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Joaquín Samayoa, y su análisis de los cambios

Presidente, diputados, partidos y ciudadanos
Por Joaquín Samayoa*

Se ha hecho costumbre en muchos países que la prensa le marque el paso a un nuevo presidente durante los primeros 100 días de su gestión.

Es comprensible que haya expectativas sobre la capacidad decisoria y ejecutiva del nuevo presidente, porque una cosa es decir cómo hay que enfrentar al toro y otra muy distinta es situarse en el ruedo y experimentar sus embestidas. Pero la analogía del solitario torero en plena acción no es muy apropiada para entender el desempeño de un gobernante. El presidente no está solo frente a los problemas. Para bien o para mal, su desempeño no puede desligarse del comportamiento de otros actores.

Para enrumbar bien la nueva gestión gubernamental, debemos entender que en las circunstancias por las que atraviesa nuestro país vamos a necesitar, mucho más que en tiempos normales, desplegar nuestra capacidad colectiva de imaginación, esfuerzo, adaptación, pensamiento, entendimiento y sacrificio. El principal reto del nuevo presidente será el de estimular la energía social y construirle cauces novedosos de convergencia; pero más allá de su liderazgo, hay factores que no dependen solo ni principalmente del presidente.

Cada uno de los principales actores debe pensar en sus primeros 100 días. Los medios de prensa deben contribuir a esa discusión y deben dirigir sus lentes y sus plumas hacia diversos objetivos.

En lo que concierne al presidente, la integración de su equipo de trabajo es, sin duda, una de las decisiones más importantes que debe tomar y, al hacerlo, sería muy conveniente que aprenda de las buenas y las malas decisiones de sus antecesores. Mauricio Funes tiene algo muy valioso a su favor para la realización de esta tarea. Veinte años de incisivo ejercicio periodístico le han permitido pasearse varias veces por todas las jaulas del zoológico. Debiera saber mejor que cualquiera quién es elefante y quién serpiente; quién león y quién lagarto. Ojalá no se confunda.

Hace bien en no apresurarse. Siempre es posible corregir errores sobre la marcha, pero es mucho mejor hacerlo bien a la primera. Los curiosos y los impacientes que lo presionan no van a cargar con las consecuencias de sus decisiones. Antes de considerar nombres hay que clarificar misiones.

Más aún, creo que es muy necesario replantear estructuras. No por razones ideológicas, sino por las imperiosas exigencias que imponen la crisis financiera y la recesión económica, el aparato estatal debe reducirse y ser mucho más eficiente. Hay que resistir las presiones de quienes erróneamente piensan que la solución de los problemas requiere una mayor burocracia. De poco servirán los pactos fiscales y los niveles de reactivación económica que podríamos conseguir si el aparato estatal sigue siendo un barril sin fondo.

Hay otras tareas urgentes que van a condicionar la gestión presidencial pero dependen de otros actores más que del presidente. Ya se ha comentado ampliamente sobre las elecciones de segundo grado, particularmente la del fiscal general y la de nuevos magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Pero hay otras acciones que dependen de los partidos políticos y de los representantes del pueblo en la Asamblea Legislativa. Para que el nuevo gobierno pueda empezar a caminar será necesario modificar el presupuesto general de la nación para la segunda mitad del año y hacer también una revisión exhaustiva de la LACAP.

No me canso de repetirlo. Así como está, la LACAP obstaculiza la adquisición de los bienes y la contratación de los servicios que necesitan las instituciones del Estado para funcionar bien. Se supone que las exigencias que impone la ley son necesarias para evitar la corrupción, pero lejos de eso, la ley permite arbitrariedades en la evaluación de ofertas y dificulta el trabajo de la Corte de Cuentas. Al final, lo que tenemos son procesos engorrosos que no impiden la corrupción y hacen difícil resolver disputas como las que tienen paralizadas algunas importantes obras de infraestructura.

El presidente Funes dispone de un mes antes de tomar posesión de su cargo para negociar con la nueva Asamblea una agenda legislativa de emergencia, la cual debería ser evacuada en corto tiempo enfatizando criterios y objetivos que todos los partidos puedan suscribir, aunque no coincidan exactamente con las ideas de cada uno de ellos. Ello requiere, entre otras cosas, que el partido ARENA acelere su renovación de forma que pueda actuar como un interlocutor consistente y confiable.

Ojalá todos los ciudadanos, pero particularmente los que se dicen amigos de Mauricio, hagan también su parte, al menos pagando cabales sus impuestos y respetando rigurosamente las leyes laborales.

Fuente: LPG 8/4/2009
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2 comments :

  1. Ojala sean unos anlisis serios y lejos de encubrir posiciones oficiales de la derecha mas burda de America Latina la cual actualmente se encuentra herida de muerte por sus continuos fracasos lo cual la poblacion Salvadoreña ya conoce muy bien.

    Ojala los planteamientos de Samayoa no tenga ningun padrino escondido.


    Jose Matatias Delgado Y Del Hambre.

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  2. El amigo samayoa ya digo que Funes no le convencía en su discurso.

    Puede que este buscando un hueso aunque no me consta totalmente.

    ReplyDelete

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