El Salvador vs. Estados Unidos: un milagro que se acalambró en el final

Cerca de un milagro gigante

El corazón de esta Selección es el más gigante de la Concacaf. Anoche, estuvo a minutos de vencer a la poderosa Estados Unidos ante un Cuscatlán pletórico, pero al final sucumbió ante la pegada aérea de los norteamericanos, que fueron de atrás para adelante hasta empatar a 2-2 el encuentro.

El resultado es bueno, sobre todo considerando los problemas que tuvo la Selecta para preparar este partido y el abolengo del rival. La Azul sigue invicta en el hexagonal, y aunque ha empatado sus primeros dos juegos en casa, el sueño continúa.

A las 6:30 p.m., cuando Estados Unidos salió a calentar, el Cuscatlán lo recibió con profundo abucheo y el clásico insulto de máximo desprecio al rival: "¡Hijos de p..., hijos de p...!". La mayoría continuó trotando con la cabeza baja; sólo uno alzó la vista hacia sol general, y, desafiante, abrió los brazos en señal de reto: Landon Donovan.

Para asegurar un mediocampo que le hiciera daño a Donovan y Cía., De los Cobos mandó a cuatro volantes ofensivos: Castillo por izquierda, Julio Martínez por derecha, más Cheyo junto a Osael en el medio. Atrás, como escudero, apareció Ramón Sánchez, que jugaría un partidazo.

La idea era que los regates de esta cuarteta alimentaran al único hombre al frente, Zelaya, para perforar el férreo sistema de los norteamericanos, un equipo que no varió su granítico 4-4-2, a no ser porque Donovan estaba un poco más retrasado.

También hubo un duelo particular entre dos arqueros que no venían con regularidad como titulares. Miguel "Mudo" Montes tomó el encargo bajo los tres palos cuscatlecos, a pesar de que J.J. Gómez venía siendo el habitual; misma situación que vive en Nejapa con Misael Alfaro. Brad Guzan es banca de Brad Friedel en el Aston Villa, y ayer jugó porque Tim Howard estuvo suspendido.

El partido arrancó y Estados Unidos asustó en los compases iniciales. Kljestan y Ching probaron de lejos en el primer minuto; al 5', lo hacía Ramón Sánchez.

Tras los fogonazos de arranque, el partido se asentó. Eran claras las posturas: la visita tenía la pelota y buscaba por dónde, bañado por el "buuuu" que bajaba desde las gradas; mientras El Salvador esperaba con orden atrás, agazapado como felino, esperando para morder con las corridas de Castillo y Zelaya, o para llevar peligro hacia Julio Martínez por derecha, quien metió cuerpo para ganar pelotas.

Así, al minuto 15, la Selecta elevó a la gloria al Cuscatlán. En un balonazo largo para Zelaya, el 11 nacional hizo nudo a tres defensas estadounidenses y logró dar para Cheyo, quien luego intentó filtrársela de regreso pero la zaga rival la machucó; ahí le quedó al mismo Quintanilla, quien cruzó el tiro para batir a Guzan.

Éxtasis. Era un golpe al gigante, a la selección a la que no se le hacía un gol en eliminatoria desde 1997, cuando "el Toto" Díaz Arce anotó aquel 29 de junio.

Como se esperaba, al del Norte no le temblaron las piernas por ir abajo. No se descolocó. Siguió jugando a lo mismo, y así apretó hasta que Montes salvó un mano a mano contra Kljestan al 23', y un minuto después, "el Mudo" volvía a callar a Dempsey, que intentaba de tiro libre.

Al 29', llegó el primer centro de EE.UU. en el juego. Fue desde la derecha, de Hejduk. Un aviso.

La visita apretó un poco, pero la Azul tuvo arrestos para llevar la pelota al otro lado y presionar. "Esto es imposible", se decía un hincha. El cuadro centroamericano estaba arrinconando a la 17ª selección del ránking FIFA.

Por eso, al medio tiempo, un aficionado lo resumió así: "Está sucediendo lo imposible. No puede estar pasando. Ahora, ya me puedo morir tranquilo".

La Selecta siguió viéndose bien en el inicio del complemento. Los regates de Castillo y Zelaya adelante, más las excelentes coberturas de Mardoqueo, Sánchez, Pacheco y Salazar, mantenían a raya a los del Norte.

Como EE.UU. atacaba, abrió espacios, y por ahí se filtró Zelaya con picardía por derecha, y al 73' centró para que Christian Castillo le ganara el salto a Hejduk y desatara la locura en el Coloso de Monserrat. Era un 2-0 que pocos pensaban, que pocos soñaban.

El cansancio ya era evidente en los azules. El "¡Sí se puede!" no alcanzaba. Montes salió al 75' bajo aplausos y entró Gómez.

Y al 75', llegó una jugada clave: Castillo intentó una pared con Zelaya, pero el albo ya no tenía piernas y se quedó en el suelo, lastimado. El árbitro Archundia dejó que Estados Unidos sacara de banda y jugara, a pesar de la actitud "anti fair play". La Azul, a contrapierna, no pudo evitar que Hejduk ganara por derecha para centrar al gigantón Altidore, que había entrado de cambio, y el del Jerez puso el descuento al 77'.

Fue feo, quizá injusto, pero real. Y desde entonces, Bradley resumió el juego de su equipo a lo mismo: balonazo hacia adelante, donde Altidore, Ching, Dempsey y luego "el Gringo" Torres peleaban fuerte ante una desesperada defensa cuscatleca.

La Azul aguantó hasta el 87', cuando Donovan impulsó un centro desde la derecha que llegó a cabecear Hejduk para el 2-2. Luego vinieron siete minutos de descuento que pusieron el corazón del Cusca al borde del infarto. Pero sobrevivió. Con taquicardia y empatitis, pero la Azul sigue viva, e invicta, hacia Sudáfrica.

Fuente El Diario de Hoy 28/3/2009

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