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La cultura no es política

Artistas y creadores piden también un cambio en la cultura nacional
La alternancia en el poder que iniciará el próximo 1 de junio ha abierto nuevas expectativas en todos los ámbitos de la vida nacional. El primer gobierno de izquierda en El Salvador augura cambios profundos en la visión para transformar el país. El mundo cultural comienza a ilusionarse… otra vez.
Por Lauri García Dueñas y Carlos Dada

Más allá de en manos de quién recaiga la responsabilidad oficial sobre las políticas culturales del Estado, los artistas y creadores culturales salvadoreños esperan un auge en la producción de este tipo en el país tras la instalación del gobierno de Funes pero para ello, dicen varios consultados por El Faro, es necesario tanto un cambio en las políticas culturales del gobierno como en los propios artistas.

“El nuevo gobierno debe reconocer la importancia trascendental que tienen la cultura y el arte en el desarrollo de un pueblo, en la construcción de su identidad. Si esto se reconoce, tendrá un importante lugar en la lista de prioridades y, por lo tanto, un presupuesto adecuado”, dice Beatriz Alcaine, artista y promotora cultural, directora y alma de La Luna desde hace 18 años.

La Luna Casa y Arte nació en 1991, poco antes de la firma de los Acuerdos de Paz. Un año después, en plena efervescencia del fin de la guerra, se convirtió en el epicentro de la vida cultural nacional, sirviendo de lugar de encuentro para artistas y creadores de varias generaciones, muchos de los cuales volvían al país después de varios años de exilio. Aquella efervescencia duró poco. Sin políticas estatales para canalizarla, y sin espacios para manifestarse, terminó convertida en parálisis para muchos, frustración para otros y producciones aisladas para aquellos que permanecieron en el país buscando cómo ganarse la vida ejerciendo una actividad poco remunerada en El Salvador.

Los resultados electorales del 15 de marzo, que El Faro calificó como “el fin de la posguerra”, han abierto una nueva esperanza para el mundo de la cultura en El Salvador.

“Si los primeros días después del 15 de marzo pueden considerarse como un barómetro del porvenir, vamos bien. Una vez más El Salvador muestra ante el mundo ‘civilizado’ un espíritu cívico en busca de concordia. Ante las actitudes post-elección tomadas por la gran mayoría de ganadores y perdedores esta semana, me siento muy orgulloso de ser salvadoreño”, dice Roberto Salomón, director de teatro y un hombre con décadas de experiencia en el quehacer cultural salvadoreño. El nuevo gobierno, sugiere, debe crear “una política cultural clara ante la cual los artistas se puedan posicionar”.

Salomón dice que CONCULTURA tiene que dejar de ser el sobrino pobre del ministerio de Educación. “Una política cultural es como agua de mayo: hará crecer semillas plantadas. No se puede esperar que todas las soluciones vengan del gobierno. Entre la juventud, las ganas de hacer son grandes, proyectos de vida faltan. Se necesitan ministros visionarios tales como Walter Beneke, quien a fines de los años sesenta logró galvanizar a la juventud y canalizar esa gran energía”.

En octubre de 2007, el FMLN convocó a un “diálogo social abierto” en el que se recogerían los insumos para el plan de gobierno del próximo candidato a la presidencia de la República. La “mesa de desarrollo cultural” aglutinaba a artistas cercanos al Frente, pero no necesariamente militantes de dicho partido.

La mesa de desarrollo cultural realizó varias asambleas para recoger las opiniones y demandas de los artistas salvadoreños. Una de ellas fue en San Salvador, otras dos en el oriente y occidente del país, una más en Los Ángeles y otra en Washington D.C.

El coordinador general de la mesa fue Roberto Quezada, miembro del mítico grupo musical Yolocamba Itá. Como cercanos a la coordinación destacan Dalia Rosa, diseñadora gráfica; los escritores Antonio Casquín, Otoniel Guevara, Miguel Ángel Chinchilla y Tania Molina y el músico Benjamín Palomo. Quezada asegura que la mesa contó con la participación reiterada o esporádica de unos 300 artistas salvadoreños.

Como premisa fundamental, el coordinador asegura que los “trabajadores de la cultura” denunciaron que no hay un “reconocimiento político” de la importancia de la cultura de ninguno de los partidos de El Salvador. “Creen que el arte es para ociosos”, apunta.

Entre los principales problemas que este sector afronta, según la consulta, están: la falta de una condición académica para las distintas artes; la ausencia de apoyos para garantizar la solvencia económica de los creadores y así alentar la calidad estética en su producción; la falta de un marco jurídico que incluya leyes tales como la Ley Nacional de Cine o una Ley para la Protección de Las Artes.

“El problema también es que las leyes que hay no se cumplen”, dice Quezada, y pone como ejemplo el hecho de que la normativa legal contempla que no debe efectuarse una retención de impuestos cuando se le paga a un artista por su obra, pero como estas disposiciones son vagas, el mismo gobierno sigue aplicando los descuentos.

Entre las propuestas de la mesa al partido FMLN, que fueron incluidas en el plan de gobierno, destaca la constitución de un Ministerio de Cultura, el cual no sería creado de inmediato sino a través de un “proceso”; un diagnóstico participativo e incluyente para el diseño de nuevas políticas y estrategias culturales; el estímulo a la creatividad y, uno de los puntos más importantes, la creación de un fondo nacional para las artes que incluiría becas y estímulos a la producción artística. “Si alguien no tiene garantizada su solvencia económica le es más difícil escribir una novela”, dice.

Aunque solo son sugerencias, el fondo podría conformarse con el uno por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), dice Quezada.

Carlos Clará, escritor y director de Índole Ediciones, cree que es urgente “la creación y aplicación de verdaderos manuales operativos, administrativos y técnicos ¿Una mano de pintura? No, una reconstrucción”. Y anuncia que “será una buena noticia si el nuevo gobierno abraza iniciativas que exploren las aplicaciones o fomenten el uso de las TIC (Tecnología de la Información y la Comunicación) en las artes o que logre meterse de cabeza en el desarrollo de planes de fomento a la creación y formación artística. Sería un gesto de orgullo, justicia y agradecimiento crear un programa de bienestar para artistas de gran trayectoria”.

Las políticas culturales de Estado tienen relación directa con las políticas de educación. Hasta ahora, CONCULTURA es una dependencia del Ministerio de Educación. Aunque las aspiraciones de la mesa de trabajo del FMLN de convertir a CONCULTURA en un ministerio fructifiquen, éste tendrá que actuar en armonía con políticas macro que también incluyan al Ministerio de Educación. Fuentes del equipo de trabajo del presidente electo Mauricio Funes han confirmado a este periódico que se habla ya de llevar las políticas de educación hacia una sociedad del conocimiento, lo cual implicaría reforzar las áreas de investigación y producción académica y también la producción cultural e intelectual, aunque aún no hay un programa concreto.

Julio López, artista audiovisual, coincide en que la cultura debe empezar a ser prioridad de Estado y a recuperarse espacios para ella, pues la ausencia de éstos ha dificultado precisamente su desarrollo y la amplia participación de la gente. “Es imprescindible considerar que el fomento al binomio arte-cultura va de la mano con el apoyo de la educación. Al trabajar con el primero, obligatoriamente se trabaja con el segundo. Esta es la visión necesaria si se quiere que la sociedad salvadoreña genere y fortalezca su identidad y la capacidad crítica para razonar los problemas nacionales”.

El historiador Carlos Cañas Dinarte aboga porque “la gestión nueva sea progresista, transparente, incluyente, ordenada y, sobre todo, que tenga un plan y objetivos claros de lo que quiere hacer en los cinco años que tiene por delante. Ya basta de ver a la cultura como parte de un feudo personal o de las enfermedades ideológicas de alguien: la cultura es de todas las personas y debe ser vista como un motor del desarrollo integral de toda la población salvadoreña, resida o no dentro de nuestras fronteras nacionales”. Y como Salomón y Alcaine opina que “la cultura de un país no depende de un gobierno, sino de sus hacedores. En todo caso, dependerá de la nueva administración cultural si se preocupará por potenciar o no a esas iniciativas y las hace parte de la gran agenda nacional por el desarrollo integral de El Salvador”.

Los más jóvenes, como Luz María Rodríguez, bailarina y coreógrafa salvadoreña residente en México, esperan que haya mayores espacios de intercambio entre artistas de la región: “Desde afuera y teniendo la experiencia de asistir y formar parte de encuentros, festivales y proyectos, nos damos cuenta de que es posible (desarrollar el arte) en todos lados, solo falta destinar una cantidad de dinero, dirigirlo correctamente, tomando en cuenta el talento nacional que está dentro y fuera del país”.

En el equipo de transición conformado por el presidente electo, aún no se atreven a mencionar nombres de posibles encargados de la cultura en el nuevo gabinete. Pero mientras ellos deciden, entre varios artistas la efervescencia de 1992 comienza nuevamente a manifestarse.

“La efervescencia cultural no depende solo del cambio político sino de lo que se cocina en lo más profundo de los artistas y agentes de la cultura”, dice Beatriz Alcaine. “Independientemente del cambio de gobierno, hay cosas que están casi en su punto y seguramente con un poco de condimento y de fuego lento, quedarán exquisitas. Y muchas otras están crudas. Ojalá sea el tiempo de la ‘movida salvadoreña’, porque hoy es el tiempo de la transición en nuestro país y no cuando se firmaron los Acuerdos de Paz como pensamos”.

Fuente: El Faro.net 23/3/2009
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3 comments :

  1. El amigo Federico ya puede ir haciendo sus maletas, ya nunca volvera a ser el presidente ideologico de la cultura.

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  2. me parece que por desgracia en medio de crisis la cultura no sera una prioridad, pero esperemos a ver. y tambien en medio de crisis es mejor mantener los gastos bajo control, para que un ministerio mas si esos solo siren para engordar burocratas.

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  3. LA CULTURA DE LOS SALVADORENOS CREADA DURANTE ESTOS 20 ANOS POR ARENA ESTAN REPRESENTADAS EN LA TENCHIS SELIBER, LA ABUELA DE YXY, LA CHOLI, CHUPERTO,TOBY CON SU TUMBLIMBLI!
    LA CULTURA DE LA ESTUPIDEZ!
    ASI QUE TODOS ESTOS DE UNA U OTRA MANERA SE VIERON ENVUELTOS EN LA MALA JUGADA ARENERA!
    EL RESCATE DE NUESTRA IDIOSINCRACIA O FOLKLORE DEBE SER UN FACTOR MUY IMPORTANTE PORQUE PUEDES ESTAR EN DONDE SEA EN ESTE MUNDO EN CUALQUIER PAIS SEA ESTE DESARROLLADO O NO PERO SIN RAICES TE HUNDES AFONDAS Y ES ESTO QUE LOS ARENEROS QUERIAN HACERNOS PERDER TODA HUELLA DE NUESTRO PASADO!IMPONIENDO MODELOS CULTURALES MUY ENCIMA DE LA HUMILDAD Y AMISTAD CON LOS CUALES MUCHOS SALVADORENOS NOS IDENTIFICAMOS!
    UN APIS SIN PASADO NO TIENE FUTURO!

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