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El Salvador: Elecciones con insomnio

Edgardo Quintanilla (*)

Meditación sobre las presidenciales de El Salvador

LOS ANGELES - Cuando hay elecciones con insomnio, es mejor buscar el camino del desierto en el sur de California para mirar el cielo de la madrugada cuajado de estrellas. Antes del nuevo día, alejado de la ciudad, es bueno meditar lejos de las noticias del canchis-canchis de la propaganda política de puteadas anónimas, los campos pagados repletos de ficción como verdad y viceversa, y las aullante mentiras en nombre del patriotismo que dejan para la historia las pasadas elecciones presidenciales de El Salvador.

Todas las generaciones de connacionales salvadoreños que viven en el exterior nos quedamos otra vez sin voz y sin voto, sin poder elegir al líder político de un país dividido e inmerso en la miasma de no tener una visión original de por dónde empezar a atar los cabos sueltos que está dejando la historia sangrienta de un país de 21,000 kilómetros cuadrados.

Claro que me llegaron pedidos de donaciones monetarias, pero en la política si uno no aporta ni un centavo, ningún político es amigo de uno aún en tiempos de crisis. La política foránea es a veces como una mujer pendenciera. Al considerarla, hay que recordar el sabio proverbio judío que dice que vale más vivir en el desierto que con mujer pendenciera.

Considerando los resultados de las presidenciales guanacas, pienso en mi amigo Manuel en España, y en su visión de llevar un tren de primera categoría a Centro América para que la veloz modernidad enlace a los centroamericanos y los propele a un mejor futuro. No sé si mi estimado Manuelito leyó mi sugerencia de rescatar en grande la cosecha del cacao original de la región de Cacaopera para el deleite del paladar de las nuevas generaciones. Nadie encuentra en dicha idea ninguna modernidad. Aunque inspirado, Manuelito se quedó sin votar en la tierra donde yacen los restos de Isaac Albéniz, los cuales ha prometido visitar. Como me dijo un borracho en el restaurante “Mi Casita Salvadoreña”, de Van Nuys, California, “¿Para qué putas sirve la nacionalidad salvadoreña en el exterior?” Esta es una buena pregunta para empezar una novela.

El desierto tiene sus cuentos, moralejas, y espejismos que no se dejan ver de primeras a primeras sobretodo al releer “El Principito” de Antoine Saint-Exupéry.

Compartí con ustedes en agosto del 2008 la historia de la muerte de Nacín, originario del departamento de Sonsonate, en el desierto de San Bernardino, California, quien vivió el último día de su vida celebrando el “Día del Salvadoreño” en Los Ángeles. Dejó hijos pequeños nacidos en Los Ángeles y la madre de ellos legalmente no pudo hacer nada para impedir la repatriación de su cadáver a un cementerio del departamento de Sonsonate porque así lo querían otros parientes. Aunque ya muerto, el fiscal del gobierno sigue empecinado en deportarlo. La historia le gustó mucho a una reportera del L.A. TIMES que empezó a escribir un reportaje al respecto. Como abogado de inmigración, también me toca defender a guanacos muertos. Los hijos de Nacín también tienen nacionalidad salvadoreña pero la tumba de su padre se la dejaron muy lejos para irlo a enflorar. El voto para un presidente afecta a futuras generaciones. Dicho voto no tuvo nada que ver con los hijos de Nacín.

Pensé en Deisy, originaria del departamento de Usulután, una cliente mía que hace unos días le llegó su cita para obtener la residencia permanente en Arlington, Virginia, y que a los 20 años debería soñar graduarse de la universidad Georgetown. El voto presidencial en El Salvador no la tomó en cuenta. Insté a Deisy a que se hiciera un mapeo genético para descubrir sus raíces que la enlazan a África. “Sí”, me dijo por teléfono el sábado pasado, “mucha gente piensa que soy afro-americana”. “Tienes que ver las raíces africanas con orgullo,” le dije, “aparte de que estamos en la era de Obama”. El reto de Deisy es ir mucho más allá de la historia blanqueada del país que la vio salir pequeña por el Río Salsipuedes (otrora Río Paz) hacia el Norte.

La campaña presidencial no ofreció nada para mi pequeño hijo que es parte de la generación sal-mex. La propaganda negativa habló de los Estados Unidos, Venezuela, Cuba, pero la importancia de México se quedó chiquita para los presidenciables. Me gustó mucho del viaje que hizo Funes a México cuando andaba en campaña. Debió haber hablado más de la generación sal-mex en un mundo globalizado.

El amanecer en el desierto es silencioso. Uno de los retos de la vida nos enseña a saber distinguir a los lobos disfrazados de oveja. El ejercicio del poder sin visión para las futuras generaciones de salvadoreños es un suicidio histórico. Me acordé de los cuatro hijos pequeñitos de Checha, una madre soltera que tiene cáncer cervical, que vive en la extrema pobreza en El Salvador, y que pidió ayuda a los lectores de CONTRAPUNTO hace varios meses. ¿Qué les ofrece el vencedor de la contienda presidencial a estos niños?

Decido salir del desierto antes que el sol salga y desayunar en un IHOP camino a casa. Enciendo el motor del auto y busco una estación de rock clásico. Llega nítidamente la canción de U2 que dice, “Nothing changes on New Year’s Day.”

(*) Derechos reservados del autor. Edgardo Quintanilla, miembro de la Barra de Abogados de California, es un abogado experto en leyes de inmigración en los EE.UU. con oficinas en Sherman Oaks, California, (866) 986-1295, eqlaw@pacbell.net Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla , y está escribiendo una novela basada en un tópico desconocido sobre la historia de América Latina.
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1 comment :

  1. ESTE ARTICULO O COMENTARIO ME PARECE SACADO DE SUENOS DE BUNKER HILL DE JOHN FANTE!
    ES MUY COLORIDO EL LENGUAJE PROPIO ASI SOMOS LOS WOP EN EE.UU. EN EUROPA EN AUSTRALIA EN DONDE PUTAS TU VAYAS ERES UN MALDITO WOP!
    UN DAGO RED!
    DE TODOS MODOS VAMOS ADELANTE ABRIENDO BRECHAS CERRANDO HERIDAS! EL NACIONALISMO DE EL SALVADORENO TE LO PUEDE EXPLICAR CUALQUIERA QUE SE ENTIENDE DE REGIONALISMO!EL NACIONALISMO PARA ALGUNOS ES HABLAR CON EL CEROTE EN LA BOCA! PORQUE NO HAY SALVADORENO EN EL MUNDO QUE NO TENGA ESTA FRASE!

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