado ser un prodigioso comunicador. Con mucha carisma.

Mauricio Funes regresó a El Salvador al día siguiente. Su visita había sido breve, pero los principales medios impresos de El Salvador habían cubierto las reuniones en Washington y Nueva York.

Gracias a sus amigos aquí y allá, a su inexhaustible capacidad de trabajo, y al inquebrantable apoyo de Wanda (ahora su esposa), el 24 de mayo del 2005 Mauricio Funes abrió un nuevo programa de entrevistas matinales por televisión, creativamente llamado ‘La Entrevista’ en Canal 21 de Megavisión. Esta vez el programa era de él. Ese mismo mes salió la primera edición impresa de CentroDeportivo.com.

Mauricio Funes compraba espacio en la televisión y buscaba anunciantes. Sin embargo, en poco tiempo se colocó a la cabeza del rating matutino, a pesar que el canal no tenía cobertura nacional, según me comentó Mauricio, en una visita que yo hice a El Salvador. Aprovechamos para entrevistarlo. Orestes Membreño realizó la entrevista. Yo las fotos, como es costumbre.

CAPÍTULO DOS
Para entonces la ex guerrilla del Frente Farabundo Martí había modificado sus estatutos dejándolo abierto a las sugerencias de las comisiones nacionales para la candidatura presidencial.

El nombre Mauricio Funes se repetía en susurros, luego a voz abierta y al final, a gritos.

Personalmente siempre pensé que la candidatura de Schafick fue un error. Sin embargo el FMLN se había dejado llevar por el corazón y llevaron a un candidato que las encuestas indicaban era menos popular que Funes mismo. El resultado fue una tremenda derrota. Pensé que para las elecciones del 2009 tenía que hacer oír mi voz y la de los que vivimos fuera de El Salvador sufriendo por el mal rumbo del país.

Mi plan era simple: crear un grupo de apoyo con un nombre fácil de memorizar para empujar la candidatura de nuestro amigo. Así nació: “Amigos de Mauricio Funes”. El modelo eran los grupos de apoyo a Barak Obama. Sería un grupo independiente, sin vínculos al partido ni al candidato, pero dispuesto a expresar el sentir de los salvadoreños.

Hablé con otras personas que tenían simpatía por Mauricio y compartían el temor de perder otras elecciones por culpa del candidato equivocado. Al mismo tiempo registré el dominio AmigosDeMauricioFunes.com para empujar la candidatura en el ciberespacio. Todo lo pagaba yo porque no me cabía duda que era presidenciable, sólo había que encender la chispa.

El lugar y el medio para enviar el mensaje a El Salvador se juntaron en mayo del 2007 cuando CASALCO organizó la Feria de la Vivienda en Washington DC para vender en Estados Unidos las casas que los salvadoreños no pueden pagar en El Salvador. Era el escenario perfecto: un salón repleto de ejecutivos salvadoreños que laboraban para grandes empresas y que estaban en visita de negocios. Cada uno de ellos era un potencial cliente de la revista y el vehículo para llevar a El Salvador nuestra inquietud que Mauricio Funes debía ser el candidato del FMLN.

El medio para enviar el mensaje a El Salvador fue la revista CentroDeportivo.com, en la cual saqué un desplegado de “Mauricio Funes presidente 2009-2014” luego rezaba “Si Deseas Ayudar a Rescatar El Salvador, contactanos” y lo firmábamos “Los Amigos de Mauricio Funes”. En aquel momento sólo éramos tres: Carlos Zelaya, Leonel Flores, y yo.

La novela de las primarias de ARENA tuvo un alto costo. Postular a de Mauricio fue una ganga, apenas $100.00 en colaboraciones. Naturalmente, ese no era el costo real del desplegado de 1 página en la revista -que vendo hasta por $1,500- pero igual lo sacaría porque yo creía -y quería ver- a Mauricio en la presidencia.

De hecho, lo hubiese sacado aun sin ninguna colaboración pero quería la participación de otras personas para que tuviera significado el nombre de ‘Amigos’ de Mauricio Funes. Carlos y Leonel le daban significado.

Otras personas se unieron luego y colaboraron, entre ellos la valiosa ayuda de Francisco Castro, y Hugo Carballo. Todas las colaboraciones eran simbólicas, nunca cubrieron el costo real de los desplegados. Después del desplegado de mayo del 2007, en cada edición de la revista publiqué un mensaje de apoyo incondicional a su candidatura, la cual no sería oficial hasta septiembre del 2007. Yo estaba convencido que mi misión era empujar dicha candidatura para que se hiciera realidad.
La excelente revista digital ElFaro.net hizo eco de ese desplegado. Su periodista Sergio Arauz me contactó para indagar más sobre los que postulabamos a Mauricio en EEUU. Le respondí, y el nombre de Mauricio se repetía y repetía con mayor insistencia...

Todos sabíamos que Mauricio sería el candidato. ¿A quién más podría el FMLN poner en su fórmula sin exponerse a una nueva derrota?

Por eso, desde julio del 2007 comencé a conversar con Mauricio para pedirle que fuera el invitado de honor del segundo aniversario de la revista CentroDeportivo.com. También celebraríamos el segundo aniversario de su programa de entrevistas, el cual ya era de más de una hora, noticiero incluido. Yo sabía que cuando se convirtiera en candidato presidencial yo ya no tendría oportunidad de llamarlo, de conversar, de invitarlo a un evento. Él ya no sería un ciudadano más.
Luego de posponer el evento un par de veces por conflictos en su agenda, finalmente Mauricio llegó al evento, un 22 de Septiembre del 2007, cinco días antes del anuncio oficial de la formula Funes/Sánchez-Cerén. El lugar fue el restaurante de otro amigo que ha apoyado la revista por mucho tiempo: El Rancho Migueleño, de Oscar Amaya.

EPÍLOGO
Todos saben lo que vino después: su candidatura, una campaña presidencial de virulencia inimaginable para aquellos que no estuvieron en El Salvador, una de las elecciones más multitudinarias en la historia centroamericana, y un resultado reñido. Mauricio Funes no tuvo una victoria aplastante. Pero, hey, Mauricio Funes sí será el presidente 2009-2004.

Él mismo reconoció en un encuentro con empresarios salvadoreños en Washington que la primera vez que un medio impreso mencionó su nombre como candidato fue en las páginas de la revista que usted está leyendo, en el desplegado que publiqué yo en Mayo del 2007. Y de paso, el candidato presidencial Mauricio Funes regresó varias veces a Washington a encantar con su habilidad de palabra. Esta vez si hubo comités de recepción y encuentros con funcionarios. Muy lejos quedaba aquella noche de primavera en que dos hombres esperaban al periodista desempleado. Habían pasado cuatro años.

El 1 de junio de este año, Carlos Mauricio Funes Cartagena se convertirá en el primer latinoamericano alguna vez electo presidente como candidato por un movimiento guerrillero bajado de la montaña. Recibe al pueblo más violento del hemisferio, unas arcas nacionales tan vacías que producen un eco resonante en medio de la peor crisis económica que el mundo ha visto en 80 años.

Lo espera una población cuya principal aspiración para salir de la pobreza es huir del país, una sociedad polarizada en dos bloques que no encuentran camino al diálogo aunque, de alguna manera, parecen haberse reconciliado. Ya no se odian, simplemente no se hablan.

No envidio a Mauricio Funes, tiene un reto descomunal; le espera trabajo y ataques de los radicales. Estimado Mauricio, si lees estas lineas, espero que tengas éxito en tu gestión, por el bien de los salvadoreños... Las consecuencias de un posible fracaso serían demasiado horribles para ser contempladas.

Relatado: Jorge O. Martínez • Editado: Francisco Ayala Silva • Fotos: Amílcar Portillo / Jorge O. Martínez

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