Bush pide huir del proteccionismo

El presidente estadounidense, George W. Bush, ha advertido a los líderes del G-20 -los países más poderosos y los emergentes- de que la crisis financiera que azota a las economías de todos los continentes "no se resolverá en un día". En su papel de anfitrión de la cumbre, Bush ha tomado la palabra durante la cena inaugural ofrecida a los mandatarios en la Casa Blanca y ha apostado por aumentar la cooperación entre las distintas potencias para salir del atolladero. Además, ha recordado que el G-20 en su conjunto está determinado a arreglar los problemas que han llevado a la actual "turbulencia" económica.
El presidente estadounidense ha realizado una firme defensa del libre mercado, porque pese a la actual crisis es "el camino más seguro hacia el crecimiento" económico. Además, frente a la apuesta de la UE de acometer reformas en profundidad, Bush ha llamado a huir del exceso de intervencionismo. "Todas las naciones deben rechazar las llamadas del proteccionismo, colectivismo y derrotismo", ha dicho. Estas declaraciones chocan con la otra corriente, presente también en la cumbre y representada principalmente por Europa y los países emergentes, de un mayor control financiero. De hecho, antes de llegar a la Casa Blanca, gran parte de los líderes sostuvieron encuentros bilaterales, en los que se plasmó un consenso "casi universal" en favor de la necesidad de un mayor grado de regulación, según Celso Amorim, el canciller de Brasil, país que preside el G-20.
Una de las ideas que han ganado fuelle es la creación de un "colegio de supervisores" que agrupe a representantes de las agencias de regulación para vigilar a los principales bancos del mundo, cuyos tentáculos dan la vuelta al planeta. La portavoz presidencial, Dana Perino, ha dicho que Estados Unidos apoya esa propuesta. Se trata de un proyecto mucho más modesto que el establecimiento de una agencia única de regulación internacional adelantada por Francia y a la que se opone Estados Unidos.

Objetivo: reactivar la economía
Además del proceso de reforma del sistema financiero, el otro tema estrella de la cumbre es qué hacer a corto plazo para revitalizar la economía mundial. El primer ministro británico, Gordon Brown, ha pedido a los países desarrollados adoptar de forma coordinada estímulos fiscales y bajadas de los intereses. Jorge Taiana, el canciller argentino, ha argumentado que esas medidas deben reforzar la demanda, de forma que la crisis que nació en los países ricos no se contagie a las naciones en desarrollo. El Gobierno de Bush se resiste a otro plan de gasto, pero su sucesor, Barack Obama, ha dicho que ésa será su prioridad cuando asuma la presidencia el 20 de enero. El demócrata es el gran ausente de la cumbre, aunque dos enviados suyos, la demócrata Madeleine Albright, antigua secretaria de Estado, y el ex legislador republicano Jim Leach se reunieron con la mayoría de los jefes de Estado.

Apretón de manos entre Bush y Zapatero
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha sido el noveno jefe de Estado en estrechar la mano de George W. Bush a la entrada de la Casa Blanca. Por fin, y después de que durante cuatro años el mandatario estadounidense evitara recibirle, el presidente español pisaba por primera vez la Casa Blanca. Bush le ha recibido con una sonrisa y un apretón de manos, pero menos efusivo que el saludo con el que el estadounidense obsequió a otros invitados.
Según fuentes de la delegación española, Zapatero se comprometió durante la cena a estudiar el plan de estímulos fiscales propuesto por Brown para reactivar la demanda y la actividad económica. Especialmente, el presidente español insistió en reclamar medidas destinadas a la "economía real", una vez adoptadas iniciativas coordinadas para ayudar a la "economía financiera".

El diario conservador francés Le Figaro aseguraba ayer que, cuando Sarkozy logró que Bush diese luz verde a la presencia de Zapatero, éste le dijo al presidente francés: "¡Pídeme lo que quieras!" Portavoces de La Moncloa lo negaron rotundamente ayer.
Menú copioso en tiempos de crisis
Bush ha agasajado esta noche a los líderes internacionales que participarán en la cumbre económica convocada para este sábado en Washington con una cena de trabajo en la Casa Blanca el día previo a las sesiones plenarias en las que debatirán sobre las reformas al sistema financiero internacional. De primer plato los líderes degustaron unas codornices ahumadas acompañadas de risotto de quinoa, de plato principal un comillo, acompañado de una fondeu de tomate, hinojo y berenjenas, seguido de una ensalada de lechugas lolla rosa, red oak y endivias aderezada con una vinagreta de sidra y tostada de nueces con queso brie de Vermont.
Para los postres los invitados han podido probar un pastel de pera con salsa de arándonos. La cena, que se ha celebrado en el salón de banquetes del ala este de la Casa Blanca, estuvo regada con tres vinos estadounidenses procedentes de las bodegas del Valle de Napa, en California, un Chardonnay 'Damaris' reserva de 2006, un cabernet 'Hillside Selección' de 2003 y un Chandon Étoile Rosé.
Publicación El Pais / AGENCIAS - Washington / - 15/11/2008 Fotos: AP
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