Derecho a réplica: "Refutando los conceptos de Ricardo Chacón sobre políticas públicas de comunicación"

Refutando conceptos de Ricardo Chacón
Salvador Ventura

El artículo sobre “Políticas públicas de comunicación”, aparecido en El Diario de Hoy el domingo 5 de abril del año en curso, responsabilizado por el periodista Ricardo Chacón, en clara alusión a mi comentario sobre la necesidad de crear medios de comunicación fuertes, publicado en este periódico el 1 de abril de este año, me permite ampliar y aclarar conceptos maliciosamente deformados o no entendidos por Chacón.

1. En ningún apartado hemos dicho que debe “fortalecerse y hacer crecer profesionalmente el periódico vespertino Co Latino” o que “las radios Maya Visión, Mi Gente o las llamadas comunitarias se conviertan en medios de mayor cobertura”. Es falso de toda falsedad.

Lo que afirmamos y sostenemos es que el nuevo gobierno debe fortalecer sus propios medios de comunicación (Radio El Salvador y Canal 10) no sólo como una necesidad para informar de sus obras, proyectos y realizaciones, sino para defenderse de los ataques de la reacción y de manera especial “devolverle el habla al pueblo”.

Desde luego, que debe distribuir equitativamente la pauta publicitaria entre todos los medios y no proceder por sesgos ideológicos, tal como en estos 20 años lo han hecho los gobiernos de Arena al favorecer claramente a El Diario de Hoy, La Prensa Gráfica, TCS Noticias y las radioemisoras propiedad del Presidente de la República y de sus familiares.

2. El articulista en mención paradójicamente expresa que “lo esencial y fundamental es garantizar que el sistema de libertades prevalezca y permita que las distintas voces de la población se expresen”. Al hablar sobre “devolverle el habla al pueblo”, exactamente estamos argumentando de la importancia que tiene mantener una irrestricta libertad de prensa y de expresión.

Esto nos lleva a dos aspectos esenciales: cristalizar en un periodismo crítico, exigente, imparcial y profesional una visión integral de la realidad salvadoreña y del mundo; en segundo lugar, mostrar con argumentos, no con supuestos, buenas intenciones o consejos saludables, una forma genuina y necesaria de hacer opinión y periodismo y no simplemente de utilizarlo como precario medio de propaganda.

3. Usted no es coherente ni sincero en sus juicios. Dice “fortalecer los medios del partido o del gobierno no garantizan la libertad” y pone de ejemplos a Cuba y China continental, donde según sus apreciaciones “no existe el juego democrático, no se permiten los disensos ni mucho menos revelar las interioridades del régimen o la vida pública de los funcionarios”.

Vamos por partes: el sistema de organización social que priva en esos países es el socialismo; en El Salvador, por el contrario, vivimos un sistema capitalista con remanentes feudales; ¿cuál es el juego democrático en nuestro país? En reiteradas ocasiones hemos leído los editoriales de Enrique Altamirano Madriz en donde habla de “valores del mundo occidental” y se refiere al derecho a la información y a la libertad de expresión que respalda “desde largos años” El Diario de Hoy.

Nadie discute que el hombre o la mujer carezcan del derecho para conocer aquellas cosas que le son necesarias para su desarrollo y para la obtención de su felicidad. El problema, señor Chacón, se circunscribe a apreciar sobre qué es lo indispensable conocer.

Si “la gran prensa” de este país fustigara a las autoridades de Salud Pública e informara sobre la grave falta de medicinas en los hospitales o las condiciones físicas en que estos nosocomios se encuentran, le aseguro que los salvadoreños, sobre todos los más humildes, les estarían muy agradecidos. Por lo demás, se estaría cumpliendo con uno de sus grandes objetivos: informar veraz y oportunamente de la realidad de los hechos.

El derecho a la información va más allá del simple enunciado que hace su director, pues obliga a conocer qué son las leyes y si éstas obligan a todos por igual. La libertad de expresión no está limitada sólo a percibir ingresos por la pauta publicitaria, incluye muchos valores más, por ejemplo, ya en el campo del derecho a la información, a saber si las donaciones o préstamos de organismos financieros mundiales están siendo bien empleados, como en el caso de la reconstrucción del Hospital de Maternidad; o sí las licitaciones para reconstrucción de los nosocomios de Zacatecoluca, Usulután y Santa Tecla, fueron transparentes; o el apreciar si las escuelas a las que van nuestros hijos son buenas o malas, si los compañeros que éstos tienen son rufianes.

4. Los medios de comunicación alternativos y comunales cumplen o deberían cumplir una función esencial en la sociedad, por ejemplo, para desmentir la visión mentirosa de la realidad de su país o su entorno que tantas veces la misma publicidad del gobierno y la “gran prensa” divulgan.

Lo reiteramos: la “prensa oficial” para decirlo con sus palabras, debe intervenir en la política no como la exquisita actividad burguesa que condesciende a propagar un ideal o una denuncia alguna vez en su vida; es tal porque desarrolla y cumple una función concreta, necesaria e irrenunciable de iluminación (y por tanto, no ser política, en este caso, sería exterminarse).

Claro que los “medios oficiales” responden a la línea del gobierno en turno, pues como dicho está, se han fortalecido para informar sobre obras y proyectos y no para hacerle “el juego a la gran prensa”, claramente inclinada al servicio del capital y la oligarquía.

5. Finalmente: usted afirma que “se trata de medios que también son instituciones que fortalecen el sistema democrático, no sólo fomentando la libertad, como algo esencial del ser humano, sino porque son el espacio del debate entre las diferentes concepciones de la vida”.

Un sistema social se fortalece cuando los medios de publicidad (triste ironía, pues pertenecen a la Asociación Salvadoreña de Medios Publicitarios) informan imparcialmente de una realidad expuesta “a los ojos de todos” y no simplemente la que recogen, interpretan y publican los periódicos, la televisión y las radios; cuando denuncian hechos impactantes de corrupción, de evasión de impuestos, contrabando, licitaciones amañadas y mas.

Hay espacio “del debate de ideas”, cuando se permiten aclaraciones y respuestas, claramente consignado en la Ley de Imprenta, de personas e instituciones que han sido claramente difamadas.

¿Alguna vez El Diario de Hoy se lo permitió al Encargado de Negocios de la Embajada de Venezuela? ¿A la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, conocida como UCA de dónde usted es egresado y suponemos graduado? Hay que predicar con el ejemplo.

A la gente le interesa la belleza, pero también que se informe con veracidad, con profesionalismo e imparcialidad. La verdad ha sido tristemente secuestrada por la “gran prensa”, es tiempo, ¿no lo cree así?, de devolverle “el habla al pueblo”.

Fuente: Colatino 16/4/2009

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